Noticias de Yucatán
Es injusto definir a una persona por su relación con otra. Por otra parte, también es cierto que Yoko Ono ha utilizado la popularidad de su tercer esposo para darse a conocer más a sí misma. Así pues, es habitual ver escrito su nombre seguido de la apostilla: "viuda de John Lennon”. Muchos ven en ella a la mujer que rompió el mítico grupo musical The Beatles. Pero Yoko Ono tiene una historia propia que contar.
Creció en el seno de una familia rica de Tokio y a principios de la década de los 60 se marchó a Nueva York convertida en promesa del arte de vanguardia. Entre sus más conocidos performances está "Cut Piece” (1964). La artista se sentaba sobre el escenario ataviada con un fino vestido. Delante de ella yacían numerosas tijeras que el público utilizaba para ir cortando trocitos de la prenda que cubría su cuerpo. Su aura de inaccesibilidad parecía siempre formar parte de un performance total.
Pronto se convierte en habitual de las exposiciones de los museos más importantes del mundo como representante del arte conceptual. Nadie duda de su significativo aporte al movimiento "Fluxus” en la Nueva York de la década de los 60. Influyó en la obra de Marcel Duchamp y en la música de John Cage, este último precursor de nuevas experiencias auditivas y de la nueva música. Ambos se conocieron en Nueva York a través del primer marido de Ono, Toshi Ichiyanagi, discípulo de Cage.
La Bienal de Venecia rindió homenaje a su figura en 2009, distinguiendo su obra por haber sido incomprendida y adelantada a su tiempo. Incluso sus aportes musicales encuentran reconocimiento. Su único problema es que no ha llegado al corazón de la gente. Y eso puede deberse a su rigurosa y egocéntrica actitud hacia su vida privada y familiar, que tienen también esa aura de inaccesibilidad.
Pérdida de su hija
En varias entrevistas, Yoko Ono admitió haber tenido una relación distante con sus dos hijos, Kyoko Chan Cox, fruto de su matrimonio con Anthony Cox, y Sean Lennon, vástago de John Lennon. Ono confesó que no planeó su primer embarazo y que tuvo la sensación de que le robaban su libertad. La recuperó de forma drástica tras separarse de Cox, pues dejó a la pequeña al cuidado de su exmarido para dedicarse a la nueva relación con John Lennon. Anthony Cox se unió a una secta y él y la niña desaparecieron por completo de su vida. A mediados de la década de los 90, Kyoko volvió a retomar el contacto con su madre.
Conoció a John Lennon en Londres en 1966, cuando el músico visitó una de las exposiciones de la conocida artista. Dos años más tarde, iniciaron una relación amorosa y Ono acompañó a Lennon a la grabación en estudio del "Álbum Blanco" de Los Beatles. De esta manera, el vocalista de la formación rompió uno de los pactos del grupo: no llevar a sus parejas amorosas a las grabaciones. Pronto se reveló lo necesario que había sido ese acuerdo. Yoko Ono, alentada por Lennon, se inmiscuyó en los detalles de la grabación.
"Estoy enamorado de ella”, dijo Lennon a la prensa a finales de los 60, mientras Yoko Ono estaba sentada a su lado en silencio. Pronto se extendió la sospecha de que el músico dependía de su nueva pareja, siete años mayor. En 1969 contrajeron matrimonio y un año más tarde Paul McCartney anunció que abandonaba Los Beatles, no sin antes mencionar que su decisión se debía en parte a la relación de Lennon con Ono. Es difícil dilucidar cuánto se habían distanciado personal y musicalmente ambos miembros de la banda antes de la polémica relación amorosa. La imagen de Yoko Ono siempre quedó marcada en la opinión pública por haber sido la causante de la ruptura del grupo.
Caricatura con brazalete y esvástica
McCartney absolvió a Yoko Ono de toda culpa sobre la ruptura del grupo décadas después durante una entrevista televisiva con David Frost. McCartney aseguró que la permanente presencia de Ono durante las grabaciones de estudio no fue la causa de la disolución. Pero no desmintió que los otros miembros de la banda tenían suspicacias hacia la artista. Al parecer, la mirada penetrante de Ono les hacía pensar que era capaz de leer sus pensamientos. Por su parte, Ono declaró que como pareja de Lennon tuvo que vérselas nada menos que con tres "suegras”: Paul, George y Ringo. En la parodia sobre el grupo titulada "The Rutles: All you Need is Cash”, Ono aparece caricaturizada como artista alemana con brazalete y esvástica.
La relación entre John y Yoko parecía formar parte de una instalación teatral, como su "Bed-Ins”, para reivindicar la paz en el mundo, o el período de 18 meses conocido como "Lost Weekend”, en el que Ono empujó a su marido a tener una aventura amorosa con su asistente, Mary Pang, en un apartamento de Nueva York, y el músico se dedicó al alcohol, las admiradoras y las drogas.
Dos años después, Yoko Ono quedó nuevamente embarazada. Tenía 42 años y la idea no le entusiasmó. Después confesó que no se veía como mujer quedándose en casa con los hijos. Mientras John se ocupaba del hijo común, ella se dedicó a invertir dinero y a la mercadotecnia de su marido. El 8 de diciembre de 1980, cuando la pareja regresaba de unas grabaciones de estudio, un fan obsesionado disparó a su ídolo John Lennon delante del edificio de apartamentos Dakota, donde hoy todavía vive la viuda. En 1981, Ono demostró que para ella el arte no tiene límites: la portada de su álbum "Season of Glass”, de 1981, llevaba la imagen de las gafas de su marido que quedaron ensangrentadas el día de su asesinato.
En los últimos tiempos, Yoko Ono dio que hablar, cuando denunció a un bar de Hamburgo por haber llamado "Yoko Mono” al local. Ono alegó que eso atentaba contra los derechos de su nombre. A los 85, no parece que la edad haya atemperado su carácter.
Autor: Torsten Landsberg (MS/RRR).
Es injusto definir a una persona por su relación con otra. Por otra parte, también es cierto que Yoko Ono ha utilizado la popularidad de su tercer esposo para darse a conocer más a sí misma. Así pues, es habitual ver escrito su nombre seguido de la apostilla: "viuda de John Lennon”. Muchos ven en ella a la mujer que rompió el mítico grupo musical The Beatles. Pero Yoko Ono tiene una historia propia que contar.
Creció en el seno de una familia rica de Tokio y a principios de la década de los 60 se marchó a Nueva York convertida en promesa del arte de vanguardia. Entre sus más conocidos performances está "Cut Piece” (1964). La artista se sentaba sobre el escenario ataviada con un fino vestido. Delante de ella yacían numerosas tijeras que el público utilizaba para ir cortando trocitos de la prenda que cubría su cuerpo. Su aura de inaccesibilidad parecía siempre formar parte de un performance total.
Pronto se convierte en habitual de las exposiciones de los museos más importantes del mundo como representante del arte conceptual. Nadie duda de su significativo aporte al movimiento "Fluxus” en la Nueva York de la década de los 60. Influyó en la obra de Marcel Duchamp y en la música de John Cage, este último precursor de nuevas experiencias auditivas y de la nueva música. Ambos se conocieron en Nueva York a través del primer marido de Ono, Toshi Ichiyanagi, discípulo de Cage.
La Bienal de Venecia rindió homenaje a su figura en 2009, distinguiendo su obra por haber sido incomprendida y adelantada a su tiempo. Incluso sus aportes musicales encuentran reconocimiento. Su único problema es que no ha llegado al corazón de la gente. Y eso puede deberse a su rigurosa y egocéntrica actitud hacia su vida privada y familiar, que tienen también esa aura de inaccesibilidad.
Pérdida de su hija
En varias entrevistas, Yoko Ono admitió haber tenido una relación distante con sus dos hijos, Kyoko Chan Cox, fruto de su matrimonio con Anthony Cox, y Sean Lennon, vástago de John Lennon. Ono confesó que no planeó su primer embarazo y que tuvo la sensación de que le robaban su libertad. La recuperó de forma drástica tras separarse de Cox, pues dejó a la pequeña al cuidado de su exmarido para dedicarse a la nueva relación con John Lennon. Anthony Cox se unió a una secta y él y la niña desaparecieron por completo de su vida. A mediados de la década de los 90, Kyoko volvió a retomar el contacto con su madre.
Conoció a John Lennon en Londres en 1966, cuando el músico visitó una de las exposiciones de la conocida artista. Dos años más tarde, iniciaron una relación amorosa y Ono acompañó a Lennon a la grabación en estudio del "Álbum Blanco" de Los Beatles. De esta manera, el vocalista de la formación rompió uno de los pactos del grupo: no llevar a sus parejas amorosas a las grabaciones. Pronto se reveló lo necesario que había sido ese acuerdo. Yoko Ono, alentada por Lennon, se inmiscuyó en los detalles de la grabación.
"Estoy enamorado de ella”, dijo Lennon a la prensa a finales de los 60, mientras Yoko Ono estaba sentada a su lado en silencio. Pronto se extendió la sospecha de que el músico dependía de su nueva pareja, siete años mayor. En 1969 contrajeron matrimonio y un año más tarde Paul McCartney anunció que abandonaba Los Beatles, no sin antes mencionar que su decisión se debía en parte a la relación de Lennon con Ono. Es difícil dilucidar cuánto se habían distanciado personal y musicalmente ambos miembros de la banda antes de la polémica relación amorosa. La imagen de Yoko Ono siempre quedó marcada en la opinión pública por haber sido la causante de la ruptura del grupo.
Caricatura con brazalete y esvástica
McCartney absolvió a Yoko Ono de toda culpa sobre la ruptura del grupo décadas después durante una entrevista televisiva con David Frost. McCartney aseguró que la permanente presencia de Ono durante las grabaciones de estudio no fue la causa de la disolución. Pero no desmintió que los otros miembros de la banda tenían suspicacias hacia la artista. Al parecer, la mirada penetrante de Ono les hacía pensar que era capaz de leer sus pensamientos. Por su parte, Ono declaró que como pareja de Lennon tuvo que vérselas nada menos que con tres "suegras”: Paul, George y Ringo. En la parodia sobre el grupo titulada "The Rutles: All you Need is Cash”, Ono aparece caricaturizada como artista alemana con brazalete y esvástica.
La relación entre John y Yoko parecía formar parte de una instalación teatral, como su "Bed-Ins”, para reivindicar la paz en el mundo, o el período de 18 meses conocido como "Lost Weekend”, en el que Ono empujó a su marido a tener una aventura amorosa con su asistente, Mary Pang, en un apartamento de Nueva York, y el músico se dedicó al alcohol, las admiradoras y las drogas.
Dos años después, Yoko Ono quedó nuevamente embarazada. Tenía 42 años y la idea no le entusiasmó. Después confesó que no se veía como mujer quedándose en casa con los hijos. Mientras John se ocupaba del hijo común, ella se dedicó a invertir dinero y a la mercadotecnia de su marido. El 8 de diciembre de 1980, cuando la pareja regresaba de unas grabaciones de estudio, un fan obsesionado disparó a su ídolo John Lennon delante del edificio de apartamentos Dakota, donde hoy todavía vive la viuda. En 1981, Ono demostró que para ella el arte no tiene límites: la portada de su álbum "Season of Glass”, de 1981, llevaba la imagen de las gafas de su marido que quedaron ensangrentadas el día de su asesinato.
En los últimos tiempos, Yoko Ono dio que hablar, cuando denunció a un bar de Hamburgo por haber llamado "Yoko Mono” al local. Ono alegó que eso atentaba contra los derechos de su nombre. A los 85, no parece que la edad haya atemperado su carácter.
Autor: Torsten Landsberg (MS/RRR).