Basureros clandestinos de desperdicios son un grave riesgo sanitario y de seguridad para los habitantes de Progreso, al ser focos de infección y ser zonas en las que podrían comenzar los incendios durante esta temporada de calor.
Los basureros clandestinos en Progreso generan múltiples riesgos a los pobladores de este puerto, destacándose el hecho de que son focos de infección al permitir la reproducción de plagas de insectos, incluido el mosco Aedes aegypti, principal vector de enfermedades como dengue, zika y chikungunya.
Sin embargo, al mismo tiempo, al ser principalmente los terrenos baldíos los principales puntos donde la población arroja basura, el riesgo de connatos de incendio aumentan, ya que la mayor parte de esos espacios están cubieros de maleza, la cual actualmente ya se encuentra seca y ante los inclementes rayos del sol pudieran comenzar incendios en cualquier momento.
Ante esta situación los trabajos de las autoridades municipales por controlar y erradicar dichos espacios resultan insuficientes, no por falta de personal ni de esfuerzo, sino más bien por la falta de cultura de la población misma, que se encarga de llenar estos sitios con desperdicios, siendo luego ellos mismos los principales afectados.
Los basureros clandestinos en Progreso generan múltiples riesgos a los pobladores de este puerto, destacándose el hecho de que son focos de infección al permitir la reproducción de plagas de insectos, incluido el mosco Aedes aegypti, principal vector de enfermedades como dengue, zika y chikungunya.
Sin embargo, al mismo tiempo, al ser principalmente los terrenos baldíos los principales puntos donde la población arroja basura, el riesgo de connatos de incendio aumentan, ya que la mayor parte de esos espacios están cubieros de maleza, la cual actualmente ya se encuentra seca y ante los inclementes rayos del sol pudieran comenzar incendios en cualquier momento.
Ante esta situación los trabajos de las autoridades municipales por controlar y erradicar dichos espacios resultan insuficientes, no por falta de personal ni de esfuerzo, sino más bien por la falta de cultura de la población misma, que se encarga de llenar estos sitios con desperdicios, siendo luego ellos mismos los principales afectados.