Lo peor está por llegar para España, cuarto foco mundial de
la epidemia del coronavirus COVID-19. Las autoridades sanitarias advirtieron
este jueves de que toca resistir en casa y asumir que la enfermedad no ha
alcanzado su pico.
“Llegan los momentos más duros”, dijo el ministro de
Sanidad, Salvador Illa.
“Seguiremos viendo un aumento de casos mientras en estos
próximos días nos vamos acercando al pico”, añadió Illa durante una conferencia
de prensa.
Poco antes, se conocieron los últimos datos oficiales, 17
mil 147 casos confirmados, 767 muertos (209 más que ayer) y 939 personas
luchando por su vida en unidades de cuidados intensivos (UCI).
Los sanados son mil 107, un dato que se suele destacar poco
en momentos de angustia como los que hoy vive cada familia española, la que
tiene enfermos de COVID-19 o cualquier otra dolencia que hoy no es prioridad,
la que tiene a sus mayores solos o, sencillamente, la que tiene miedo de haber
enfermado y sabe que no hay pruebas de detección para todos.
Mientras tanto, se mantiene la atención en los brotes
registrados en residencias de ancianos de todo el país, ya que en los últimos
dos días se han anunciado 60 muertes en esos centros.
El portavoz del centro de emergencia para esta pandemia,
Fernando Simón, admitió que hay problemas en esos centros, al tiempo que
observó que las cifras de letalidad del COVID-19 entre la población de mayor
edad -18 por ciento entre mayores de 75 años- “no supera la letalidad que se ha
observado en otros países en grupos equivalentes”.
Las residencias atienden a una población que no tiene cabida
en las emergencias de los hospitales, muchas de ellas no tiene medios para
proteger a sus trabajadores y ninguna tiene el equipamiento médico que requiere
una crisis sanitaria como esta.
El vicepresidente segundo del Gobierno, Pablo Iglesias,
anunció el envío inmediato a las regiones de 300 millones de euros para asistir
a los más desprotegidos: personas sin techo, dependientes de la asistencia
social y ancianos en residencias.
Todo es urgente
El gobierno anuncia cada día las medidas de respuesta que va
adoptando para cuando llegue el pico de la enfermedad, como la distribución de
equipo médico y de protección.
La región de Madrid comenzó este jueves a usar los primeros
dos hoteles medicalizados para atender a pacientes con síntomas leves con el
objetivo de liberar camas de los hospitales que están saturados por la fuerte
incidencia de la enfermedad en la capital y sus alrededores.
El objetivo es que más de 40 hoteles, con 9 mil
habitaciones, estén operativos en pocas semanas, atendidos por médicos recién
titulados, en la región de la capital, que acapara casi la mitad de los casos y
muchos de los muertos de todo el país.
Además, Illa informó de la incorporación al esfuerzo
sanitario de 8 mil médicos y 11 mil enfermeros que estaban desempleados y de 7
mil estudiantes de últimos años de Medicina y 10 mil de Enfermería.
Es el quinto día de reclusión para la mayoría de los 47
millones de españoles, de todos aquellos que no tienen que ir a trabajar a hospitales,
supermercados, farmacias, comercios esenciales y empresas sin teletrabajo.
Simón les pidió “aguantar la tensión” y seguir con
disciplina la orden de aislamiento social.
Fuente: López-Dóriga Digital.