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El incremento al salario mínimo general de 8.3 pesos es un avance limitado y de medio camino hacia la línea de bienestar, consideró la Confederación Obrera Patronal de la República Mexicana (Coparmex), mientras que la clase trabajadora calificó de “pírrico” el incremento, que condena a más de seis mil empleados yucatecos que no tienen contrato colectivo a recibir esa remuneración tan baja.
El aumento salarial apenas representa el costo de un pasaje de autobús urbano de los cuatro que la mayoría de la gente toma al día para trasladarse de sus hogares a sus centros de trabajo o casi el precio de una pieza de pan dulce que, en promedio cuesta 6.50 pesos, en la tienda de la esquina.
Este martes, la Comisión Nacional de Salarios Mínimos (Conasami) acordó adelantar la revisión de diciembre de cada año para aumentar el salario mínimo cinco pesos de manera directa, en tanto, se aplicará un porcentaje de 3.9 por ciento (3.3 pesos), con lo que el salario pasará de 80.04 a 88.36 pesos, el cual se aplicará a partir del 1 de diciembre y no esperará hasta enero para ser aplicado.
No es la solución En ese sentido, el presidente local de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo Cisneros Buenfil, consideró que el incremento no es el camino para alcanzar la línea de bienestar de los trabajadores yucatecos.
“La Coparmex estima que el incremento acordado en Conasami es un avance limitado y de medio camino para que todas las personas que trabajan en la economía formal obtengan cuando menos el 100 por ciento de la suma requerida para satisfacer la canasta alimentaria y la canasta no alimentaria en núcleos urbanos, es decir, para que alcancen la línea de bienestar”, aseveró.
Reveló que la Coparmex insistió en su propuesta de incrementar el salario mínimo general a 95.24 pesos.