Al igual que otros testigos, Josefina Peón narra que los agresores lanzaron su ataque al grito de ¡Ivonne, Ivonne, Ivonne!
Participó en reuniones vecinales y en las manifestaciones sabatinas realizadas en esa glorieta por vecinos, comerciantes, estudiantes y académicos.
El domingo 3 y el lunes 4 de julio estuvo en distintas horas en el escenario de la violenta represión contra los ciudadanos que se manifestaban contra el proyecto vial de la alcaldesa Angélica Araujo Lara.
"Yo iba y venía de mi casa a la glorieta" -relata-. La tarde y la noche del domingo estuve entre la gente que montaba guardia en la glorieta, me retiré cerca del anochecer, pero regresé poco después, cuando ya habían comenzado las amenazas y agresiones directas.
"Los atacantes se robaron las hojas donde se recolectaban firmas contra el túnel y tiraron una tienda de campaña instalada en la glorieta, junto a la fuente.
"Horas más tarde me encontraba viendo toda la embestida desde el cibercafé (en Plaza Montejo) junto con amigos y vecinos de la zona", prosigue su relato.
"Los agresores atacaban a la gente con los puños o con objetos; había gritos, alarma, carreras y confusión. Yo vi al individuo de la foto, aquél vestido de negro que blandía un tubo para pegarle a la gente. Otros agresores sostenían botellas grises, se dice que en ellas llevaban cemento para inhalar.
"Vi que patearan a una muchacha tirada en el suelo. Intenté acercarme, pero dos estudiantes que también presenciaban los hechos me detuvieron, me advirtieron que yo también podrían salir lastimada.
"Las víctimas estaban indefensas, en las manos sólo tenían sus teléfonos celulares. Calculo que los hechos se prolongaron a lo largo de más de 12 horas, desde las 10 de la noche del domingo hasta las dos de la tarde del lunes.
"Los manifestantes agredidos eran vecinos de la zona, usuarios de la glorieta, estudiantes, amas de casa... Nadie de nosotros representa a partidos políticos, somos gente que nos fuimos conociendo durante los plantones sabatinos.
"Lo que nos unía era la oposición a una obra y a un gasto innecesario. El paso deprimido es una obra impuesta, se realiza sin haber escuchado a la sociedad ni consultado a los expertos. La comunidad y los especialistas del tema sí dialogaron sobre el tema, pero el Ayuntamiento no escuchó a unos ni a otros.
"No se nos consultó, sólo nos mostraron una imagen con 'fotoshop' del proyecto, y desde ese entonces advertimos que habría un caos vial en esta zona. A partir de la construcción del túnel ya hubo cinco accidentes de tránsito en este rumbo debido a la confusión con los cambios en la circulación vehicular", enfatiza la vecina.
"Además, se afectó a los establecimientos comerciales de esta zona. Yo tuve que pelear con los agentes de tránsito para que retiraran los conos de la calle 29 que junto con carropatrullas y policías cerraban el paso a mis locales comerciales.
"En los primeros días de excavación del túnel se impidió el paso en ese tramo a un camión de la empresa Cometra que iba por valores a la sucursal de Banorte, y también se detuvo a vehículos de Coca-Cola, agua purificada y gas butano.
"Tampoco se permitía el paso a los dueños de los negocios del centro comercial ni a los empleados que laboraban ahí".- Hansel Vargas Aguilar
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La embestida del 4 de julio
Josefina Peón relata que las agresiones a los que se manifestaban contra el proyecto del paso deprimido de la presidenta municipal empezaron en la noche del domingo.
Primero hubo provocaciones: se robaron las hojas con firmas de ciudadanos que desaprueban la obra y tiraron la tienda de campaña que instalaron estudiantes.
Posteriormente los atacantes se lanzaron contra adultos y jóvenes, hombres y mujeres. Usaron los puños, palos, tubos y otros objetos contra ciudadanos indefensos.
La señal de los agresores para arremeter contra los manifestantes fue el grito " ¡Ivonne, Ivonne, Ivonne!".