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• Evitar
al menos una hora antes de que las y los menores duerman, aparatos electrónicos
como la televisión, teléfono celular, tablet, videojuegos, etc. ayudará a que
retomen sus hábitos de sueño.
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El desayuno es indispensable, ya que aporta el 25 por ciento de la energía
total que una persona utiliza todo el día
En este regreso a clases, el Instituto Mexicano del
Seguro Social (IMSS) Yucatán, sugiere a madres y padres de familia, vayan
retomando los hábitos de sueño y alimentación a fin de evitar el bajo
rendimiento escolar y conductas irritables, señaló Rafael Sauri Pat, jefe de
Pediatría del Hospital General Regional (HGR) No. 12 del IMSS en Yucatán.
“Si observa que los escolares están fatigados,
irritables, con dolor de cabeza o de estómago, posiblemente se deba a que están
durmiendo menos de ocho horas; el sistema nervioso central es el primero
en resentir la falta de sueño reparador, lo que puede causar inquietud e
incluso ansiedad en los menores”, señaló el especialista.
Dormir entre seis y ocho horas al día y establecer un
horario fijo para ir a la cama, así como evitar al menos una hora antes de que
las y los menores duerman, aparatos electrónicos como la televisión, teléfono
celular, tablet, videojuegos, etc. ayudará a que retomen sus hábitos de
sueño.
Las madres y padres deben ser tolerantes con sus hijas e
hijos en las dos primeras semanas de clases, que es un lapso considerable en lo
que se reajusta su reloj biológico, para que poco a poco se vayan adaptando a
sus nuevas actividades escolares, extra escolares y deportivas.
En cuanto la alimentación, recomendó que aunque todas las
comidas del día son importantes, el desayuno es indispensable, ya que aporta el
25 por ciento de la energía total que una persona utiliza todo el día.
El desayuno y la comida deben contemplar, por lo menos un
ingrediente de los cinco grupos de alimentos: frutas y verduras en primer
lugar; cereales, que deben ser suficientes; y, en menor cantidad, leguminosas y
alimentos de origen animal. La cena de preferencia debe ser ligera, como un
vaso de leche, pan tostado y fruta, por ejemplo.
En el “lunch” o refrigerio, incluir frutas y vegetales y
evitar en la medida de lo posible, las golosinas y los alimentos o comida
“chatarra” que sólo favorece la mala alimentación y la obesidad.
Al mismo tiempo, mantener una hidratación suficiente con
agua o jugos naturales durante clases y reducir la ingesta de refrescos o
bebidas con colorantes o endulzantes artificiales.
Agregó también que el uso de protectores solares debe ser
de todos los días; en las y los pequeños la protección solar se recomienda
mayor al 30 por ciento. Además, es preferible utilizar ropa de colores claros,
gorras o sombreros para evitar daños en la piel.
Para concluir, las y los padres de familia se pueden
acercar a los módulos de PrevenIMSS de su Unidad de Medicina Familiar (UMF)
para una mejor orientación en cuanto a la alimentación y recomendaciones para
el cuidado de la salud.