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CIUDAD DEL VATICANO.— El papa Francisco afirmó ayer que la Iglesia católica es la casa paterna donde hay un lugar para todos y defendió que, antes de juzgar a alguien, es mejor callar, según informa “Excélsior”.
“Nuestro juez es el Señor y si te viene a la boca una palabra para juzgar a alguien, cierra la boca. El señor nos ha dado un consejo: ‘No juzgues y no serás juzgado’. Hay que convivir con la gente con simplicidad y acoger a todos”, afirmó el Pontífice durante un encuentro con miembros de las Células Parroquiales de Evangelización en el Vaticano.
En su discurso, el papa Francisco subrayó la necesidad de acoger a todos sin juzgar a nadie para ofrecer la experiencia de la presencia de Dios y del amor fraternal.
“La evangelización siente fuerte la exigencia de acoger, porque es una de las primeras señales de la comunión que somos llamados a testimoniar por haber encontrado a Cristo en nuestra vida”, aseguró.
“La Iglesia es la casa paterna donde hay un lugar para todos: para todos. Y Jesús dice, también el Evangelio: ‘Llamad a todos, buenos y malos, a todos’”, concluyó el Papa.
Contra canonización
Por otra parte, las disculpas ofrecidas por el papa Francisco por “crímenes” de la Iglesia católica contra los pueblos indígenas no calman a muchos nativos californianos, que se oponen a la decisión papal de canonizar al misionero franciscano del siglo XVIII fray Junípero Serra, según AP.
El Vaticano considera que fray Junípero Serra fue un gran evangelizador, pero muchas tribus lo denuncian como destructor de la cultura nativa.
El Pontífice ofreció disculpas por los pecados y “crímenes” de la Iglesia contra los pueblos indígenas durante una visita a Bolivia en julio, en la cual pidió perdón humildemente en presencia del primer presidente indígena boliviano y representantes de grupos nativos de toda Sudamérica, quienes ovacionaron al Pontífice y se declararon satisfechos con su declaración.
Sin embargo, Ron Andrade, de la Reserva Indígena “La Jolla”, dijo que la disculpa papal no es un verdadero reconocimiento de los abusos de la Iglesia, sino que parece un pedido de borrón y cuenta nueva.
Asimismo, Norma Flores, vocera de los indígenas gabrieleños, dijo que la disculpa del Papa no tiene sentido si no detiene la futura canonización, prevista para el 23 de septiembre en Washington, Estados Unidos.
“El papa Francisco fue a Sudamérica y pidió perdón”, dijo. “Pero va a canonizar a la persona responsable del genocidio del pueblo nativo”.
El plan de elevar a Serra a los altares ha provocado protestas en California, donde el nombre del fraile aparece en escuelas, calles y plazas y está estrechamente vinculado con la historia del estado.
Serra trajo el cristianismo y fundó asentamientos en su marcha con los conquistadores españoles a través de la tierra que se llamaría California. En 1769 fundó su primera misión en San Diego. Luego fundó la de San Francisco y varias más. En ellas se enseñaba religión y agricultura.
Sin embargo, muchos nativos dicen que las misiones separaron a sus antepasados de su lengua y cultura tradicionales, esclavizaron a los conversos al cristianismo y trajeron enfermedades que provocaron el exterminio masivo de sus poblaciones.
La forma en que Serra trató a los indígenas fue controvertida durante su propia vida, dijo Steven Hackel, profesor de historia en la Universidad de California en Riverside y quien escribió una biografía de Serra.
“En cuanto al sistema que él creó, debió haber sabido a dónde se dirigía”, dijo Hackel, en referencia a las enfermedades y la muerte que plagaron a poblaciones nativas como resultado de las misiones en las décadas siguientes.
El Vaticano ha pasado a la ofensiva al tratar de presentar a Serra de manera más positiva, como alguien que protegió a los nativos de los funcionarios coloniales. Algunos historiadores dicen que Serra vio las misiones como sitio para que los indios se refugiaran de soldados y colonos sin escrúpulos. Dicen que el haber apoyado la flagelación de indígenas refleja una actitud paternalista que era común en la época.
“El padre Junípero Serra fue una muy, muy buena persona en un tiempo muy, muy malo, al que identifico como el colonialismo”, dijo Andrew Galván, un indígena ohlone que trabaja como curador en la Misión Dolores en San Francisco y que apoya la canonización de Serra.
Galván dijo tener la esperanza de que la canonización de Serra abrirá el diálogo entre las misiones y los pueblos nativos.
“No podemos cambiar lo que ocurrió. La Iglesia ha admitido que hubo errores en el pasado”, dijo. “Pero tenemos una oportunidad de oro como Iglesia actual de acercarnos a los pueblos originarios y reconciliarnos con ellos. Ese sería el milagro de Serra”.
Los críticos dicen que quieren acciones, no palabras. El papa debería ayudar a los nativos a recuperar las tierras que perdieron, dijo Andrade.
Flores quiere que para comenzar, el papa visite California y reconozca una lista detallada de lo que dice fueron crímenes de la Iglesia. “Nunca vamos a perdonar ni a olvidar, pero lo necesitamos para que nuestras heridas se curen”, dijo.
Una visita al estado no está en el itinerario del papa.
El presidente de la Conferencia Católica de California, que representa a los obispos del estado, anunció el viernes que los obispos revisarían las manifestaciones culturales en las misiones de California y que revisarán el plan de estudios de tercer y cuarto grado en las escuelas católicas para reflejar mejor la relación entre las misiones y los indígenas. Jaime Soto, obispo de Sacramento y presidente de la conferencia, dijo que “la experiencia de los indígenas ha sido ignorada o negada”.