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El tercer cenote de mayores dimensiones en Mérida fue descubierto el año pasado; y con éste, restos óseos humanos, vasijas y un hábitat conservado donde radican incluso especies endémicas y en peligro de extinción, anunció el espeleólogo Erick Sosa Rodríguez en una presentación realizada el jueves 24 de enero en el Centro Cultural Olimpo.
Ubicado en propiedad privada en el norte de Mérida, entre el periférico y la comisaría de Cholul, el cenote posee 27 metros de profundidad máxima y una caverna de 400 metros de extensión. Esto lo convierte en el tercero más grande hallado en Mérida, solo por detrás del Cenote Xlacah de Dzibichaltún y el del Aeropuerto Internacional de la ciudad.
“Lo que resalto del sitio es la extensión. La gran mayoría de los cenotes del municipio son pequeños. Este es el tercero más grande”, destacó Sosa Rodríguez.
Asimismo, debido al buen estado de conservación, se encontró diversas especies en el acuífero del cenote. Entre ellas la “Dama Blanca Ciega” Typhliasina pearsei, especie endémica en peligro de extinción, langostinos y otros crustáceos. “Es un bioindicador de que está bastante conservado el agua en ese sitio”.
Respecto a los restos humanos, si bien se necesitan estudiar por los arqueólogos correspondientes, podrían ser mayas, debido a que en el lugar se encontró “restos de vasijas”, así como una modificación en piedra a modo de escalera, lo cual se ha visto en otros depósitos de agua natural similares, detalló el investigador. “Muy probablemente sean de origen maya”.
En entrevista con La Jornada Maya, Sosa Rodríguez señaló que la formación fue identificada a raíz de una denuncia ciudadana sobre restos sólidos en el acuífero del lugar. A partir de allí se realizaron visitas con equipo especializado, las cuales demostraron todo el desarrollo subacuático del lugar.
La limpieza hecha en coordinación con la Secretaría de Desarrollo Sustentable, el Círculo Espeleológico del Mayab y el Grupo Espeleológico Ajau, retiró del cuerpo de agua cerca de 80 kilogramos de basura sólida. Aunque reiteró la fauna encontrada es indicador de una buena conservación.
A los propietarios se les indicó que el lugar no es apto para las actividades recreativas ya que el buceo es bastante técnico. Por lo mismo el cenote se encuentra cerrado al público, aunado a intentar conservar el estado en que se encuentra.
“Como explorador es una gran satisfacción encontrar sitios nuevos, sobre todo en una zona donde no te lo esperas. Al estar dentro de la ciudad, no te esperas encontrar algo de ese tamaño y menos tan conservado. Reafirma el compromiso de la labor que desempeño para seguir conservando estos ecosistemas”, describió el espeleólogo.
Finalmente subrayó en que hay gente que “aún tiene la idea equivocada” de que si poseen un cenote o cueva en su propiedad el gobierno se los va a quitar, lo cual podría impedir que a veces se avise de los descubrimientos. “A veces es el mismo dueño quien pide la inspección para ver qué tienen”, “No descartaría que haya otros sitios con extensión considerable”, “no descartaría que haya más”, señaló.
Fuente La Jornada Maya