Noticias de Yucatán
(sin dinero, desatención, afectación ciudadana)
Aún no hay dinero para el pago de un fondo a ex braceros
21/08/2010
Hace casi 60 años José Isabel Celis Valdez era un ejidatario joven, vigoroso e inquieto; vivía en el poblado de Yotholín, en Ticul, una zona donde no llegaba la riqueza del henequén, que en ese tiempo estaba en auge.
Las historias que escuchaba sobre braceros en Estados Unidos lo convencieron de imitar esas aventuras. Junto con otros cuatro compañeros llegó a California y halló trabajo agrícola.
En ese tiempo era relativamente fácil entrar a la Unión Americana en forma legal. Los “espaldas mojadas” llegaban en tren a Tijuana, donde obtenían permiso de trabajo temporal en el otro lado. Quienes cruzaban ilegalmente eran conocidos como “alambristas”.
—Nuestro trabajo ahí era bajar fresas, duraznos y otras frutas —dice Celis Valdez, quien ahora tiene 80 años—. La chamba era dura, de 6 de la mañana a 5 de la tarde, con un descanso para comer.
Ahora él es parte de los ex braceros yucatecos que desean cobrar los $38,000 que la Federación ofreció a cada uno de ellos en compensación por el 10% del salario que les retuvo a esos trabajadores migrantes para crear un fondo de ahorro que ellos nunca vieron.
Ayer el director de vinculación con los Estados de la Secretaría de Gobernación, Jorge Martínez Pérez Salazar, estuvo en esta capital para reunirse en el Gimnasio Polifuncional con un grupo de ex braceros liderados por Gladys Pinto Muñoz. El funcionario les aclaró que es falso que este año se saldará esa deuda, pues no hay recursos para ello.
En el país, indicó, se requieren $5,000 millones para atender la demanda. En los últimos tres años sólo hubo $1,000 millones.
Las historias que escuchaba sobre braceros en Estados Unidos lo convencieron de imitar esas aventuras. Junto con otros cuatro compañeros llegó a California y halló trabajo agrícola.
En ese tiempo era relativamente fácil entrar a la Unión Americana en forma legal. Los “espaldas mojadas” llegaban en tren a Tijuana, donde obtenían permiso de trabajo temporal en el otro lado. Quienes cruzaban ilegalmente eran conocidos como “alambristas”.
—Nuestro trabajo ahí era bajar fresas, duraznos y otras frutas —dice Celis Valdez, quien ahora tiene 80 años—. La chamba era dura, de 6 de la mañana a 5 de la tarde, con un descanso para comer.
Ahora él es parte de los ex braceros yucatecos que desean cobrar los $38,000 que la Federación ofreció a cada uno de ellos en compensación por el 10% del salario que les retuvo a esos trabajadores migrantes para crear un fondo de ahorro que ellos nunca vieron.
Ayer el director de vinculación con los Estados de la Secretaría de Gobernación, Jorge Martínez Pérez Salazar, estuvo en esta capital para reunirse en el Gimnasio Polifuncional con un grupo de ex braceros liderados por Gladys Pinto Muñoz. El funcionario les aclaró que es falso que este año se saldará esa deuda, pues no hay recursos para ello.
En el país, indicó, se requieren $5,000 millones para atender la demanda. En los últimos tres años sólo hubo $1,000 millones.