Si bien la visita de estos destrampados jóvenes estadounidenses no se compara con la que reciben destinos de Quintana Roo, como Cancún o Playa del Carmen, su presencia fue suficiente para animar el ambiente.
Los springbreakers se concentraron en la zona de playa, donde un conocido botanero y otros restaurantes organizaron concursos diversos, incluyendo algunos de contenido erótico.
La presencia de las delgadas jóvenes estadounidenses, luciendo diminutos trajes de baño y bailando sensualmente al ritmo de música electrónica, fue suficiente para atraer cientos de miradas en el malecón de Progreso.
Se espera que en la siguientes semanas lleguen más cruceros con springbreakers, un turismo muy apreciado por los progreseños, porque a diferencia de los adultos, que suelen tomar excursiones para ir a Mérida y las zonas arqueológicas, los jóvenes prefieren quedarse en la playa, donde son grandes consumidores de cerveza y comida.
