Noticias de Yucatán
El centro histórico un mosaico de colores, sonidos y texturas
Los miles de meridanos y turistas que se adueñaron esta noche de las calles del Centro Histórico disfrutaron una jornada cultural con más de 420 artistas locales, nacionales e internacionales, que ofrecieron un total de 153 eventos de música, teatro, artes visuales, artes plásticas, danza, y en general toda la gama de las bellas artes, con un nuevo concepto con el que se dio cabida a la gastronomía y a espectáculos de luz y sonido.
La fiesta de la cultura en que se ha convertido “La Noche Blanca”, fue inaugurada formalmente por el alcalde poco después de las 7:30 de la noche, aunque la gente ya se había volcado en las calles, en los museos, en los parques y todos los espacios públicos que el Ayuntamiento de Mérida dispuso para esta jornada cultural.
El Centro Histórico se convirtió en un mosaico de colores, sonidos y texturas. Música clásica y popular, trova yucateca y también cubana, música moderna, danzones y cantos gregorianos convivieron en total armonía para satisfacer los diferentes gustos, para atraer al público que, ávido de Cultura, salió a vivir una nueva edición de “La Noche Blanca”.
Filas a las puertas de teatros y galerías, gente congregada en los parques para escuchar las diferentes propuestas musicales. Uno de los “platos fuertes” de la noche fue el espectáculo “Los Méndez sinfónico”, en el que la popular agrupación yucateca y la Orquesta de Cámara del Ayuntamiento unieron talentos para disfrute del numeroso publico que se dio cita poco después de las 12 de la noche en la Plaza Principal.
El amplio y variado menú musical llevó al público a diferentes épocas y ritmos, pues lo mismo se pudo disfrutar un homenaje del grupo Yahal Kab, al salsero colombiano Yuri Buenaventura en el “Remate” del Paseo de Montejo hasta el romanticismo de la década de los 70s con la agrupación venezolana Los Terrícolas, en el parque de San Juan. La música de “Los Beatles”, que ha marcado a varias generaciones, también se sumó a la fiesta meridana con la actuación de la compañía multidisciplinaria Magio, en el parque de Santiago.
Los jóvenes disfrutaron de la banda Rebbel Cats en el parque de Santa Ana, así como funk, reggae y ska con Los Increíbles Chepos. Otras personas optaron por acompañar a Los Juglares, que celebraron 25 años de trayectoria con un concierto en el parque de La Mejorada.
Oscar Ruvalcaba, reconocido bailarín y coreógrafo capitalino, deleitó a los meridanos con otra de sus facetas: cantante y pianista en su concierto “Canciones con historia”, en el parque de Santa Lucía.
Teatro clásico, contemporáneo, regional e infantil, circo, danza aérea y otras actividades complementaron la oferta cultural de la noche.
Gente bailando, caminando, conviviendo y disfrutando el arte fue la constante en el Centro Histórico. El Ayuntamiento de Mérida puso a disposición de los noctámbulos seis vehículos, entre “guaguas” y mini vans para el transporte entre los distintos puntos donde se realizaban los eventos. En todo momento los vehículos circularon al máximo de su capacidad. Así, lo mismo se pudo ver a familias completas descendiendo a las puertas del Museo Regional de Antropología e Historia, que a grupos de jóvenes en galerías y parques.
Los restaurantes que se sumaron a “La Noche Blanca” también registraron una elevada afluencia, más aún con los descuentos que los comensales obtuvieron mediante las pulseras que se entregaban a la entrada de alguno de los foros culturales.
La oferta gastronómica también “invadió” parques y la Plaza Principal. Restaurantes, panaderías, el mercadito orgánico y los “Food trucks” acercaron a los paseantes una amplia variedad de platillos, panes y postres.
Alrededor de la medianoche, el corazón de la ciudad lucía animado y los asistentes aún con ganas de más cultura. Muchos optaron por caminar de un punto a otro, en interminable romería de jóvenes, niños y adultos que hicieron de la quinta edición de “La Noche Blanca”, un evento a la altura de las grandes ciudades.
De esta forma, Mérida, Ciudad Blanca, refrendó su vocación cultural y turística, cobijada por el clima de seguridad que prevalece en ella.
El centro histórico un mosaico de colores, sonidos y texturas
Los miles de meridanos y turistas que se adueñaron esta noche de las calles del Centro Histórico disfrutaron una jornada cultural con más de 420 artistas locales, nacionales e internacionales, que ofrecieron un total de 153 eventos de música, teatro, artes visuales, artes plásticas, danza, y en general toda la gama de las bellas artes, con un nuevo concepto con el que se dio cabida a la gastronomía y a espectáculos de luz y sonido.
La fiesta de la cultura en que se ha convertido “La Noche Blanca”, fue inaugurada formalmente por el alcalde poco después de las 7:30 de la noche, aunque la gente ya se había volcado en las calles, en los museos, en los parques y todos los espacios públicos que el Ayuntamiento de Mérida dispuso para esta jornada cultural.
El Centro Histórico se convirtió en un mosaico de colores, sonidos y texturas. Música clásica y popular, trova yucateca y también cubana, música moderna, danzones y cantos gregorianos convivieron en total armonía para satisfacer los diferentes gustos, para atraer al público que, ávido de Cultura, salió a vivir una nueva edición de “La Noche Blanca”.
Filas a las puertas de teatros y galerías, gente congregada en los parques para escuchar las diferentes propuestas musicales. Uno de los “platos fuertes” de la noche fue el espectáculo “Los Méndez sinfónico”, en el que la popular agrupación yucateca y la Orquesta de Cámara del Ayuntamiento unieron talentos para disfrute del numeroso publico que se dio cita poco después de las 12 de la noche en la Plaza Principal.
El amplio y variado menú musical llevó al público a diferentes épocas y ritmos, pues lo mismo se pudo disfrutar un homenaje del grupo Yahal Kab, al salsero colombiano Yuri Buenaventura en el “Remate” del Paseo de Montejo hasta el romanticismo de la década de los 70s con la agrupación venezolana Los Terrícolas, en el parque de San Juan. La música de “Los Beatles”, que ha marcado a varias generaciones, también se sumó a la fiesta meridana con la actuación de la compañía multidisciplinaria Magio, en el parque de Santiago.
Los jóvenes disfrutaron de la banda Rebbel Cats en el parque de Santa Ana, así como funk, reggae y ska con Los Increíbles Chepos. Otras personas optaron por acompañar a Los Juglares, que celebraron 25 años de trayectoria con un concierto en el parque de La Mejorada.
Oscar Ruvalcaba, reconocido bailarín y coreógrafo capitalino, deleitó a los meridanos con otra de sus facetas: cantante y pianista en su concierto “Canciones con historia”, en el parque de Santa Lucía.
Teatro clásico, contemporáneo, regional e infantil, circo, danza aérea y otras actividades complementaron la oferta cultural de la noche.
Gente bailando, caminando, conviviendo y disfrutando el arte fue la constante en el Centro Histórico. El Ayuntamiento de Mérida puso a disposición de los noctámbulos seis vehículos, entre “guaguas” y mini vans para el transporte entre los distintos puntos donde se realizaban los eventos. En todo momento los vehículos circularon al máximo de su capacidad. Así, lo mismo se pudo ver a familias completas descendiendo a las puertas del Museo Regional de Antropología e Historia, que a grupos de jóvenes en galerías y parques.
Los restaurantes que se sumaron a “La Noche Blanca” también registraron una elevada afluencia, más aún con los descuentos que los comensales obtuvieron mediante las pulseras que se entregaban a la entrada de alguno de los foros culturales.
La oferta gastronómica también “invadió” parques y la Plaza Principal. Restaurantes, panaderías, el mercadito orgánico y los “Food trucks” acercaron a los paseantes una amplia variedad de platillos, panes y postres.
Alrededor de la medianoche, el corazón de la ciudad lucía animado y los asistentes aún con ganas de más cultura. Muchos optaron por caminar de un punto a otro, en interminable romería de jóvenes, niños y adultos que hicieron de la quinta edición de “La Noche Blanca”, un evento a la altura de las grandes ciudades.
De esta forma, Mérida, Ciudad Blanca, refrendó su vocación cultural y turística, cobijada por el clima de seguridad que prevalece en ella.
