24/03/2010
Una familia del sur de Mérida acusó a la policía de abuso de autoridad, robo, daño en propiedad ajena y privación ilegal de la libertad, y luego de dos días no saben nada de José Armando Aldaz, el jefe de la familia, quien a golpes fue sacado de su humilde vivienda. Aún no saben por qué lo detuvieron.
Leidy Aguilar Eliza, esposa del detenido, aseguró que ha acudido a todos los cuerpos de seguridad para localizar a su esposo, pero en ningún lugar lo hallan: “Hasta parece que se lo tragó la tierra”, dijo. La Comisión de Derechos Humanos (Codhey) ya investiga el caso.
Vecinos de la familia Aldaz Aguilar relataron que los policías ingresaron a la casa sin orden de cateo, ocasionando destrozos y golpeando a los habitantes. “A nosotros nos amenazaron para que no tomáramos fotos”, dijo uno de los vecinos.
Los hechos ocurrieron anteayer a las 2 de la tarde. Varios agentes, al parecer de la Unidad Mixta de Atención al Narcomenudeo (Uman), llegaron a la casa ubicada en la calle 19 entre 16 y 18.
Ingresaron violentamente, agarraron a José Armando, le dieron varios golpes en el pecho y la cara, y luego lo tiraron al piso, lo esposaron y subieron a un Stratus.
Otros agentes ingresaron y revisaron las cosas de la familia.
La familia aseguró que durante la revisión los agentes se llevaron $2,850 que estaban en el ropero.
“Nos gritaban que dónde teníamos escondida la droga ya que según ellos nos dedicamos a la venta de droga. Nosotros juntamos y vendemos chatarra, no droga como dicen”.
Los agentes no tenían ninguna orden. La Codhey calificó la queja como presunta violación a los derechos de la familia.
Hace un mes agentes de la Uman realizaron un cateo en la misma casa. En esa ocasión detuvieron a Jorge Díaz Aguilar, a quien acusaban de vender droga. Salió en libertad porque el juez determinó que sólo era adicto. El joven de 19 años ya acude a un centro de rehabilitación.
Leidy Aguilar Eliza dijo que a ella la tomaron del cuello y la golpearon en la espalda.
Durante una visita de este reportero se constataron los destrozos en la humilde vivienda.