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Para fomentar la guanábana en la región, porque el fruto cada vez es más escaso, productores del municipio de Oxkutzcab están desarrollando injertos procedentes de Costa Rica, de los cuales han creado tres tipos: dulce, ácido y agridulce.
Desde hace 12 años Celso Puch Sierra y su padre se dedicaron a cultivar este tipo de plantas, las cuales, aseguran, tienen las mismas propiedades que las frutas endémicas, al proporcionar de igual manera antioxidantes y vitamina C, entre otros.
Aseguran que al ser de un injerto una de las ventajas es que el fruto es más grande en comparación con el que se da en la región, pero no cambia ni su sabor ni sus nutrientes.
“Buscamos una mayor producción de esta fruta porque está escaseando, actualmente vemos que ya no existen estos árboles y si hay, los frutos que proporcionan son uno o dos”.
En total cuentan con cinco hectáreas de las cuales dos están en producción y las restantes en unos meses se comenzará a abonar el fruto, el cual es vendido dentro de su municipio principalmente, pero también en otros estados como Quintana Roo.
“Debido a sus propiedades, la guanábana es muy solicitada por lo que mucha gente llega al municipio a comprarla pero también en Mérida, al tener un gran tamaño eso es lo que más llama la atención y por eso los comerciantes la piden más”, indicó.
Presa de plagas
La desventaja de cultivar el fruto es que es propenso a plagas principalmente a la cochinilla rosada, por lo que la combaten con productos orgánicos y no químicos lo cual proporciona una mejor calidad al momento de cosechar.
“Nosotros sembramos la semilla para germinar y posteriormente, a los seis meses, estamos injertando la planta para cultivar. Comenzamos con 20 plantas ahora por cada hectárea tenemos entre 250 a 260 plantas, por lo que al año obtenemos entre 20 a 30 toneladas por año.
Otra de las características positivas es el precio debido a que este oscila entre los 50 pesos, cuando en el fruto endémico cuesta hasta el doble. Sipse