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Durante más de dos meses, los indígenas tzotziles vivieron en la montaña a la interperie y con el apoyo unicamente de las colectas de la Diócesis de Simojovel.
Cuando el caso fue difundido, los desplazados recibieron el apoyo del gobierno estatal y las fuerzas federales. Actualmente, aún permanecen viviendo en campamentos cerca de tres mil indígenas, pero sobreviven con el apoyo de las autoridades.
Más de mil 300 indígenas tzotziles, en su mayoría niños, pertenecientes a cinco comunidades del municipio de Aldama se encuentran desplazados, con escasez de alimento, sin atención médica y en campamentos a la interperie en la comunidad Xuxchen, por conflictos territoriales con el poblado de Santa Martha, perteneciente al municipio de Chenalhó, lo que ha cobrado la vida de al menos tres personas.
Los indígenas optaron por resguardarse en la comunidad Xuxchen, a unos ocho kilómetros de la cabecera municipal de Aldama.
En el campamento de Xuxchen se resguardan mujeres, cientos de niños y adolescentes. A unos cinco kilómetros de ese lugar se ubica un segundo campamento en el paraje Tabak, donde los desplazados no tienen alimento, duermen entre los cafetales, sin colchonetas ni cobertores y a merced de animales e insectos.
De acuerdo con el agente rural municipal de Xuxchen, Santos Gómez López, los desplazados sobreviven con pocos alimentos debido a que no han podido trabajar sus tierras para la siembra de frijol y maíz, principal consumo de los tzotziles, y no cuentan con recursos económicos porque sus cafetales fueron destruidos.
“Necesitamos que nos ayuden con médicos, medicinas, colchonetas, cobertores y alimento para los niños y las mujeres, que son los que más sufren”, señaló la autoridad rural.
El presidente municipal de Aldama, Marcelino Patishtán, explicó que el dinero ha sido insuficiente para alimentar a los más de mil 300 desplazados. “Compré un poco de frijol y maíz, pero ya no hay dinero. Ya solicité despensas a Protección Civil, pero no me han dado respuesta”, lamentó el funcionario.
Se dio a conocer a finales del año pasado que grupos armados de Chenalhó ocasionaron el desplazamiento de más de cinco mil personas de varias comunidades de Chalchihuitán y 11 muertos por la disputa de un territorio de bienes comunales que reclamaban como suyo los tzotziles de Chenalhó, cuyo propietario tuvo que ser definido por elTribunal Agrario.Los indígenas optaron por resguardarse en la comunidad Xuxchen, a unos ocho kilómetros de la cabecera municipal de Aldama.
En el campamento de Xuxchen se resguardan mujeres, cientos de niños y adolescentes. A unos cinco kilómetros de ese lugar se ubica un segundo campamento en el paraje Tabak, donde los desplazados no tienen alimento, duermen entre los cafetales, sin colchonetas ni cobertores y a merced de animales e insectos.
De acuerdo con el agente rural municipal de Xuxchen, Santos Gómez López, los desplazados sobreviven con pocos alimentos debido a que no han podido trabajar sus tierras para la siembra de frijol y maíz, principal consumo de los tzotziles, y no cuentan con recursos económicos porque sus cafetales fueron destruidos.
“Necesitamos que nos ayuden con médicos, medicinas, colchonetas, cobertores y alimento para los niños y las mujeres, que son los que más sufren”, señaló la autoridad rural.
El presidente municipal de Aldama, Marcelino Patishtán, explicó que el dinero ha sido insuficiente para alimentar a los más de mil 300 desplazados. “Compré un poco de frijol y maíz, pero ya no hay dinero. Ya solicité despensas a Protección Civil, pero no me han dado respuesta”, lamentó el funcionario.
Durante más de dos meses, los indígenas tzotziles vivieron en la montaña a la interperie y con el apoyo unicamente de las colectas de la Diócesis de Simojovel.
Cuando el caso fue difundido, los desplazados recibieron el apoyo del gobierno estatal y las fuerzas federales. Actualmente, aún permanecen viviendo en campamentos cerca de tres mil indígenas, pero sobreviven con el apoyo de las autoridades.
Fuente: El universal