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Desde 2003, el 10 de septiembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, cuyo propósito es promover el compromiso y la acción mundiales para evitar los suicidios. con diversas actividades en todo el mundo.
Esta conmemoración es organizada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio —IASP, por sus siglas en inglés—, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH).
Desde 2003, el 10 de septiembre de cada año se conmemora el Día Mundial de la Prevención del Suicidio, cuyo propósito es promover el compromiso y la acción mundiales para evitar los suicidios. con diversas actividades en todo el mundo.
Esta conmemoración es organizada por la Asociación Internacional para la Prevención del Suicidio —IASP, por sus siglas en inglés—, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Federación Mundial de la Salud Mental (WFMH).
Según el Atlas de Salud Mental de la OMS, publicado en 2014, ningún país de bajos ingresos tiene una estrategia nacional de prevención del suicidio, mientras que menos del 10% de los países de ingresos medianos bajos y un tercio de los países de ingresos altos lo tienen.
En su primera celebración en 2003, esta iniciativa global de prevención de suicidio de la OMS mencionó que su estrategia principal consiste en "la organización de actividades multisectoriales, mundiales, regionales y nacionales para aumentar la conciencia sobre los comportamientos suicidas y cómo prevenirlos de manera efectiva".
Estadísticas
Según la página web de la Organización Mundial de la Salud, cada año sesuicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad global de 16 por cada 100 mil habitantes, o una muerte por suicidio cada 40 segundos.
En los últimos 45 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de myerte entre las personas de 15 a 44 años, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
Se estima que, a nivel mundial, el suicidio supuso el 1.8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en 2020 representará el 2.4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas. Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países.
Los trastornos mentales —especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol— son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales.
Recursos para evitarlo
Las estrategias que contemplan la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio —por ejemplo armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas— han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de suicidio; no obstante, se deben adoptar enfoques multisectoriales con muchos niveles de intervención y actividades.
Los datos disponibles demuestran de forma contundente que la prevención y el tratamiento adecuados de la depresión y del abuso de alcohol y de sustancias reducen las tasas de suicidio, al igual que el contacto de seguimiento con quienes han intentado suicidarse.
A nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello.
Es evidente que la prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación.
En su primera celebración en 2003, esta iniciativa global de prevención de suicidio de la OMS mencionó que su estrategia principal consiste en "la organización de actividades multisectoriales, mundiales, regionales y nacionales para aumentar la conciencia sobre los comportamientos suicidas y cómo prevenirlos de manera efectiva".
Estadísticas
Según la página web de la Organización Mundial de la Salud, cada año sesuicidan casi un millón de personas, lo que supone una tasa de mortalidad global de 16 por cada 100 mil habitantes, o una muerte por suicidio cada 40 segundos.
En los últimos 45 años, las tasas de suicidio han aumentado en un 60% a nivel mundial. El suicidio es una de las tres primeras causas de myerte entre las personas de 15 a 44 años, y la segunda causa en el grupo de 10 a 24 años; estas cifras no incluyen los tentativas de suicidio, que son hasta 20 veces más frecuentes que los casos de suicidio consumado.
Se estima que, a nivel mundial, el suicidio supuso el 1.8% de la carga global de morbilidad en 1998, y que en 2020 representará el 2.4% en los países con economías de mercado y en los antiguos países socialistas. Aunque tradicionalmente las mayores tasas de suicidio se han registrado entre los varones de edad avanzada, las tasas entre los jóvenes han ido en aumento hasta el punto de que ahora estos son el grupo de mayor riesgo en un tercio de los países.
Los trastornos mentales —especialmente la depresión y los trastornos por consumo de alcohol— son un importante factor de riesgo de suicidio en Europa y América del Norte; en los países asiáticos, sin embargo, tiene especial importancia la conducta impulsiva. El suicidio es un problema complejo, en el que intervienen factores psicológicos, sociales, biológicos, culturales y ambientales.
Recursos para evitarlo
Las estrategias que contemplan la restricción del acceso a métodos comunes de suicidio —por ejemplo armas de fuego y sustancias tóxicas como plaguicidas— han demostrado ser eficaces para reducir las tasas de suicidio; no obstante, se deben adoptar enfoques multisectoriales con muchos niveles de intervención y actividades.
Los datos disponibles demuestran de forma contundente que la prevención y el tratamiento adecuados de la depresión y del abuso de alcohol y de sustancias reducen las tasas de suicidio, al igual que el contacto de seguimiento con quienes han intentado suicidarse.
A nivel mundial, la prevención del suicidio es una necesidad que no se ha abordado de forma adecuada debido básicamente a la falta de sensibilización sobre la importancia de ese problema y al tabú que lo rodea e impide que se hable abiertamente de ello.
Es evidente que la prevención del suicidio requiere también la intervención de sectores distintos del de la salud y exige un enfoque innovador, integral y multisectorial, con la participación tanto del sector de la salud como de otros sectores, como por ejemplo los de la educación, el mundo laboral, la policía, la justicia, la religión, el derecho, la política y los medios de comunicación.
Fuente: Milenio