Crece la red de desvíos

12 mayo 2010
Noticias de Yucatán

  • Apoyos de Fomento Agropecuario benefician a políticos y empresarios
  • Priistas de Mocochá y sus familiares son blanco de privilegios
12/05/2010

La presunta red de corrupción de la Secretaría de Fomento Agropecuario y Pesquero (Sfayp) no sólo habría beneficiado al candidato del PRI en Mocochá, Hérbert Cruz Barquet, quien ha sido dos veces alcalde, sino también a su hermano Juan Pablo, funcionario de la Secretaría de Obras Públicas (SOP) e igualmente ex alcalde de esa población.

De acuerdo con informes recabados por este periódico, hay indicios de que esa red de corrupción se habría extendido hasta el Centro Experimental del Inifap en Mocochá, cuyo jefe de Administración es Hérbert Cruz Barquet, y donde algunos investigadores habrían participado de los apoyos de la Secretaría usando a campesinas como prestanombres.

Ayer publicamos que como una pista más de la existencia de una red de corrupción en la Sfayp — que permite el desvío de cuantiosos recursos destinados al campo a favor de políticos del PRI —, un chofer de Hérbert Cruz, sin capital ni experiencia agrícola, había recibido casi un millón de pesos en apoyos de esa dependencia.

Un hermano de Hérbert, Juan Pablo, actual jefe del Departamento de Obras Públicas Especiales de la SOP, también resultó beneficiado con los apoyos de la Secretaría mediante su esposa María Verónica Carrillo Lizama. Esta persona recibió un apoyo del gobierno de $68,866 —supuestamente a cambio de que ella aportara $37,082 —, para habilitar una ferretería a un costado de su domicilio en Mocochá, en la calle 18, a un lado precisamente de donde vive Hérbert.


Desvirtúan los apoyos
No les llegan a los campesinos, sino a los funcionarios

12/05/2010

Verónica Carrillo, esposa de Juan Pablo Cruz Barquet, ex alcalde de Mocochá y funcionario de la Secretaría de Obras Públicas, parece gozar de una buena situación económica: vive en una casa recién remozada, de estilo moderno, con un automóvil de lujo en la cochera.

No obstante, la señora Carrillo obtuvo apoyo económico de la Secretaría de Fomento Agropecuario y Pesquero (Sfayp) el año pasado, según consta en el expediente 3109-006043 del Programa de Adquisición de Activos Productivos.

Tanto Juan Pablo como Hérbert —que el 16 de mayo buscará la alcaldía por tercera ocasión—, pertenecen a una familia que mantiene el control político del municipio desde el “miniperíodo” de 1994-1995, cuando presidió el Ayuntamiento el primo de los Cruz Barquet, Fredy Aguilar Cruz.

Hérbert fue alcalde en los periodos de 1995-1998 y 2001-2004. Fredy (identificado también como uno de los grandes beneficiarios de la Sfayp), repitió en 1998-2001 y Juan Pablo lo hizo en 2004-2007. Actualmente allí gobierna el PAN.

Según datos recabados por el Diario, hay indicios de que la red de corrupción de la Sfayp habría llegado hasta el Centro del Inifap en Mocochá, donde Hérbert Cruz funge como jefe de Administración. Un investigador de ese lugar, Wilson Avilés Baeza, aparece como “asesor” de un grupo de mujeres que recibió $1.204,000 de la Sfayp en 2009 para construir un invernadero de chile habanero, pero que hasta ahora está a medio construir .

El grupo está encabezado por Reina Gómez Caballero, que cosechó chile habanero en Muna y Mocochá bajo las órdenes de Avilés Baeza. A instancias de éste y con su asesoría, dice Reina, ella y otras mujeres solicitaron apoyo económico a la Sfayp para la siembra de chile en 2008.

Aunque la solicitud se aprobó ese año, el dinero salió en 2009, dividido así: $548,206 de aportación federal y $295,187 estatal. Ellas, como productoras, deberían aportar $361,464, según el expediente 3 108 001472 de la Sfayp. Empero, explica Reina, el grupo no dio ese dinero. “No sé quién lo dio o si se dio”.

Las aportaciones del gobierno, en cambio, aunque salieron a nombre de las mujeres, terminó en manos de Saúl Paredes Uicab, director de la empresa TDT, fabricante de invernaderos y de sistemas de riego, y recomendado por Avilés Baeza como el mejor proveedor.

Paredes Uicab comenzó a construir el invernadero, de 2,244 metros, con los adelantos que cobró, en enero de 2009. El trabajo debía durar mes y medio, pero hasta la fecha no lo termina. Incluso, el techo ya empezó a caerse y ni eso corrige, señala Reina Gómez.

Llama la atención que el invernadero se levanta sobre un terreno sin nivelar, con cuevas y grandes piedras bajo el techo, propiedad de Avilés Baeza, que lo entregó en comodato por 5 años. “Le pagaremos cuando cosechemos”, dice Reina.

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