Noticias de Yucatán
(conflicto, dimes y diretes)
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Cartas al Diario
Publicada: 24 septiembre 2011
Publicada: 24 septiembre 2011
Recibimos ayer de la ex gobernadora Dulce María Sauri Riancho la siguiente carta, que dirige al señor Alejandro Patrón Laviada:
Comparto con usted el refrán "quien calla, otorga", por lo que procedo a responder puntualmente, por este medio, sus siguientes aseveraciones:
No una sino muchas veces a lo largo de los años tuve oportunidad de visitar "Chen Pato". Eso sí, nunca siendo gobernadora, tanto por los múltiples compromisos que me limitaban los momentos de esparcimiento, como por el hecho que Víctor Cervera Pacheco, en esos años, se desempeñaba como secretario de la Reforma Agraria.
Usted, que lo conoció muy bien, sabrá de su dedicación absoluta, que dejaba atrás cualquier otra actividad. Por cierto, don Víctor y una servidora no compartimos plenamente las decisiones que tomé en cuanto a la liquidación de Cordemex y la indemnización y jubilación anticipada de casi cincuenta mil personas en la zona henequenera.
Lo dije entonces y lo ratifico ahora: fue una decisión personal, políticamente muy costosa, que tomé con cara y mente puestos en el futuro de Yucatán.
2) En cuanto a la venta de las fábricas de Cordemex, fue un proceso de pública licitación, vigilado muy de cerca por Nacional Financiera. Me parece artero involucrar en su dicho a dos personas -una de ellas mi padre- que por haber fallecido no pueden desmentirlo.
3) El complejo proceso de liquidación e indemnización de campesinos henequeneros realizado durante los meses de mayo y junio de 1992 tuvo un episodio de violencia en la Plaza Grande de Mérida el 25 de junio de ese año.
La policía intervino de manera oportuna y efectiva para separar a los dos grupos en pugna. Quien usted ahora defiende fue victimario, no víctima, y con esa calidad fue procesado en los tribunales de justicia local. Como de costumbre, ese día estaba yo trabajando en Palacio de Gobierno, no en el balcón como usted dolosamente asegura, y desde el primer momento hice frente a los hechos.
4) El Programa de Desarrollo de la Zona Henequenera de Yucatán se formuló mediante una consulta social, que se extendió más de dos meses, con los grupos de productores de los 63 municipios de la región. Una vez que se dio a conocer, se aplicó un amplio mecanismo de transparencia en cuanto a los recursos aplicados, los nombres de los beneficiados, las obras a realizar, así como los bienes o servicios proporcionados.
Hasta la fecha, aun con las nuevas leyes de transparencia, ningún gobierno ha emprendido una estrategia de comunicación semejante. Si le mueve la búsqueda de la verdad, don Alejandro, le sugiero consulte los mensajes donde semanalmente daba cuenta de mis actos de gobierno: hay uno dedicado especialmente a esta cuestión.
5) En diciembre de 1991, efectivamente, el gobierno a mi cargo vendió al PRI la Casa del Pueblo. Esta operación fue parte del programa de venta de activos del gobierno del estado para reducir el monto del crédito recibido del gobierno federal para la liquidación de los trabajadores y empleados de Cordemex, en mayo de 1991.
Contra lo que usted afirma, la compra-venta del inmueble regularizó una situación anómala, que se arrastraba desde 1928, cuando este edificio fue construido por el gobierno del Estado para ser la sede del Partido Socialista del Sureste. Peso sobre peso, la Tesorería del Estado recibió un mil setecientos millones de viejos pesos por el predio en cuestión.
Afortunadamente, todavía vive, con una extraordinaria claridad mental, quien fue presidente del Comité de Financiamiento del PRI, que ha dado pública cuenta de lo acontecido.
Afirmé en mi artículo publicado en este medio el jueves pasado:
". Sin embargo, las acusaciones de opacidad, de intervención de familiares y la falta de concreción de varios muy publicitados proyectos, como la Plataforma Logística o Metropolisur, contribuyeron a desgastar la imagen de honestidad y de eficiencia que acompañaba a los panistas."
Comparto con usted el refrán "quien calla, otorga", por lo que procedo a responder puntualmente, por este medio, sus siguientes aseveraciones:
No una sino muchas veces a lo largo de los años tuve oportunidad de visitar "Chen Pato". Eso sí, nunca siendo gobernadora, tanto por los múltiples compromisos que me limitaban los momentos de esparcimiento, como por el hecho que Víctor Cervera Pacheco, en esos años, se desempeñaba como secretario de la Reforma Agraria.
Usted, que lo conoció muy bien, sabrá de su dedicación absoluta, que dejaba atrás cualquier otra actividad. Por cierto, don Víctor y una servidora no compartimos plenamente las decisiones que tomé en cuanto a la liquidación de Cordemex y la indemnización y jubilación anticipada de casi cincuenta mil personas en la zona henequenera.
Lo dije entonces y lo ratifico ahora: fue una decisión personal, políticamente muy costosa, que tomé con cara y mente puestos en el futuro de Yucatán.
2) En cuanto a la venta de las fábricas de Cordemex, fue un proceso de pública licitación, vigilado muy de cerca por Nacional Financiera. Me parece artero involucrar en su dicho a dos personas -una de ellas mi padre- que por haber fallecido no pueden desmentirlo.
3) El complejo proceso de liquidación e indemnización de campesinos henequeneros realizado durante los meses de mayo y junio de 1992 tuvo un episodio de violencia en la Plaza Grande de Mérida el 25 de junio de ese año.
La policía intervino de manera oportuna y efectiva para separar a los dos grupos en pugna. Quien usted ahora defiende fue victimario, no víctima, y con esa calidad fue procesado en los tribunales de justicia local. Como de costumbre, ese día estaba yo trabajando en Palacio de Gobierno, no en el balcón como usted dolosamente asegura, y desde el primer momento hice frente a los hechos.
4) El Programa de Desarrollo de la Zona Henequenera de Yucatán se formuló mediante una consulta social, que se extendió más de dos meses, con los grupos de productores de los 63 municipios de la región. Una vez que se dio a conocer, se aplicó un amplio mecanismo de transparencia en cuanto a los recursos aplicados, los nombres de los beneficiados, las obras a realizar, así como los bienes o servicios proporcionados.
Hasta la fecha, aun con las nuevas leyes de transparencia, ningún gobierno ha emprendido una estrategia de comunicación semejante. Si le mueve la búsqueda de la verdad, don Alejandro, le sugiero consulte los mensajes donde semanalmente daba cuenta de mis actos de gobierno: hay uno dedicado especialmente a esta cuestión.
5) En diciembre de 1991, efectivamente, el gobierno a mi cargo vendió al PRI la Casa del Pueblo. Esta operación fue parte del programa de venta de activos del gobierno del estado para reducir el monto del crédito recibido del gobierno federal para la liquidación de los trabajadores y empleados de Cordemex, en mayo de 1991.
Contra lo que usted afirma, la compra-venta del inmueble regularizó una situación anómala, que se arrastraba desde 1928, cuando este edificio fue construido por el gobierno del Estado para ser la sede del Partido Socialista del Sureste. Peso sobre peso, la Tesorería del Estado recibió un mil setecientos millones de viejos pesos por el predio en cuestión.
Afortunadamente, todavía vive, con una extraordinaria claridad mental, quien fue presidente del Comité de Financiamiento del PRI, que ha dado pública cuenta de lo acontecido.
Afirmé en mi artículo publicado en este medio el jueves pasado:
". Sin embargo, las acusaciones de opacidad, de intervención de familiares y la falta de concreción de varios muy publicitados proyectos, como la Plataforma Logística o Metropolisur, contribuyeron a desgastar la imagen de honestidad y de eficiencia que acompañaba a los panistas."
