Una ofrenda floral, un ofrecimiento a los dioses mayas mediante un ritual y un festival cultural fueron parte de los atractivos que disfrutaron decenas de familias ayer en la ceremonia del Cha-chaac (petición de la lluvia).
Los alrededores del cenote de Kikil llevaron a los asistentes a aquellas costumbres ancestrales donde los mayas ofrecían bebidas y alimentos hechos por ellos mismos para hacer sus peticiones.
El sacerdote maya (h’men) Dionisio Dzib Pat fue el encargado de realizar un altar a base de ramas y bejucos de la región. Sus oraciones antecedieron a la preparación de los alimentos.
Uno por uno fue llamando a nueve hombres para que, sosteniendo una gallina, pasaran frente al sacerdote, quien le daba al ave un licor y luego matarla.
Tras el breve ritual, se inició la elaboración del guiso con la carne de pollo, el col y los panes hechos a base de maíz y pepita molida. Las mujeres del pueblo desplumaron a las aves para realizar el platillo guiso que se ofreció a los dioses mayas.
A la par de esos preparativos se realizó un pequeño festival cultural con la participación del grupo Akary, que tocó música prehispánica; los jóvenes del Instituto Tecnológico de Tizimín, que bailaron al ritmo de la jarana, y del rapero yucateco Jesús Cristóbal Pat Chablé (mejor conocido como Pat Boy), quien interpretó canciones en maya.
Hubo venta de relleno negro, carnes asadas y bebidas refrescantes.
Terminados los panes, el sacerdote hizo el ofrecimiento sobre el altar.
Respecto a la ofrenda floral, la princesa maya Victoria Góngora Castillo, quien lució un traje hecho por el diseñador Julio Polanco Martín, lanzó un ramo de bugambilias al cenote, por los que han muerto en ese lugar
Los alrededores del cenote de Kikil llevaron a los asistentes a aquellas costumbres ancestrales donde los mayas ofrecían bebidas y alimentos hechos por ellos mismos para hacer sus peticiones.
El sacerdote maya (h’men) Dionisio Dzib Pat fue el encargado de realizar un altar a base de ramas y bejucos de la región. Sus oraciones antecedieron a la preparación de los alimentos.
Uno por uno fue llamando a nueve hombres para que, sosteniendo una gallina, pasaran frente al sacerdote, quien le daba al ave un licor y luego matarla.
Tras el breve ritual, se inició la elaboración del guiso con la carne de pollo, el col y los panes hechos a base de maíz y pepita molida. Las mujeres del pueblo desplumaron a las aves para realizar el platillo guiso que se ofreció a los dioses mayas.
A la par de esos preparativos se realizó un pequeño festival cultural con la participación del grupo Akary, que tocó música prehispánica; los jóvenes del Instituto Tecnológico de Tizimín, que bailaron al ritmo de la jarana, y del rapero yucateco Jesús Cristóbal Pat Chablé (mejor conocido como Pat Boy), quien interpretó canciones en maya.
Hubo venta de relleno negro, carnes asadas y bebidas refrescantes.
Terminados los panes, el sacerdote hizo el ofrecimiento sobre el altar.
Respecto a la ofrenda floral, la princesa maya Victoria Góngora Castillo, quien lució un traje hecho por el diseñador Julio Polanco Martín, lanzó un ramo de bugambilias al cenote, por los que han muerto en ese lugar