(1)En su afán de defender el cobro de $13 el kilogramo de tortillas en Yucatán, el presidente de la Unión de Molineros del Sureste, Ramón Ramos Várguez, reveló que esta industria está inmersa en actividades ilícitas que podrían configurar delitos graves.
La compra de gas doméstico robado, el uso de maíz de dudosa calidad y la evasión de impuestos son prácticas comunes de algunos molineros de Mérida y del interior del Estado para mantener bajos sus precios en el mercado. De acuerdo con el empresario Ramos Várguez, los industriales deben afrontar también la competencia desleal de los supermercados, la distribución de tortilla a domicilio, el aumento mensual del gas licuado y el alza a la tonelada de maíz que costaba $3,500 y ahora vale $4,700.
¿Cómo es que hay empresas que pueden subsistir en las mismas condiciones y venden el kilo a $10, $11 y $12 como dice la Secretaría de Economía?, preguntó el reportero.
"Hay quienes no pagan impuestos, compran maíz de dudosa calidad, hay quienes compran gas robado o roban el combustible, respondió. Por ello tienen bajos costos y pueden cobrar barato, pero hay molineros conscientes y responsables que están comprometidos con la calidad y no alteran la producción. Sus costos son altos.
"Los $13 son necesarios", dijo.
El presidente de la Unión de Molineros participó en una conferencia de prensa conjunta con los delegados de la Secretaría de Economía y la Profeco, Alberto del Río Leal y Rafael Castilla Peniche, quienes hablaron del tema.
(1)El delegado de la Secretaría de Economía en Yucatán, Alberto del Río Leal, manifestó que la dependencia cuenta con dos programas federales de apoyo a la industria de la masa y la tortilla, pero los recursos no son aprovechados, por desconocimiento.
El programa Promasa, abundó, paga un subsidio de 50 centavos por kilogramo de masa producida por los industriales nixtamaleros y el programa Mi tortilla apoya con créditos de hasta $150,000 para la renovación de equipos de molienda y maquila de tortillas.
Del Río Leal admitió que estos apoyos no llegan a los empresarios molineros quizá por falta de difusión. Sólo en 2008 aprovecharon el apoyo Mi Tortilla 65 molineros de 25 municipios y 8 más recibieron apoyos de Promasa. Sin embargo, hay 2,300 molineros registrados, 400 de ellos funcionan en Mérida.
"Este año hay 100 millones de pesos para Promasa y 5,000 millones de pesos para Mi Tortilla en todo el país", subrayó el delegado federal.
El delegado de la Profeco en Yucatán, Rafael Castilla Peniche, informó que de enero a marzo han sancionado 30 molinos, pero no por el precio de la tortilla, sino por faltas en la calibración de sus básculas.
"No accedemos a los apoyos porque es muy complicado el trámite", refutó Ramón Ramos Várguez, presidente de la Unión de Molineros del Sureste.
"Que vengan a la delegación y los orientamos para que cumplan los requisitos y puedan gozar del apoyo federal", indicó Del Río Leal.
Ramón Ramos señaló que en Yucatán es muy cara la tortilla en comparación con el Distrito Federal, donde se vende a $10 el kilo, pero el costo en el Estado es alto porque pagan hasta $23,000 de flete por la traída del maíz por carretera de otra entidad, por ejemplo, de Jalisco.
Se quejó de la distribución callejera de tortillas, porque es competencia desleal, propicia el despido de empleadas y riesgos de salud, porque no hay garantía del producto que entregan.
La tortilla costaba en promedio anual $8.89 en 2007, $9.69 en 2008, $10.89 en 2009, $11.83 en 2010 y $12.01 en 2011. En nuevo monitoreo se detectó que la mayoría cobra $12 y $13
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