La artritis reumatoide es una de las enfermedades más incapacitantes, ya que se asocia con una significativa pérdida de productividad y serias consecuencias psicológicas y económicas.
Se calcula que el 35 por ciento de los pacientes presenta un grado de minusvalía superior al 65 por ciento, impidiéndoles trabajar, y el 71 por ciento ha solicitado que se le reconozca algún tipo de minusvalía, comenta Jacinto León Herrera, presidente de la Correspondencia Peninsular del Colegio Mexicano de Reumatología.
Diversos estudios mencionan que entre los 18 meses posteriores al inicio de la enfermedad, los pacientes con artritis reumatoide experimentan un deterioro importante en su capacidad funcional y nivel de bienestar emocional comparable a los que padecen diabetes o falla cardíaca, además que presentan menor expectativa de vida que la población en general.
'Pese a la creencia de que se trata de una enfermedad que afecta a personas mayores, la artritis reumatoide se presenta sobre todo entre los 20 y 45 años, en plena etapa activa, por lo que tiene un impacto directo en el poder adquisitivo de los pacientes, en la economía familiar y estatal', explicó.
En México, el gasto de bolsillo promedio anual en pacientes con artritis ascendió 11 mil 500 pesos, equivalente al 15 por ciento del ingreso familiar. Los costos directos institucionales esperados por paciente fueron de 30 mil 500 pesos al año.
Según cifras del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), el 10 por ciento de la consulta de reumatología corresponde a pacientes con esta enfermedad, predominando en el sexo femenino, por lo que su relevancia es mayúscula cuando se trata de alteraciones dentro de la estabilidad familiar en la población yucateca.
El especialista agregó que de acuerdo con investigaciones realizadas, entre ellas el estudio Copcord, cuyos resultados fueron publicados en 2011, evidencian que la prevalencia de artritis reumatoide en las yucatecas alcanza el 2.8 por ciento, que contrasta con el 1.3 por ciento publicado como media nacional y mundial.
'La reumatoide es una forma común de artritis que causa inflamación en el revestimiento de las articulaciones, causando calor, reducción en el rango de movimiento, hinchazón y dolor en la articulación. Esta enfermedad tiende a persistir muchos años y suele afectar diferentes articulaciones del cuerpo y causar daños en cartílagos, huesos, tendones y ligamentos', explicó Herrera León.
Agregó que en este padecimiento el sistema inmunológico ataca a las propias articulaciones y puede afectar a otros órganos del cuerpo. Las células del sistema inmunológico invaden los tejidos de las articulaciones y provocan inflamación.
Estas células en el tejido y en el líquido de la articulación producen muchas sustancias, entre las que se incluyen enzimas, anticuerpos y citosinas, que atacan la articulación y pueden dañarla.
'Existen factores genéticos que predisponen a desarrollar artritis reumatoide, en el momento que estamos en contacto con agentes infecciosos o ambientales que actúan como ‘despertadores o detonadores’ de genes dormidos causantes de esta respuesta anormal que lleva a que nuestras células destruyan algunos órganos del cuerpo humano. A esto se llama autoinmunidad (nos destruimos a nosotros mismos)', detalló Herrera León.
El médico dijo que el tabaco es un desencadenante ambiental importante, y cabe mencionar que los auto-anticuerpos pueden aparecer hasta 15 años antes de que se manifieste la enfermedad, lo que sugiere una mayor influencia de desencadenantes ambientales adicionales en un momento posterior.
Terapia biológica
Existen diferentes tratamientos para la artritis reumatoide; actualmente, las terapias biológicas detienen la progresión y en casos avanzados recuperan la funcionalidad casi por completo y pueden llevar a la remisión, y por tanto, a la reintegración del paciente a la vida productiva e independiente.
Sin embargo, sólo el cinco por ciento de los dos millones de pacientes con artritis reumatoide en México tienen acceso a estos medicamentos, por lo que se considera sólo una terapia alternativa ante otro tipo de fármacos, como los llamados modificadores de la enfermedad, antiinflamatorios y glucocorticoides.
'Los antiinflamatorios no esteroideos deben ser considerados en el tratamiento de pacientes con artritis reumatoide, después del evaluar el riesgo individual a nivel gastrointestinal, renal y cardiovascular; los efectos secundarios que puedan causar dependerán de la dosis y duración del tratamiento, siendo los principales gastrointestinales, retención de líquidos e hipertensión. Otros menos comunes, pero igualmente graves, incluyen la enfermedad renal e hipersensibilidad', explicó Jacinto Herrera, jefe de Medicina Interna del Hospital General Regional Número 1 'Ignacio García Téllez', del IMSS.
Añadió que el uso de dosis bajas de glucocorticoides en artritis reumatoide de reciente inicio (1 a 2 años de evolución) retrasa la aparición de lesiones radiológicas. Los esteroides reducen el dolor e inflamación y deben ser considerados como terapia adjunta, fármacos modificadores de la enfermedad, en el manejo de estos pacientes.
'Estos fármacos como el metotrexato, leflunomida, cloroquina, sulfazalacina e hidroxicloroquina) son eficaces en el tratamiento a largo plazo de la artritis reumatoide establecida, la combinación de éstos ha mostrado mayor eficacia que su uso aislado', explicó.
El especialista mencionó que las terapias biológicas como etanercept, adalimumab, abatacept, entre muchos, son tan sólo una alternativa más en el tratamiento con artritis reumatoide y no han mostrado mayor ventaja o costo beneficio después de estudios publicados, que los medicamentos modificadores de la enfermedad.
La rehabilitación, sin duda, apoyará para la reinserción social y laboral del individuo afectado por la artritis reumatoide, mencionó Jacinto Herrera.
Problema de salud pública
Es impostergable que en Yucatán se considere a la artritis reumatoide como un problema de salud pública en los ámbitos académico, legislativo y, por supuesto, en salud, ya que existen estudios científicos publicados por investigadores nacionales que ubican al Estado como el primer lugar a nivel mundial en prevalencia de esta enfermedad, aseveró Jacinto León Herrera, presidente de la Correspondencia Península del Colegio Mexicano de Reumatología.
Señaló que en Yucatán no todas las universidades que imparten la carrera de Medicina incluyen en su plan de estudios la materia de Reumatología, siendo relevante la ausencia de la misma en la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).
'Otra factura pendiente que tiene el Estado con los pacientes de artritis reumatoide es legislar para incluirla como enfermedad catastrófica, si se quiere ser congruente con la proclividad por privilegiar y preservar la salud de la mujer y su familia', señaló.
En el ámbito de salud, explicó que es importante incluir medicamentos modificadores de la enfermedad en el cuadro básico del Seguro Popular, ya que esta institución sólo cuenta con desinflamatorios y algunos medicamentos modificadores que no llenan las exigencias de las guías de práctica clínica, que aplican para el Sector Salud del siglo XXI.
'Es una necesidad imperante si se desea unificar y brindar con equidad y de forma competitiva atención de excelencia a la población femenina, la más afectada por este padecimiento, en las tres instituciones de salud más grandes con que cuenta el país: Issste, IMSS y Seguro Popular', afirmó.
De acuerdo con Manuel Robles San Román, presidente de la Fundación Mexicana para Enfermos Reumáticos (Fumerac), un estudio realizado en 2012, entre enfermos ya diagnosticados y en alguna terapia, reveló que más de la mitad (55 por ciento) no compraba todos los fármacos indicados por falta de dinero.
Por último, Jacinto Herrera se pronunció por el fomento a la difusión de las características y tratamiento de la artritis reumatoide para que la población conozca más de esta enfermedad.