Noticias de Yucatán
Facebook se ha convertido en parte esencial de nuestras
vidas. Más de 1,600 millones de personas en todo el mundo son usuarios de esta
red, lo que la convierte en la más utilizada a nivel mundial. Este nivel de
penetración de Facebook entre las personas de todo el planeta no puede más que
generar dudas acerca de los efectos que produce en el bienestar de sus
usuarios.
La red social ha recibido fuertes críticas debido al papel que tuvo durante las campañas y la elección en Estados Unidos, a la propagación de noticias falsas que afectan la percepción de las personas con respecto a ciertos temas coyunturales y a la censura a la que conlleva el uso de algoritmos para la aprobación y difusión del contenido. Sin embargo, apenas podemos entrever el verdadero efecto que Facebook tiene en la calidad de vida y en las emociones de sus usuarios.
La red social ha recibido fuertes críticas debido al papel que tuvo durante las campañas y la elección en Estados Unidos, a la propagación de noticias falsas que afectan la percepción de las personas con respecto a ciertos temas coyunturales y a la censura a la que conlleva el uso de algoritmos para la aprobación y difusión del contenido. Sin embargo, apenas podemos entrever el verdadero efecto que Facebook tiene en la calidad de vida y en las emociones de sus usuarios.
Éste fue el objetivo del estudio “The Facebook
Experiment: Quitting Facebook Leads to Higher Levels of Well-Being”, elaborado
por el investigador del Departamento de Sociología de la Universidad de
Copenhague, Morten Tromholt, quien plantea varias hipótesis sobre las
consecuencias que tiene el uso de la red social en el bienestar de las
personas.
Tromholt realizó un experimento, a finales del 2015, que
incluyó a 1,095 participantes, 86% de los cuales fueron mujeres con una edad
promedio de 34 años, con aproximadamente 350 contactos en Facebook y que pasan
más o menos una hora conectados a la red social. Se les entregó un cuestionario
en línea de 15 minutos y después se les indicó si formarían parte del grupo de
estudio (quienes dejarían de usar Facebook por una semana) o si formarían parte
del grupo de control (quienes usarían la red social con normalidad). El último
día del experimento se les hizo otro cuestionario en línea similar al primero.
“Al comparar el grupo de estudio (personas que dejaron de
usar Facebook) con un grupo de control (personas que siguieron usando
Facebook), se demostró que descansar de Facebook tiene efectos positivos en dos
ámbitos de nuestro bienestar: nuestra satisfacción de vida se incrementa y
nuestras emociones se vuelven más positivas”, refirió Tromholt.
Para el investigador, el concepto de bienestar ha ganado
un interés cada vez mayor en los últimos años, lo que se demuestra gracias a la
cobertura mediática al respecto, a la aparición de políticas públicas que
favorezcan el bienestar social y al desarrollo de protocolos para la medición
del nivel de bienestar desarrollados por la Organización para la Cooperación y
el Desarrollo Económicos (OCDE) y el Programa de las Naciones Unidas para el
Desarrollo (PNUD).
Tromholt estableció dos variables para medir el nivel de
bienestar de los participantes en el experimento: por un lado, la satisfacción
de las personas con respecto a su propia vida, y por el otro, el tipo de
emociones que experimentan con más frecuencia (entusiasmo, felicidad, soledad,
gozo, depresión, tristeza, determinación, ira y preocupación).
En este sentido, los niveles de satisfacción de las
personas que formaron parte del grupo de estudio (aquellos que dejaron de
utilizar Facebook por una semana) fueron considerablemente mejores que los que
presentaron quienes pertenecían al grupo de control (aquellos que siguieron
utilizando Facebook con normalidad). Las emociones que experimentaron las
personas del grupo de estudio fueron también más positivas en relación con las
del grupo de control.
No obstante, según el investigador de la Universidad de
Copenhage, estudios previos han demostrado que los efectos del uso de Facebook
dependen en su mayoría de cómo se use la red social. “En principio, el uso de
Facebook conduce a la disminución del bienestar porque provoca sentimientos de
envidia. Además, los efectos de Facebook dependen de la intensidad con la que
se utiliza la red social y (los efectos descritos con anterioridad) son
especialmente válidos para las personas que utilizan Facebook de forma pasiva”,
explicó.
Estas tendencias también fueron consideradas en el
estudio de Tromholt. Según el investigador, los resultados del experimento
reflejan que, en primer lugar, el aumento en el nivel de bienestar de quienes
dejaron de utilizar Facebook es significativamente mayor en el caso de los
participantes del grupo de estudio que utilizaban Facebook con mucha intensidad
en comparación con aquellas personas que apenas hacían uso de la red social
antes de dejar de utilizarla completamente.
Lo mismo sucedió con aquellas personas que sufrían
fuertes sentimientos de envidia a la hora de utilizar la red social, para
quienes esta sensación disminuyó cuando la abandonaron. Además, el estudio de
Tromholt también llegó a la conclusión de que las personas que solían utilizar
Facebook de forma pasiva, es decir, que no publicaban nada y no hacían ningún
comentario en la red social, tuvieron una notable mejoría en sus niveles de
bienestar en comparación con aquellos usuarios activos que también cerraron su
cuenta.
Para el investigador, lo que estos resultados revelan es
que tal vez no sea necesario abandonar Facebook para mejorar nuestros niveles
de bienestar sino que sólo hace falta modificar los hábitos de uso de la red
para que nuestro nivel de satisfacción mejore y nuestras emociones sean más
positivas.
En México, según información de Internet World Stats, la
red social cuenta con cerca de 69 millones de usuarios, lo que coloca a nuestro
país en el quinto lugar entre las naciones con mayor número de miembros en todo
el mundo. Esto resulta relevante en el sentido de que la población de nuestro
país que tiene una cuenta en Facebook representa más de 10 veces la población
total de Dinamarca, lugar en donde se realizó el estudio, por lo que las
consecuencias que esta red tiene entre los usuarios mexicanos deberían también
ser estudiadas a profundidad.
“Esperamos que
durante este mes [agosto] la inflación alcance su máximo, para así encaminarse
lentamente hacia el objetivo de Banxico, soportando que la tasa se mantenga en
7.0 por ciento para lo que resta del año. Reconocemos como riesgos a
nuestro pronóstico de 6.0 por ciento para fin de año el comportamiento de las
frutas y verduras dada su volatilidad”, estima el análisis.