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Con una sentencia de sacarla a remate para aliviar las golpeadas finanzas de su inquilino el PRI, la Casa del Pueblo presenta este diciembre un panorama muy distinto al que mostraba hace 12 meses, cuando hervía de bullicio ante la cercanía de los “destapes” y precampañas que estaban en puerta.
Aspirantes a los diversos cargos que estarían en juego, acompañados de sus simpatizantes iban y venían en interminables jornadas para dejar todo listo antes de que llegaran las fiestas navideñas y de fin de año, pues en enero se reanudaría con fuerza la actividad para dar paso a las precampañas y precampañas.
Hoy las antiguas paredes del edificio de arquitectura neomaya, que guardan muchos secretos de como se urdían las redes para llegar al poder, languidecen de soledad.
Incluso por algunas horas se cierra una de las dos hojas de la puerta principal.
En el estacionamiento, antes atestado de vehículos, hoy muestra espacio suficiente, pero aún así se sigue restringiendo.
Hasta el famoso estanquillo “El paso de los grillos”, ubicado a unos metros de la Casa del Pueblo y del edificio de la CTM, ya no ve desfilar tantos de aquellos a los que debe su nombre.
“Ahora ni las moscas se paran ahí”, comentan trabajadores de comercios ubicados frente a la sede del tricolor, que desde este 1 de diciembre se ha quedado sin el gobierno federal, y dos meses antes dejó de tener el poder estatal.
“Ahora hasta parece una casa fantasma, creo que este golpe fue peor que en el 2000 y el 2001”, señala un comerciante de la zona, en alusión a las primeras ocasiones que el PRI perdió la presidencia de la república y la gubernatura.
A principios de siglo, como se recordará, ocurrió la primera alternancia y el tricolor dejó de tener el monopolio del gobierno federal y estatal, después de más de 70 años de ser partido único en el poder.
Donde se mantiene el movimiento es en el tianguis “Víctor Cervera Pacheco”, ubicado a espaldas de la Casa del Pueblo, y precisamente desde ahí puede verse la parte posterior del vetusto edificio que, según se anunció, podría ser vendido para sanear las finanzas del PRI que resultaron muy golpeadas luego de las derrotas del 1 de julio.
“Todavía no terminaban de digerir que se quedaron sin el gobierno (estatal) cuando les cayó lo de la presidencia, y ahí sí quedaron fríos”, expresó un vecino de la colonia Alemán que compraba fruta en el tianguis. “Pero ellos se lo buscaron, le fallaron mucho a la gente”.
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