El nuevo sistema judicial se aplica con formalismos extremos que vulneran los derechos de las víctimas, advirtió la organización civil Alto al Secuestro.
En conferencia de prensa, Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la ONG, lamentó que en los casos de delitos graves, por ejemplo, el secuestro, se ventilen en juicios orales, lo que refleja la falta de capacitación de los juzgadores.
descargaAl presentar el caso del secuestro del maestro Rogelio Romo Fajardo, plagiado el 17 de junio de 2015 en Michoacán, explicó que la sentencia de primera instancia en oralidad determinó dejar libre a uno de sus captores, a quien la víctima había identificado plenamente por conocerlo desde hace 20 años.
Romo Fajardo dijo que al momento de su plagio le taparon la cara con un suéter, a través del cual logró identificar a su vecino Raúl Mariano Rueda, y que en la casa de seguridad a la que lo llevaron le cambiaron la prenda por una sudadera. En las inspecciones ministeriales, sólo se encontró el suéter.
El juzgado de primera instancia determinó que Rogelio Romo se contradecía y que no comprobó la responsabilidad de Rueda. “Al oír la sentencia nos sentimos desilusionados”, afirmó la víctima.
La decisión, señaló Samuel González Ruiz, asesor jurídico de Alto al Secuestro, fue tomada mediante criterios extremadamente formalistas. “Parece que pasamos de un formalismo de los documentos a uno oral”, declaró.
Cuestionó que la capacitación de los magistrados de oralidad deja a las víctimas sin posibilidad de argumentar para exigir justicia, pues ponderan los derechos del presunto culpable, lo que puede provocar que la población busque justicia por otros medios.
En conferencia de prensa, Isabel Miranda de Wallace, presidenta de la ONG, lamentó que en los casos de delitos graves, por ejemplo, el secuestro, se ventilen en juicios orales, lo que refleja la falta de capacitación de los juzgadores.
descargaAl presentar el caso del secuestro del maestro Rogelio Romo Fajardo, plagiado el 17 de junio de 2015 en Michoacán, explicó que la sentencia de primera instancia en oralidad determinó dejar libre a uno de sus captores, a quien la víctima había identificado plenamente por conocerlo desde hace 20 años.
Romo Fajardo dijo que al momento de su plagio le taparon la cara con un suéter, a través del cual logró identificar a su vecino Raúl Mariano Rueda, y que en la casa de seguridad a la que lo llevaron le cambiaron la prenda por una sudadera. En las inspecciones ministeriales, sólo se encontró el suéter.
El juzgado de primera instancia determinó que Rogelio Romo se contradecía y que no comprobó la responsabilidad de Rueda. “Al oír la sentencia nos sentimos desilusionados”, afirmó la víctima.
La decisión, señaló Samuel González Ruiz, asesor jurídico de Alto al Secuestro, fue tomada mediante criterios extremadamente formalistas. “Parece que pasamos de un formalismo de los documentos a uno oral”, declaró.
Cuestionó que la capacitación de los magistrados de oralidad deja a las víctimas sin posibilidad de argumentar para exigir justicia, pues ponderan los derechos del presunto culpable, lo que puede provocar que la población busque justicia por otros medios.