Resulta que Marco Antonio E. M. conducía un tractocamión con remolque, el cual estaba cargado con señales de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).
En el citado kilómetro detuvo la unidad para bajar una parte de la carga, pero la desgracia ocurrió cuando Marco, de aproximada mente 45 años, descendió junto con otros dos trabajadores, pero uno de ellos quitó el seguro que sostenía las bases de metal de los letreros, los cuales se fueron para abajo, de tan mala suerte que las bases de los letreros, que pesan alrededor de 800 kilos cada una, cayeron justo donde estaba parado Marco Antonio, quien murió aplastado.
Nadie se imaginaba que iba ocurrir la tragedia debido a que el tráiler que los transportaba sólo se pegó a la orilla de la carretera para descargarlos con la ayuda de una grúa.
Los letreros con sus bases de metal se iban a estar distribuyendo a lo largo de la carretera Valladolid-Río Lagartos, pero el lamentable accidente impidió que se continuaran los trabajos.
Marco era originario de Valladolid y tenía su domicilio en el barrio de Santa Ana.
Según se averiguó en el lugar, nadie dio la autorización para que se quitaran los seguros que estaban debidamente sostenidos con cadenas.
Agentes de la Policía Federal se dirigieron hasta el lugar para recabar los datos de lo ocurrido.
Posteriormente se presentaron los peritos de la Fiscalía, que tuvieron que solicitar el apoyo de la grúa para poder levantar la base de metal del letrero que aplastó la cabeza de Marco Antonio.
