Sí, el tiempo es cruel. Esperar más de 1,460 días para luego volver a casa tan pronto como una respiración. Julieta Toledo tiene apenas 19 años y ya disputó sus primeros Juegos Olímpicos. Claro, hubiera querido “ser mejor”, pero apenas si duró. Úrsula, a quien la conoce porque ambas son mexicanas, la derrotó hace un par de días en la primera ronda de esgrima en la categoría de sable.
Minutos después de aquel combate, Julieta se alarmó por los mensajes que recibió en su cuenta de Twitter. “Pago con mis impuestos tus vacaciones” fue una de las frases que leyó. Y es verdad, pero ¿se necesita decirle “puta” y “zorra” por no avanzar una ronda donde están los mejores atletas del mundo?, ¿qué lugar del mundo ocupas en tu profesión?... al menos —a juzgar por los mensajes— si no estamos entre los mejores cinco podemos sabernos “putos” y “zorros”.
Pero sí. Nosotros le pagamos a los atletas sus becas deportivas, porque es dinero público. Para ser exacto —de acuerdo con una investigación realizada por El Economista con datos del Fondo para el Deporte de Alto Rendimiento (Fodepar) y Transparencia—, se invirtió 145.2 millones de pesos para el apoyo financiero a nuestros deportistas entre el 2013 y marzo del 2016, es decir, para el proceso de Río de Janeiro entre los deportes olímpicos y los que no lo son.
Nataly es compañera de Julieta. “Sí te vas a morir... pero no de puta”, le dijo bromeando para intentar que pasaran el momento amargo y la preocupación.
-¿Consideras que las críticas a las deportistas mexicanas son excesivas?
-Muchísimo. No saben lo que un atleta tiene que hacer para clasificar.
Nataly Michel, de 26 años, luce una sonrisa enorme, gigante. Cuando sube a la pista de combate le fascina ver a dos mexicanos con la bandera y un sombrero de charro, a alguien en la tribuna le cierra el ojo. Sí, ha esperado tanto y lo ha logrado.
Desde que tiene 10 años compite en esgrima y dice que vale, después de tres minutos contra la estadounidense Nzingha Prescod, con la que ya va perdiendo 7-3 en primer episodio, todo su esfuerzo. Después de nueve minutos, sabe que irá a casa.
Ella está contenta —la delata la sonrisa— aunque se dice triste. “Hemos dado nuestro mejor esfuerzo, eso lo deben de saber todos, nadie viene aquí de vacaciones o a pasear”. Hasta ahora han caído más de una decena de mexicanos en Río y las preguntas llegan: ¿es fracaso?, ¿qué pasa?, ¿hay presión? Los deportistas reciben la descarga de la frustración en amenazas e insultos en las redes sociales.
Otra pregunta: ¿se han repartido bien los recursos?... de los 25 atletas que más han recibido en lo que va del presente ciclo olímpico, 13 no están en Juegos Olímpicos, no calificaron y muy pocos son por lesión. Entre los primeros sitios está María del Rosario Espinosa (taekwondo), Paola Espinosa (clavados) y Aída Román (tiro con arco), ya eliminada. El top cinco lo completan Laura Sánchez (clavados) y Briseida Acosta (taekwondo), pero ellas no están en Río 2016, ni tampoco Daniel Lizárraga (taekwondo), quien ocupa el noveno sitio.
En términos de porcentaje, hablamos de que más de la mitad de esos primeros 25 sitios (52%) no están en la justa deportiva más importante, uno de los motivos para recibir este estímulo de alto rendimiento. Las cantidades son destinadas dependiendo de si se encuentran entre los mejores 16 deportistas del mundo y ganan un título mundial.
“Muchas veces las personas no saben por todo lo que pasamos, llegar aquí es complicado, hay que sufrir en todos los sentidos, desde el punto de vista profesional y personal, te alejas de la familia, pones de tu dinero”, reflexionó Marcos Madrid después de caer en la segunda ronda de tenis de mesa.
Julieta no ha empacado porque en unos días más saldrá a la pista de combate cuando México inicie su participación en equipos. Un dato: jamás nuestro país había tenido tantos esgrimistas en unos Juegos Olímpicos.
Entre las 10 disciplinas que más recursos recibieron para sus deportistas está frontón durante el ciclo 2013-2016. Un deporte que no es olímpico y obtuvo más de 6 millones de pesos. También tenemos a la mejor raquetbolista del planeta. Paola Longoria ha roto todos los récords y marcas posibles, pero su deporte no ha sido incluido en el programa de los juegos y no se vislumbra que eso suceda. Tener a Paola puede ser una explicación de por qué su deporte tiene más recursos que la misma natación mexicana, que en este ciclo fue más protagonista desde el escritorio. Pero hay muchas dudas por resolver: ¿por qué patines sobre ruedas recibió más dinero que nado sincronizado, squash o tenis de mesa?
“Siempre hay fans crueles y nadie sabe de la historia de los que están aquí”, comentó el esgrimista mexicano Daniel Gómez después de ser eliminado también en la primera ronda.
De los 145.2 millones de pesos que la Conade dio a los deportistas de élite mexicanos, 22.5 fueron para taekwondo, 18.8 para clavados, 11.6 para halterofilia, 11.3 para atletismo y 8.6 para tiro con arco.
“A mí no me interesan las críticas o lo que digan de nosotras”, dijo Paola Espinosa después de terminar sexta junto con Alejandra Orozco en la final de clavados sincronizados de la plataforma de 10 metros. “No le debo nada a nadie”, declaró Aída Román a ESPN. “El deporte es muy grande porque te llena de satisfacciones... pero también es muy cruel”, reflexionó Daniel Gómez; “te quedas con ganas de decir: ¡revancha por favor! En un duelo terminan cuatro años”, comentó Nataly.
En promedio, los atletas mexicanos entrenan entre seis y ocho horas diarias, lo que es una jornada laboral por ley en nuestro país. Y tampoco es que en otras naciones dediquen más tiempo.
-¿Nos puedes decir cuánto entrenas, ya que se habla mucho de los métodos en China, que son exagerados y rudos?
-Yo tengo rutinas de ocho horas, no más, el cuerpo no puede resistir más.
Eso contestó la clavadista china Ruolin Chen (cinco veces medallista de oro) luego de ganar la plataforma de 10 metros sincronizados. Entonces, no pasa por un tema de práctica, así parece.
“Yo tengo roto el tendón de la mano... pero no quiero que lo digan, no quiero que piensen que eso es excusa”, confiesó una atleta mexicana quien de favor pide, asentando con la cabeza y apretando un poco los labios, que no se publique su nombre.
A Julieta la llamaron “puta”, a Aída “desagradecida”, a Alexa “gorda”, a los esgrimistas “conformistas” y Marcos pasó (casi) desapercibido. La lista puede seguir.
¿Tener dinero te compromete a algo? Es verdad, también algunas naciones con presupuestos más bajos que el mexicano han obtenido mejores resultados en el último ciclo Centroamericano y Panamericano: Cuba invirtió el año pasado 30 millones de dólares, Colombia 137 y México tiene 157 millones.
En marzo del 2013, el anterior director general de la Conade, Jesús Mena, enfatizó el día de su presentación que clavados, tiro con arco y taekwondo serían los “deportes prioritarios, en esto somos buenos y se han obtenidos resultados, por lo que se debe seguir con el apoyo”.
En los dos últimos ciclos olímpicos se otorgaron recursos públicos a 491 deportistas. En total, entre Londres y Río, la cifra fue de 226,812,586 millones de pesos. Por ahora a los mexicanos nos han costado las preseas olímpicas – hasta lo que llevamos de los JO- 32.4 millones de pesos (1.7 millones de dólares).
“Yo no voy a juzgar si otras instituciones de gobierno ejercen bien o no el presupuesto, porque no las conozco. Muchos hablan desde la ignorancia cuando nos critican, muchos ponen dinero de su bolsillo, se alejan de familias. Ser olímpico no es cualquier cosa”.
Y entonces llega otra pregunta para Daniel, ¿consideras injustas las críticas a la delegación?
-La gente sólo ve los Juegos Olímpicos, pero llevo haciendo esgrima desde los 12 años. Me ha dado educación, conozco el mundo y salud y hemos logrado que la mayor delegación en la historia de esgrima venga aquí, no es poca cosa. Para muchos mexicanos es poca cosa.
Nataly termina su combate y los fans mexicanos en la tribuna gritan su nombre, le aplauden, festejan su participación. Nataly dice que está triste. Nataly se mira feliz.