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Expertos han acuñado el término 'Dismorfia Snapchat' para hablar sobre la obsesión de parecerse a una selfie con filtros.
Hay que admitir que a todos nos gusta (aunque sea un poquito), jugar con los filtros a la hora de tomarlos selfies, y que a nadie le cae mal uno que otro arreglito antes de hacer pública una nueva foto en cualquiera de las redes sociales, pero hay que recordar que nada en exceso es bueno. No, tampoco los filtros de conejito.
Y es que de acuerdo con un análisis hecho por investigadores de la Universidad de Boston, publicado en la revista especializada JAMA, este comportamiento puede desarrollar dismorfia corporal, o sea, excesiva preocupación o rechazo ante alguna característica del cuerpo.
Los autores hablan de cómo los filtros de Instagram y Snapchat están cambiando las percepciones de belleza que tiene la gente alrededor del mundo y afirman que las personas se sienten frustradas por no poder verse igual que en sus fotos con filtros.
Los expertos llamaron a este comportamiento "Dismorfia Snapchat" y explicaron que actualmente es una de las principales razones de visita a los consultorios de cirujanos plásticos pues "las personas se sienten mejor al tener una buena imagen en sus redes sociales".
La American Academy of Facial Plastic and Reconstructive Surgery reportó que en 2017 un 55% de los cirujanos confirmaron que los procedimientos de sus pacientes se debían a las selfies. Tal resultado resalta ante un 42% obtenido en el año anterior.
El grupo de investigadores advirtió que, de continuar con esta tendencia, éste podría ser un verdadero problema para la sociedad en pocos años.
Fuente SDP Noticias