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Este lunes 10 de septiembre se conmemora el Día Mundial para la Prevención del Suicidio, una fecha que desde 2003 fue instaurada con el objetivo de concienciar a nivel mundial que el suicidio puede prevenirse.
La lucha contra este flagelo, ya se tornado como un desafío universal toda vez que se encuentra entre las 20 principales causas de muerte a nivel mundial para personas de todas las edades.
Se estima que cada 40 segundos una persona se quita la vida. Según revelan cifras de la Organización Mundial de la Salud (OMS), casi tres mil personas ponen fin a su vida diariamente, mientras que otros 20 sólo lo intentan.
El suicidio entre los jóvenes de 15 a 29 años de edad, aumentó en los últimos años en nuestro país, actualmente la proporción es de 4 de cada 10 personas de este grupo de edad. Ahora es la segunda causa de muerte en ese sector de la población, superada sólo por los accidentes.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en el 2015 se detectaron más de seis mil suicidios, lo que representa más de cinco muertes por cada 100 mil habitantes.
Los principales métodos de suicidio fueron el ahorcamiento(79.3%), le siguen disparo de arma de fuego (8.9%) y envenenamiento (3.8%).
Daños colaterales
Según la Asociación internacional para la prevención del suicidio, con cada muerte autoinfligida aproximadamente 135 personas sufren un dolor intenso o se ven afectadas de alguna manera.
Esto equivale a 108 millones de personas al año que están profundamente afectadas por la conducta suicida. Este trastorno mental incluye el acto de quitarse la vida así como también la “ideación” de este hecho y los intentos del mismo.
De esta manera se estima que por cada suicidio, 25 personas hacen un intento y muchos más piensan en hacerlo.
La conducta suicida es el resultado de una convergencia defactores de riesgo tanto genéticos, psicológicos, sociales y culturales, entre otros, a veces combinados además con experiencias de trauma y pérdida.
Las personas que se quitan la vida representan un grupo heterogéneo, con influencias causales únicas, complejas y multifacéticas que preceden a su acto final. Tal heterogeneidad presenta desafíos para los expertos en prevención del suicidio. Estos desafíos se pueden superar adoptando un enfoque multinivel y cohesionado para su prevención. Fuentes:gruporivas.
