Noticias de Yucatán
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Llega a Palacio la queja contra el comité pecuario
Con litigios pendientes por despidos que datan de la administración anterior, el Comité Estatal para el Fomento y Protección Pecuaria del Estado de Yucatán regresa al centro de la polémica con una denuncia de uno de sus empleados por hostigamiento de las autoridades de esa dependencia.
En la actualidad, como hemos informado, están estancados algunos juicios laborales contra el Comité por una serie de actos que los afectados califican de chicanadas en las que involucran a la Junta Local de Conciliación y Arbitraje. Hay amparos en curso por esa situación. Los promoventes son ex supervisores pecuarios que fueron despedidos en los últimos años del gobierno de Ivonne Ortega Pacheco.
El protagonista del nuevo caso es otro médico veterinario, Julio Antonio Arcos Delgado, quien tiene el agravante de una discapacidad ocasionada durante sus labores de campo. La acusación contra el Comité y específicamente contra su director, Edwin Novelo Ayuso, ya llegó al Palacio de Gobierno mediante un escrito en la primera semana de este mes.
Arcos Delgado, quien lleva 20 años trabajando en esa dependencia, considera que su caso es claro hostigamiento con el propósito de que renuncie. Afirma que las presiones han incluido la falta de pago de su salario, su confinamiento a una zona “de castigo” y provocaciones de Novelo Ayuso.
Aunque la situación cambió aparentemente después de que reportó los hechos al Ejecutivo del Estado, en carta que dirigió al gobernador Zapata Bello, dice que no se confía porque en el fondo puede estar el hecho de que se trata de un año electoral y al gobierno no le convienen escándalos a estas alturas.
En su escrito al gobernador y en entrevista con este periódico, Julio Arcos relata, en síntesis, lo siguiente:
—Tengo 20 años de servicio en el Comité. En el desempeño de mis funciones como inspector pecuario sufrí un accidente que me ocasionó ceguera total en un ojo. Por esa razón, por mi discapacidad, hace aproximadamente cuatro años me asignaron labores en el patio del Comité, en horario flexible.
—No tengo servicio médico del IMSS y tampoco dispongo de otras prestaciones de ley, no obstante que fui uno de los pioneros de las campañas zoosanitarias bovinas. Hasta las personas que hacen el aseo de las oficinas sí gozan de las prestaciones de rigor.
—En fechas recientes, el trato hacia mi persona cambió en forma extraña. Desde el 19 de febrero tengo que “checar” entrada y salida y no tengo permisos para ausentarme por algún motivo personal o de salud, a pesar de mi discapacidad.
—A todo el personal le conceden tolerancia de 20 minutos en la entrada. En mi caso, según me informaron, sólo tendré diez minutos.
—Los pagos de mi sueldo, con el argumento de que no han llegado los recursos, salen con demora de hasta 15 y 30 días.
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