Como mudos testigos de un pasado promisorio, numerosas casonas del Centro Histórico de Mérida se encuentran abandonadas o en peligro de colapsar.
Zaguanes, dinteles, ventanales de herrería, portones, vitrales y arquerías dejan adivinar el esplendor de sus mejores épocas y hablan de una Mérida que se ha transformado poco a poco entre nuevas construcciones, divisiones, agregados y modificaciones.
A pesar de los actuales esfuerzos por rescatar el primer cuadro de la ciudad y el auge de extranjeros por adquirir y restaurar predios en este sector, muchas casonas se encuentran en estado ruinoso o en abandono con peligro de deterioro debido a la maleza y árboles que las invaden, agentes que aceleran su destrucción.
Aún falta mucho por hacer, pero el tiempo no perdona y sigue su labor destructiva donde el abandono ha sentado sus reales. San Juan, San Cristóbal, Mejorada, San Sebastián y Santiago son los barrios donde mayor número de predios abandonados se localizan.
En algunos casos las autoridades han tenido que poner cercas de madera para evitar que las personas transiten por sus aceras y sufrir un accidente al desprenderse algún pedazo de pared, como sucede en el predio número 394-A de la calle 65 con 44.
Muchas de estas casonas han perdido ya sus techos, pero sus muros se mantienen firmes y muestran su antigua fachada, sus puertas y ventanales, y por dentro las cicatrices de antiguos corredores, arquerías y espaciosas recámaras.
Los motivos del abandono de estas casonas son diversos: desinterés de los propietarios, cuestiones legales entre los familiares (predios intestados), falta de liquidez para realizar los trabajos de restauración -que por lo especializado del caso resulta oneroso-, desconocimiento de los trámites para intervenir los inmuebles, interés de habitar en zonas más modernas (hijos).
Estos motivos han generado el deterioro de muchos inmuebles de la capital yucateca y se convierten -por su antigüedad y el tiempo de abandono- en “Edificios ruinosos”.
Entrevistado al respecto, Federico Sauri Molina, director de Desarrollo Urbano de Mérida, explicó que el Reglamento para la Limpieza y Conservación de Bienes Inmuebles en el Municipio de Mérida indica que un edificio ruinoso es “Aquel predio que esté edificado, ocupado total o parcialmente o sin uso, que su estructura esté en malas condiciones o en riesgo de desplomarse”.
Señaló que el Centro Histórico de Mérida es considerado el más grande de Latinoamérica con una superficie de 8.795 km2, con 659 manzanas en las que se ubican 3,069 inmuebles con valor histórico edificados entre los Siglos XVI y XIX; a su vez, 572 edificios son considerados Patrimonio de la Nación, de acuerdo con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH).
Las casas abandonadas se convierten en un riesgo y peligro para los vecinos que viven cerca y transeúntes del lugar, así como una responsabilidad para las autoridades y, de acuerdo con la reglamentación oficial, debe cumplirse un proceso administrativo y legal que alarga el momento de actuar de manera efectiva para evitar su destrucción y conservación.
Sauri Molina explicó que lo anterior provoca además la pérdida histórica y arquitectónica del inmueble, y deteriora la zona donde se ubica, pues crea huecos urbanos que afectan la imagen del Centro Histórico.
El Patronato del Centro Histórico de Mérida realiza un estudio para determinar la situación actual de las 659 manzanas que conforma la Zona de Patrimonios de Monumentos Históricos, según decreto del INAH.
Alejandro Gil Sandoval, subdirector de la Oficina de Gestión del Patronato, difiere sobre el número de manzanas que conforman la superficie determinada en el decreto, pues cotejado el plano de manera física son 204 menos, es decir 455. Desconoce los motivos por los que en el decreto del INAH de 1982 son 659, ya que en su mismo plano no llega a esta cifra.
Gabriel Ferrer de M. en su libro “Nuestra Ciudad, Mérida de Yucatán”, publicado en 1938 en los talleres gráficos Basso, describe que en 1831 la ciudad de Mérida contaba con 599 manzanas, en 1906 con 652 y para 1938 en que escribió su libro, se contabilizaban 1,213 con aproximadamente 17,800 predios, incluyendo los terrenos sin construcción.
De acuerdo con los datos preliminares del estudio del Patronato en las 455 manzanas del Centro Histórico, ubicadas en cuatro cuarteles y cinco barrios: Santa Ana, Mejorada, San Cristóbal, San Sebastián y Santiago, se ubican 1,915 predios, de los cuales 930 están abandonados, 43 son baldíos, 91 están en construcción, 263 en renta y 588 en venta.
Las casas coloniales
Los años han modificado muchas, si no es que todas, las casas coloniales del Centro Histórico de Mérida, caracterizadas por ser de un piso, con una, dos o más galerías que se juntan en un ángulo recto, con espaciosos corredores para atenuar el fuerte calor, convertidos sus patios en jardines y con el indispensable pozo con brocales de cantería y a veces artísticos hierros.
La mayoría de estas casas contaba con otro patio detrás de la construcción y algunos traspatios en número indeterminado sembrados con árboles frutales de la región: zapotes, guayas, zaramullos, mameyes y caimitos, entre otros. Continuará.- Luis Iván Alpuche Escalante
Advierten que está casi en caos Mérida
Mérida, como un enfermo recién infectado, señalan
Debido a sus problemas de crecimiento y las condiciones del transporte de pasajeros y la movilidad en general, Mérida está al borde del caos urbano, advierte Gonzalo Navarrete Muñoz, integrante del Consejo de Cronistas de esta capital.
Compara la situación de la capital yucateca con la de un enfermo recién infectado que pronto mostrará los signos de su mal. Debido a esto, señala, debe aplicarse la medicina cuanto antes.
-Si Mérida cae en el caos urbano será difícil revertir la situación -expresa.
Navarrete Muñoz tiene 10 publicaciones, es autor de unos 500 artículos en periódicos y revistas, ha conducido programas de radio y televisión, ofrecido charlas y conducido conferencias. Es entrevistado sobre su visión de la capital yucateca, que ahora festeja su cumpleaños.
Centra sus opiniones en tres puntos: el transporte público de pasajeros, la vialidad y el desarrollo urbano.
Enemigo de la ciudad
-En las naciones de Occidente se considera al automóvil como enemigo de las ciudades -expresa-. Ahora las urbes se construyen para ese vehículo, no para las personas, por eso surgen los viaductos con segundos e incluso terceros pisos.
-Grandes urbanistas europeos proponen aplicar en materia de urbanismo la ecuación ideal: alta densidad habitacional, pocas distancias y poca motorización. Pero en Mérida hacemos lo contrario, hay poca densidad, largos trayectos y mucha motorización.
-Para que la ciudad no esté al servicio del automóvil sino de las personas necesitamos un adecuado transporte público de pasajeros. Pero el Ayuntamiento no puede intervenir en esto porque la ley otorga al gobierno del Estado el liderazgo en esa materia.
-Esas atribuciones deben regresar a manos del municipio, y modificar ya el actual sistema de rutas y trasbordos. Muchos usuarios del transporte viven en el Sur pero trabajan o realizan sus actividades en el Norte. Esto afecta su economía, les hace perder tiempo y daña su vida familiar.
-Debido a la falta de un eficiente transporte público creció mucho el número de vehículos, hay cerca de medio millón de ellos. Los embotellamientos de tránsito son cada vez más frecuentes. Hemos perdido tiempo en estudios y discusiones, empecemos a trabajar.
Gonzalo Navarrete fue entrevistado en su casa del fraccionamiento Gonzalo Guerrero, decorada con cuadros suyos -durante un tiempo hizo pintura- y de artistas locales. Casi junto a la sala tiene su biblioteca.
En materia de desarrollo urbano propone crear la figura del Procurador Urbano y quitar de manos del Ayuntamiento la tarea de autosupervisarse.
-Está mal que quien otorga el permiso de uso de suelo sea el mismo que vigila que aquello se aplique -abunda. La gente necesita un procurador urbano al cual recurrir cuando considere que la autoridad municipal obró mal en esa materia.
Considera también que los planes de desarrollo urbano quedan como documentos de buenas intenciones porque no hay capacidad para organizar todo el material y aplicarlo.
Respecto a la vivienda, coincide con los especialistas que afirman que hay sobreoferta de casas de interés social, media y residencial, lo cual se constata en la cantidad de casas desocupadas. Por tanto debe controlarse a los promotores y constructores del ramo para que no sigan extendiendo a Mérida.
-Especular con la tierra se volvió un gran negocio, también lo es construir casas y venderlas al triple de su valor. Debido a esto los grandes capitales están marcando el rumbo de la ciudad.
-No creo que haya déficit de casas, al contrario, estamos sobrados. Tenemos que ponerle un alto a los constructores. No se requiere invertir más recursos públicos en ese rubro, ni deben ellos meternos en más problemas y más desorden.- -No estoy en contra de los constructores, cada quien puede invertir su dinero en lo que quiera y, además, generan empleos. Pero hay que regularlos, eso sí. Las autoridades tienen que ser más claras en sus normas.En materia de desarrollo urbano el entrevistado aconseja escuchar a los arquitectos especializados en el tema, pues Yucatán cuenta con grandes profesionales en ese rubro. Hay que tomar el liderazgo de la ciudad, diceEl integrante del Consejo de Cronistas opina también que Mérida sigue siendo para sus habitantes un centro ceremonial como lo eran Thó y Chichén Itzá.-Todavía se le quiere, se le venera, se siente un cariño por ella. Esto quedó demostrado en las protestas del 4 de julio. Pero esto se perderá en la medida que esta ciudad se convierta en un laberinto roto.Recomienda imitar a otras ciudades en las que se ofrecen a los jóvenes locales paseos por las zonas históricas e importantes a fin de que conozcan y aprecien el lugar donde viven. -En Mérida -deplora- hay muchachos que creen que la ciudad empieza en Paseo de Montejo y termina el en Norte.Para concluir expone que Mérida todavía es una ciudad con alma, e invita a no perder estoHansel Vargas Aguilar.
Mérida | Ceremonial
Mérida aún es para sus habitantes un centro ceremonial como Thó.
Thó y Chichén
Gonzalo Navarrete, integrante del Consejo de Cronistas, opina que Mérida aún es para sus habitantes un centro ceremonial como lo eran Thó y Chichén Itzá.
Cariño
-Aún se le quiere, se le venera, se siente un cariño por ella.