La estevia, conocida como hierba dulce, es una planta que se ha utilizado como endulzante natural, debido a la presencia en sus hojas de un compuesto edulcorante no calórico 300 veces más dulce que el azúcar de caña.
A través del “Proyecto de investigación y transferencia de tecnología sobre el empleo de biofertilizantes y abonos en la agricultura”, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) ha adoptado nuevas prácticas para producir, a un menor costo y tiempo, la estevia con biofertilizantes, informa el Gobierno de Yucatán.
En un proyecto financiado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se desarrolla el proceso de la inoculación, que consiste en poner en contacto los esquejes terminales de estevia -tallos o fragmentos de la planta- con los biofertilizantes.
Para ello, se puede utilizar la micorriza Rhizophagus intraradices o la mezcla de bacterias benéficas como Bacillus sp. y Azospirillum brasilienses; en cualquier caso se utilizan 75 gramos por litro de agua y se agita para mantener la solución homogénea, describe la investigadora del Campo Experimental Mocochá del Inifap en Mérida, Yucatán, Mónica Guadalupe Lozano Contreras.
La investigadora detalla que en la mezcla se remojan los esquejes por un minuto para su inoculación, posteriormente se siembran en una esponja agrícola, la cual esta previamente humedecida y puesta en charolas de unicel de 200 cavidades.
Este sustrato tiene una porosidad homogénea que brinda un control de retención de agua y la aireación adecuada para la planta, además de generar un óptimo soporte para la plántula.
La propagación de estevia por medio de esquejes tarda hasta 30 días en invernadero, a partir de su selección y siembra en charolas de unicel, para lo cual se emplea un enraizador comercial a base de reguladores de crecimiento o fitohormonas (compuestos que se producen en las plantas de forma natural y que se sintetizan de forma artificial), que tiene un costo más alto que los biofertilizantes como la micorriza.
Destaca que la micorriza o bacterias benéficas permiten obtener la plántula en 10 días menos que con el enraizador comercial. Además, reducen los costos en el manejo comparado con el empleo tradicional de reguladores de crecimiento.
Los biofertilizantes, detalla la especialista, son productos que contienen microorganismos como bacterias y hongos benéficos, ya sea solos o en combinación, que se añaden a los cultivos agrícolas para impulsar su crecimiento, desarrollo de raíces y producción.
A través del “Proyecto de investigación y transferencia de tecnología sobre el empleo de biofertilizantes y abonos en la agricultura”, el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y Pecuarias (Inifap) ha adoptado nuevas prácticas para producir, a un menor costo y tiempo, la estevia con biofertilizantes, informa el Gobierno de Yucatán.
En un proyecto financiado por la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa), se desarrolla el proceso de la inoculación, que consiste en poner en contacto los esquejes terminales de estevia -tallos o fragmentos de la planta- con los biofertilizantes.
Para ello, se puede utilizar la micorriza Rhizophagus intraradices o la mezcla de bacterias benéficas como Bacillus sp. y Azospirillum brasilienses; en cualquier caso se utilizan 75 gramos por litro de agua y se agita para mantener la solución homogénea, describe la investigadora del Campo Experimental Mocochá del Inifap en Mérida, Yucatán, Mónica Guadalupe Lozano Contreras.
La investigadora detalla que en la mezcla se remojan los esquejes por un minuto para su inoculación, posteriormente se siembran en una esponja agrícola, la cual esta previamente humedecida y puesta en charolas de unicel de 200 cavidades.
Este sustrato tiene una porosidad homogénea que brinda un control de retención de agua y la aireación adecuada para la planta, además de generar un óptimo soporte para la plántula.
La propagación de estevia por medio de esquejes tarda hasta 30 días en invernadero, a partir de su selección y siembra en charolas de unicel, para lo cual se emplea un enraizador comercial a base de reguladores de crecimiento o fitohormonas (compuestos que se producen en las plantas de forma natural y que se sintetizan de forma artificial), que tiene un costo más alto que los biofertilizantes como la micorriza.
Destaca que la micorriza o bacterias benéficas permiten obtener la plántula en 10 días menos que con el enraizador comercial. Además, reducen los costos en el manejo comparado con el empleo tradicional de reguladores de crecimiento.
Los biofertilizantes, detalla la especialista, son productos que contienen microorganismos como bacterias y hongos benéficos, ya sea solos o en combinación, que se añaden a los cultivos agrícolas para impulsar su crecimiento, desarrollo de raíces y producción.