Lo que sería un fin de semana de descanso y diversión, se convirtió en la mayor tragedia de un grupo de 45 vacacionistas de los Pueblos del Rincón, que fueron a las grutas de Tolantongo en el estado de Hidalgo. Fueron agredidos física y verbalmente por los lugareños, y las autoridades no hicieron nada al respecto. “Ha sido la peor experiencia de mi vida, jamás pensé que una cosa así pudiera suceder y lo vivimos en carne propia, ha sido una verdadera pesadilla”, señaló una de las afectadas, que prefirió omitir su nombre.
La pesadilla El sábado pasado los vacacionistas se instalaron en los dos hoteles del lugar, y otros prefirieron acampar a las orillas del río. “En la noche, algunos ya estaban cansados y se fueron a descansar, los demás hicimos fogatas en el área de acampar. Casi todos éramos familia, y nos dividimos en varios grupos, los niños quemaron bombones y estábamos tranquilos, sin mucho escándalo”. Apenas, dicen, usaban un celular para escuchar algo de música; pero alrededor de las 12 de la noche se acercó a ellos uno de los hombres que ofrece servicio en las instalaciones, quien prepotente les ordenó que apagaran su música, lo que les sorprendió. “Uno de mis primos le preguntó qué ¿cuál había sido el problema?, pero esta persona se acercó a nosotros tratando de iniciar una pelea. Entonces su esposa se puso en medio de los dos para evitar la pelea, pero el hombre de repente le tiró un golpe y la aventó al piso”.
Esta situación provocó que comenzaran a pelear y cuando el agresor recibió un golpe en el rostro amenazó a las personas en el lugar, advirtiéndoles “No saben con quién se meten”. “Todos empezamos a juntar nuestras cosas, para no hacer más escándalo, pero el hombre no se iba, y cuando menos lo pensamos ya estábamos rodeados como de 50 hombres más, ahí comenzó lo peor”.
Dicen que entonces comenzaron a golpearlos, y entre más de 7 hombres dejaron en el piso inconsciente al hombre que defendió a su pareja, su esposa trató de cubrirlo con su cuerpo y siguieron golpeándola, luego la jalaron del cabello para quitarla. “Traían macanas, pistolas de corriente de energía y unas varas de luz con las que nos golpeaban.
La mayoría éramos mujeres y niños. Los hombres que iban con nosotros trataron de defendernos y de ocultar a los niños porque a todos nos golpearon”. “¡Que no se escape ninguno, mátenlos a todos, los vamos a desaparecer!”, esas eran las amenazas en su contra. En un momento uno de los agresores sacó un arma para apuntar directo contra el cuerpo de la persona que estaba en el piso, luego se escucharon varios disparos.
Esta mujer con una prima se ocultaron hasta llegar a la habitación en donde estaban sus hijas, y luego buscaron a unos de sus familiares que no se habían dado cuenta de lo que pasaba. “Ya eran casi las 3 de la mañana, yo pensé que ya no salíamos de ahí y le hablé a mis papás para enterarlos de lo que pasaba… pensé que ahí nos iban a matar a todos”. Mientras trataban de explicarles lo que pasó, llegaron a la habitación tres hombres armados que les exigieron que se fueran del hotel. “Nos subieron a unas camionetas de las que usan para llevar la basura, aventaron las maletas y nos llevaron al camión, sentíamos que nos iban a matar en el camino, porque casi nos volteábamos”. “Ya que llegamos al camión, había como 60 hombres armados rodeándonos, nos gritaron que nos largáramos, que no querían que regresáramos y que no nos daban más tiempo, o nos mataban a todos”.
Cuando llegaron al pueblo más cercano, buscaron ayuda para atender al hombre golpeado y a una mujer a quien le dio un coma diabético. Autoridades locales e incluso Ministerio Público les dijo que no se podía hacer nada y que lo más conveniente era que se fueran. “De los 45 que fuimos, al menos 30 regresamos golpeados. No respetaron a nadie, ni a los niños porque una de las niñas también la arrastraron, fue una cosa horrible”. “Yo de verdad creo que salimos vivos, porque éramos muchos, pero la misma gente del lugar que supo lo que nos pasó nos dijo que la libramos de milagro, porque ya han desaparecido a muchos”. Los afectados quedaron con daños físicos y psicológicos, y aseguran que no regresarán a ese lugar.
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