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NUEVA YORK (CNNMoney) — Todo el mundo tiene sueños feos. Últimamente, las pesadillas de Wall Street siempre parecen involucrar el caos en China.
Más que por la caída de los precios del petróleo, la fortaleza del dólar estadounidense, la agitación en Grecia o un alza de tasas de la Reserva Federal, los inversores siguen preocupados por China; y por una buena razón.
Las preocupaciones sobre China se intensificaron esta semana después de que el país conmocionó al mundo al devaluar de su moneda. Esto trajo a escena el fantasma de una guerra comercial global o la idea de que Pekín está entrando en pánico debido a una desaceleración económica más severa de lo esperado. Los funcionarios chinos ya habían asustado a los inversionistas globales con su respuesta severa a la caída de los precios bursátiles a principios de este verano.
“¿Podría ser que realmente no sepan lo que están haciendo? Yo creo eso, y creo que eso está empezando a poner seriamente nerviosos a los inversores de todo el mundo”, escribió Ed Yardeni, presidente de asesoría de inversiones de Yardeni Research, en una nota a clientes.
La mayor razón por la que China importa es el tamaño. A diferencia de Grecia, Puerto Rico u otras situaciones excepcionales, China tiene la escala suficiente para impactar el mundo entero.
Ahora es la segunda mayor economía del mundo, al superar a Japón y Alemania en los últimos años. China también es el mayor consumidor de materias primas como el petróleo y el cobre, las cuales se han hundido en las últimas semanas. Una caída más dramática en el crecimiento chino podría provocar que las materias primas se derrumben aún más, desatando un caos financiero en los países que dependen de esos recursos naturales.
“Eso podría resultar en una crisis de deuda en algún lugar del mundo. En otras palabras, el caos de China podría estar a punto de proporcionar más que suficiente masa crítica para una crisis global”, dijo Yardeni.
El motor del crecimiento se ha estancado
Durante gran parte de los últimos 15 años, China ha servido como catalizador clave para el crecimiento global. Pero la economía de China está madurando, y el crecimiento se ha desacelerado del 10% en 2010 a solo 7% en el primer semestre de este año.
“Los inversores ven a China como esta utopía económica mágica donde las cosas suben tres veces la cantidad que vemos en otras naciones, y que así será por siempre”, dijo Sam Stovall, director de estrategia de inversiones de S&P Capital IQ.
Alguna vez positiva, la exposición China es preocupante ahora
Pero ahora la realidad ha llegado y está creando dolores de cabeza para las empresas con una exposición significativa a China. Eso incluye a multinacionales estadounidenses como Apple, General Motors, Nike, Starbucks y el propietario de KFC, Yum! Brands.
“Mientras que antes la exposición a China era una fuente de optimismo y significativo crecimiento potencial para las acciones estadounidenses, ahora se ha convertido en una fuente de decepción en los resultados recientes, desde automóviles y televisores hasta iPhones y maquinaria”, escribieron los analistas de Bank of America Merrill Lynch en un informe.
Un dólar fuerte es genial para los turistas estadounidenses que viajan al extranjero, pero puede ser un problema para las empresas con sede en Estados Unidos. Cuando el dólar gana por sobre sus rivales, eso encarece los productos vendidos en el extranjero.
El impresionante repunte de la divisa estadounidense en el último año recibió aún más impulso por la decisión de China de devaluar su moneda. Esa es una de las razones por la que las acciones de Wall Street cayeron a principios de esta semana en un movimiento sorpresa.
La deflación podría ser exportada a Estados Unidos
La desaceleración de China está poniendo presión a la baja sobre los precios en ese país.
La inflación mayorista ha disminuido a una tasa anual durante 41 meses consecutivos hasta julio, según Yardeni. Eso no es saludable.
La preocupación es que la deflación —algo para lo cual no hay una solución fácil— pueda extenderse desde China a otros países. Eso ya ha provocado que los precios de las materias primas como los metales y el petróleo disminuyan. Si los signos de deflación emergieran en Estados Unidos, la Reserva Federal tendría que retrasar o reducir sus planes para elevar las tasas de interés.
“La inflación es la pieza faltante en Estados Unidos. Aún no se encuentra cerca del objetivo de la Fed. Tienes un movimiento como este, y eso revive la amenaza de la deflación”, dijo Nicholas Colas, director de estrategia de mercado de ConvergEx.
Los inversores no confían en China
Mucho de China permanece envuelto en el misterio. Esto se debe a que inversionistas creen que las estadísticas oficiales de Pekín son manipuladas para que la economía luzca mejor de lo que realmente es. En otras palabras, la economía de China en realidad podría estar en peor estado de lo que lo que la gente piensa.
“Es como el Mago de Oz: mucho de esto se hace con humo y espejos detrás de la cortina”, dijo Stovall.
Y las medidas recientes de China no están ayudando. Para consternación de los inversores occidentales, el Gobierno chino ayudó a inflar la burbuja en el mercado de valores y más tarde adoptó un enfoque excesivamente agresivo cuando los precios cayeron. Y luego la devaluación de la moneda salió de la nada.
Pekín se arriesga a más que simplemente ofender a los inversionistas. Los futuros esfuerzos por reactivar el crecimiento probablemente sean recibidos con un mayor escepticismo por parte de los mercados.
“Aunque los programas de gasto y los recortes de tasas podrían proporcionar algún alivio, la confianza en su eficacia está disminuyendo”, escribió Bank of America Merrill Lynch.
News Yucatan
NEW YORK (CNNMoney) - Everyone has bad dreams. Lately, the nightmares of Wall Street always seem to involve chaos in China.
Rather than by falling oil prices, the strong US dollar, the turmoil in Greece or a rate hike by the Federal Reserve, investors remain concerned about China; and for good reason.
Concerns about China intensified this week after the country shocked the world by devaluing its currency.This scene brought the specter of a global trade war or the idea that Beijing is panicking because of a more severe economic slowdown than expected. Chinese officials had already spooked global investors with its stern to the fall in stock prices earlier this summer answer.
"Could it be you do not really know what they are doing? I believe that, and I think that is starting to get seriously unnerved investors around the world, "wrote Ed Yardeni, president of Yardeni investment advisory Research, in a note to clients.
The biggest reason why China matters is the size. Unlike Greece, Puerto Rico or other exceptional situations, China has enough scale to impact the world.
It is now the second largest economy in the world, surpassing Japan and Germany in recent years. China is also the largest consumer of commodities such as oil and copper, which have plunged in recent weeks.A more dramatic drop in Chinese growth could cause commodities to collapse further, unleashing financial chaos in countries that depend on these natural resources.
"That could result in a debt crisis somewhere in the world. In other words, the chaos of China may be about to provide more than enough critical mass to a global crisis, "Yardeni said.
The engine of growth has stalled
For much of the past 15 years, China has served as a key catalyst for global growth. But China's economy is maturing and growth has slowed from 10% in 2010 to only 7% in the first half of this year.
"Investors see China as this magical economic utopia where things up three times the amount we see in other nations, and that it will forever," said Sam Stovall, chief investment strategist at S & P Capital IQ.
Some positive time, the exhibition China is worrying now
But now reality has arrived and is creating headaches for companies with significant exposure to China.That includes American multinationals such as Apple, General Motors, Nike, Starbucks and the owner of KFC, Yum! Brands.
"Whereas before exposure to China was a source of optimism and significant potential for US stocks growth, now has become a source of disappointment in recent results, from televisions to cars and iPhones and machinery", wrote analysts Bank of America Merrill Lynch in a report.
A strong dollar is great for American tourists traveling abroad, but can be a problem for companies based in the United States. When the dollar gains over their rivals, that expensive products sold abroad.
The impressive rally of the greenback in the last year received even more momentum for China's decision to devalue its currency. That is one reason why Wall Street shares fell earlier this week in a surprise move.
Deflation could be exported to the US
The slowdown in China is putting downward pressure on prices in that country.
Wholesale inflation has declined at an annual rate for 41 consecutive months through July, according to Yardeni. That's not healthy.
The concern is that deflation something for which there is no solution can easily spread from China to other countries. That has already caused prices of raw materials such as metals and oil to decline. If signs of deflation emerged in the United States, the Federal Reserve would have to delay or reduce their plans to raise interest rates.
"Inflation is the missing piece in the United States. Yet is close to the target of the Fed. You have a move like this, and that revives the threat of deflation, "said Nicholas Colas, chief market strategist at ConvergEx.
Investors do not trust China
Much of China remains shrouded in mystery. This is because investors believe that Beijing's official statistics are manipulated to make the economy look better than it really is. In other words, China's economy could actually be in worse condition than what people think.
"It's like the Wizard of Oz: much of this is done with smoke and mirrors behind the curtain," Stovall said.
And recent moves by China are not helping. To the dismay of Western investors, the Chinese government helped inflate the bubble in the stock market and later adopted an overly aggressive approach when prices fell. And then the devaluation came out of nowhere.
Beijing risks offending more than just investors. Future efforts to revive growth are likely to be greeted with more skepticism from the markets.
"Although spending programs and rate cuts may provide some relief, confidence in its effectiveness is decreasing," wrote Bank of America Merrill Lynch.