Marisol, una mujer que trabajaba en Mazunte, hizo una denuncia pública en contra de un hombre identificado como D. O. L., alias El Culeco, por tentativa de feminicidio en contra de ella y de al menos 10 mujeres más en esta comunidad de la Costa de Oaxaca.
El 14 de enero de 2023, cuando presentó una mejoría en sus lesiones, acudió a presentar la denuncia ante la Fiscalía General del Estado en la ciudad de Oaxaca, pero relata que las autoridades se negaron a recibir la denuncia e iniciar una carpeta de investigación, por el tema de la ubicación geográfica.
La Ministerio Público argumentó que debía presentarla ante la Vicefiscalía Regional de la Costa, en Puerto Escondido, o en alguna de las fiscalías locales de Puerto Escondido, Pinotepa Nacional, Pochutla, Huatulco, Jamiltepec, Río Grande y Juquila, porque el delito fue cometido en Mazunte, una localidad que se encuentra en esa región del estado.
No obstante, Marisol tuvo que huir del lugar donde vivía para proteger su integridad, ante el riesgo de ser nuevamente atacada por su agresor. También solicitó apoyo a la Casa de la Mujer y ahí le dijeron que la asesoría tenía un costo, dinero con el cual ella no contaba.
Al verse sin respaldo de las autoridades y de organismos de la sociedad civil, decidió migrar a la Ciudad de México, donde ha continuado con sus tratamientos médicos y una cirugía a causa de las lesiones que sufrió.
Los hechos
El 27 de diciembre de ese año, su agresor, identificado como D. O. L., en estado de ebriedad ingresó junto con un grupo de hombres al hostal en el que ella trabajaba temporalmente; fue cuando él ingresó a su cuarto por la fuerza y empezó a revisar sus cosas personales, hasta que ella logró correrlo del lugar.
Después de ese incidente regresó a Zipolite, su hogar en ese entonces, y fue el 2 de enero de 2023 cuando regresó a Mazunte para quedarse de manera permanente, tras recibir una propuesta de trabajo en el hostal, que incluía hospedaje para ella.
Alguien avisó a D. O. L. que ella se encontraba sola en el hostal. Fue así que su agresor llegó al lugar y empezó a golpearla brutalmente; pero ella se defendió, lo empujó y logró tumbarlo para evitar que siguiera golpeándola. Entonces D. O. L. tomó un cuchillo que se usa para abrir pescados y la agredió con el arma. Marisol logró agarrar la hoja filosa del cuchillo con su mano izquierda y lo despojó del cuchillo; al hacerlo, tres de sus dedos fueron rebanados y prácticamente quedaron colgando.
Golpeada y con cortes en los dedos de su mano izquierda, Marisol salió del hostal y emprendió camino hacia la carretera que conduce a Zipolite. En el camino, personas a bordo de un vehículo la auxiliaron al ver que sangraba y la llevaron a Zipolite, donde ella pidió ayuda a unos amigos de oficio salvavidas.
Una vez a salvo y con atención médica, denunció los hechos ante un comandante de la Policía de Puerto Ángel, quien supuestamente fue a Mazunte junto con un grupo de policías para detener al agresor, Daniel O. L.; no obstante, horas después, el comandante le llamó para decirle que mejor ya no regresara a Mazunte y que dejara el asunto por la paz. “Me dijo que ya no la hiciera de tos”, relata.
Fue así que, por seguridad, decidió viajar a la ciudad de Oaxaca para interponer su denuncia ante la Fiscalía General del Estado; pero no quisieron recibirla. Tampoco logró obtener apoyo de la Casa de la Mujer.
Marisol afirma que no es la única víctima de D. O. L., a quien apodan El Culeco, parte de una familia con poder económico en Mazunte. Al menos son 10 mujeres, dijo, que han sido agredidas por esta persona y que no se atreven a denunciar por temor.
Ahora, ella se encuentra en la Ciudad de México donde será intervenida quirúrgicamente porque las lesiones en sus dedos alcanzaron los tendones. Hace la denuncia pública, dice, para evitar que su agresor continúe en la impunidad; también menciona que interpondrá la denuncia en la Fiscalía de la Ciudad de México.
