Hace 40 años, cuando comenzaba
a trabajar con comunidades indígenas, Andrés Manuel López Obrador era espiado
por la Dirección Federal de Seguridad, relató el propio presidente desde
Macuspana, Tabasco.
“Ahora me encontré, fíjense lo
que son las cosas, las vueltas que da la vida. Me encontré o, mejor
dicho, pedí que me llevaran mi expediente donde espiaban, donde empecé a
luchar como opositor. Me entregaron mi expediente”, explicó el titular del
Ejecutivo en un mitin a las afueras de Macuspana.
López Obrador inició su
trabajo en los años setenta en zona de La Chontalpa, región agrícola y
petrolera cercana a la costa del Golfo; en la zona de los Ríos propensa a
inundaciones; y en la Sierra, de alta marginación y cercana a Chiapas.
Ese trabajo, dijo, era seguido
y registrado por el gobierno federal.
“Es un timbre de orgullo
poderles decir que desde hace 40 años estaban las orejas detrás de mí
espiándome”, presumió ante los asistentes.
El titular del Ejecutivo
afirmó que durante su administración no se espiará a la gente que
proteste en contra del gobierno o por ejercer su libertad de expresión.
“Por eso ya ordené que ya no
haya espionaje en el gobierno, que no anden siguiendo a nadie, que no anden
espiando a nadie. Que todos actuemos como ciudadanos libres, que tengamos esa
garantía”, ofreció López Obrador.
Después de esa etapa, inició
su carrera de partidista que eventualmente lo llevó a ganar la presidencia en
su tercer intento.
Volver a su tierra, a la
ribera del río que pasaba frente a su casa de Tepetitán, provocó que la
asistencia a los mítines del presidente en Macuspana, Tabasco; y a Salto de
Agua, Chiapas; tuvieran una asistencia masiva.
Excélsior