Noticias de Yucatán
Era septiembre del 2012 cuando Dominick Andujar, un niño
de 6 años, fue herido mortalmente con un cuchillo y se volvió en un héroe para
siempre. Murió defendiendo a su hermana del ataque de un violador en su propia
casa. Hoy, con la condena al criminal que terminó con la vida del pequeño, se
recuerda su historia.
Era el cumpleaños de Amber, hermana mayor de Dominick.
Ella dormía en el sofá de su casa cuando Osvaldo “Popeye” Rivera ingresó a su
vivienda y con un cuchillo la sometía a tener relaciones sexuales. Amber empezó
a llorar y gritar. Al oír la desesperación de su hermana Dominick se despertó y
fue en su ayuda. El atacante se sintió “amenazado” y decidió cortarle la
garganta al niño. Hizo lo mismo con la adolescente de quien abusaba.
Dominick murió, pero Amber logró salir totalmente
ensangrentada a la calle y clamar por ayuda. Los vecinos de Camden, Nueva
Jersey, llamaron a la policía local, que acudió de inmediato al lugar. Salvaron
la vida de la niña, pero nada pudieron hacer por el pequeño.
El ataque sucedió en septiembre de 2012 y tres años
después se conoció la sentencia contra Rivera, quien fue condenado a 110 años
de prisión.
Amber se presentó ante las autoridades judiciales con una
casaca cuya inscripción era la imagen de Dominick. También se había tatuado en
un brazo: “Mi pequeño héroe”.
Días después del brutal crimen, una maestra de Dominick
se acercó a la madre y le mostró un diario que solía escribir el pequeño de
seis años: “Soy un superhéroe. Salvo vidas”.
Fuente: Diario Ojo