Una señora que, como suele
ocurrir en muchas ocasiones, se sentó en el lugar de otra persona, sólo que
ella, un tanto testaruda, no más no quiso levantarse.
Esto ocasionó la
intervención de personal del Cinema quien de mil maneras le explicó que cada
butaca está numerada y corresponde a la persona que tenga el boleto
correspondiente.
Sin embargo, la señora muy
indignada, alegó que tenía sus derechos humanos y no quería levantarse.
Es incidente ocasionó que
la función se atrase y los demás clientes comenzaran a disgustarse.
Incluso en varias
ocasiones se rieron por la terquedad y las frases un tanto sin sentido que
expresaba.
La dama alcanzó boleto
para las primeras filas, que pues a muchos les resultan incómodas, pero pues
hay que respetar los espacios de cada quien.
Fuente: Esquivel Tite Ha