Los árbitros son, como los describiera el fallecido escritor
Eduardo Galeano, esos “abominables tiranos que ejercen su dictadura en una
cancha con gestos de ópera”; sin embargo, un par de silbantes nos acaban de dejar
en claro que también son seres llenos de amor.
Previo a un partido correspondiente a la cuarta división del
fútbol rumano, mismo que protagonizaron los equipos CA Oradea y CS Diosig, el
asistente de la contienda, Marius Matica, se hincó sobre el césped para acto
seguido pedirle matrimonio a su colega Gyorgi Duma, quien fungió como asistente
y que, sorprendida por el gesto, aceptó la propuesta de inmediato.
Contrario a los silbidos y mentadas que suelen recibir
cotidianamente por parte de la grada, en esta ocasión el respetable se puso de
pie para aplaudir y vitorear a los enamorados nazarenos, cuya relación de
noviazgo duró más de tres años.
Luego de tal acto, las hostilidades se pusieron en marcha y
lo de menos fue el resultado, que por cierto quedó 1-3 en favor de la visita, y
es que lo verdaderamente importante de este encuentro fue el pacto realizado
entre los árbitros que, volviendo a Galeano, raras veces son aclamados en un
estadio, pues “su trabajo consiste en hacerse odiar”.
Sdp noticias
El amor entre árbitros EXISTE â¤ï¸ pic.twitter.com/oQMdojOpiK
— TyC Sports (@TyCSports) 10 de abril de 2019