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Para combatir la inseguridad en Mérida, especialmente en el primer cuadro, la próxima administración municipal impulsará dos acciones: tener una agencia del ministerio público en el centro y ampliar el rango de acción de la policía a su cargo al segundo cuadro de la ciudad.
En la reciente campaña electoral, el candidato del PRI, Víctor Caballero Durán, habló de un aumento de la delincuencia en el centro meridano, en rubros como narcomenudeo, robo, piratería y trata de personas, entre otros, a lo que el alcalde electo Renán Barrera Concha asegura que el índice de robos en la zona ha bajado 32% en los últimos años, que en 2017 se denunciaron 4 robos a personas y 17 a comercios, la mayoría por montos menores a los $2,000.
Un problema, plantea, es que muchos asaltantes en la zona centro quedan en libertad pues las víctimas no denuncian los delitos ante una agencia ministerial, en parte por la lejanía y el tiempo de traslado, por eso la idea de acercar esa posibilidad, así se cierra el círculo vigilancia, denuncia y sanción. Y propone el tercer nivel del mercado de San Benito como opción para esa nueva oficina.
El centro meridano, explica, tiene la mayor concentración ciudadana y comercial. Reúne a unas 300,000 personas, una densidad que no se ve en otras partes. La seguridad tiene que ver con el cuidado al peatón. Hay momentos y temporadas pico en que es necesario reforzar la vigilancia en la zona: los fines de semana, los días de quincena y las temporadas vacacionales, cuando la afluencia de visitantes aumenta.
La propuesta de ampliar el rango de acción de la policía municipal responde a la expansión urbana que plantea un reto a la seguridad y a la coordinación con la corporación estatal. Barrera Concha explica que hay un diagnóstico compartido que avala el crecimiento del perímetro de la policía municipal, con un aumento de 100 a 150 agentes (hoy son 420 con 54 vacantes) lo que descargará a la SSP de una zona de vigilancia y le permitirá llegar a las periferias que hoy no alcanza con oportunidad. “Como ejemplo, no es lo mismo tener 500 patrullas en una ciudad de 500,000 habitantes, que 500 patrullas en una ciudad de 750,000 habitantes”.
El crecimiento urbano es expansivo, explica, pero ya se trabaja en un plan para delimitar los alcances con la policía estatal.
El futuro alcalde plantea que incluirán a agrupaciones de la sociedad civil en la organización de la seguridad y reconoce que al municipio toca garantizar la seguridad en los espacios públicos, para lo que están considerando una estrategia de vigilancia adecuada para cada caso: puede ser con oficiales de policía u otra fuerza vigilante bien capacitada.
Para combatir la inseguridad en Mérida, especialmente en el primer cuadro, la próxima administración municipal impulsará dos acciones: tener una agencia del ministerio público en el centro y ampliar el rango de acción de la policía a su cargo al segundo cuadro de la ciudad.
En la reciente campaña electoral, el candidato del PRI, Víctor Caballero Durán, habló de un aumento de la delincuencia en el centro meridano, en rubros como narcomenudeo, robo, piratería y trata de personas, entre otros, a lo que el alcalde electo Renán Barrera Concha asegura que el índice de robos en la zona ha bajado 32% en los últimos años, que en 2017 se denunciaron 4 robos a personas y 17 a comercios, la mayoría por montos menores a los $2,000.
Un problema, plantea, es que muchos asaltantes en la zona centro quedan en libertad pues las víctimas no denuncian los delitos ante una agencia ministerial, en parte por la lejanía y el tiempo de traslado, por eso la idea de acercar esa posibilidad, así se cierra el círculo vigilancia, denuncia y sanción. Y propone el tercer nivel del mercado de San Benito como opción para esa nueva oficina.
El centro meridano, explica, tiene la mayor concentración ciudadana y comercial. Reúne a unas 300,000 personas, una densidad que no se ve en otras partes. La seguridad tiene que ver con el cuidado al peatón. Hay momentos y temporadas pico en que es necesario reforzar la vigilancia en la zona: los fines de semana, los días de quincena y las temporadas vacacionales, cuando la afluencia de visitantes aumenta.
La propuesta de ampliar el rango de acción de la policía municipal responde a la expansión urbana que plantea un reto a la seguridad y a la coordinación con la corporación estatal. Barrera Concha explica que hay un diagnóstico compartido que avala el crecimiento del perímetro de la policía municipal, con un aumento de 100 a 150 agentes (hoy son 420 con 54 vacantes) lo que descargará a la SSP de una zona de vigilancia y le permitirá llegar a las periferias que hoy no alcanza con oportunidad. “Como ejemplo, no es lo mismo tener 500 patrullas en una ciudad de 500,000 habitantes, que 500 patrullas en una ciudad de 750,000 habitantes”.
El crecimiento urbano es expansivo, explica, pero ya se trabaja en un plan para delimitar los alcances con la policía estatal.
El futuro alcalde plantea que incluirán a agrupaciones de la sociedad civil en la organización de la seguridad y reconoce que al municipio toca garantizar la seguridad en los espacios públicos, para lo que están considerando una estrategia de vigilancia adecuada para cada caso: puede ser con oficiales de policía u otra fuerza vigilante bien capacitada.
