López Obrador rechazó la posibilidad de vetar su Plan B en materia electoral; “no, no, no, me van a tachar de dictador”, dijo.
En la conferencia mañanera de Palacio Nacional, aseguró que la discusión de estos temas es “intrascendente”, porque lo importante era hacer una reforma constitucional que incluyera un cambio integral a las instituciones electorales.
Y es que López Obrador había amagado en diciembre con vetar las reformas si es que iban en contra de los ideales de la llamada Cuarta Transformación.
“En esencia, el planteamiento original era quitar completamente estos excesos en el manejo del presupuesto”, expresó.
—¿Va a actuar en consecuencia?
—Está en Corte—, respondió.
—¿La va a vetar?
—No, no, no. Si yo veto ahora, me van a tachar de dictador—, remarcó.
En este sentido, el Presidente dijo que dejará en manos de la Corte la decisión de mantener o rechazar las propuestas que se hicieron desde el Ejecutivo. Consideró que su intención era afianzar una auténtica democracia, eficaz y no costosa, pero se han puesto obstáculos por parte de la oposición.
Y desestimó la aprobación del llamado guardadito, para que los partidos políticos puedan mantener recursos que no gastaron.
“De todas maneras lo voy a ver, pero ya es un asunto, la verdad, intrascendente, sólo molesta porque se mantiene una élite, una casta divina, una burocracia dorada del INE y de otros organismos que le cuestan mucho al pueblo, le cuesta mucho mantenerlos, son organismos mantenidos y buenos para nada, eso es lo único”, agregó.
Actualmente, lo único que está pendiente en el Senado de la república es la transferencia de votos, lo que se ha llamado públicamente como la “cláusula de vida eterna”, la que López Obrador descartó cualquier posibilidad de veto.
“Lo voy a usar para cosas que considere más importantes, porque si no se me viene la campaña de que estoy actuando de manera autoritaria y vale más que se vaya como corresponde a la Suprema Corte”, apuntó.
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