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Por la disminución en el gasto público de septiembre y la presión que tienen las empresas ante el cobro elevado de energía eléctrica, Yucatán registró un incremento de un 40 por ciento en la tasa de desempleo abierto, la cual pasó de 1.5 en el primer semestre que terminó en junio, a 2.2 por ciento en este último trimestre con corte a septiembre, informó el Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF).
Dicho incremento en la tasa de desempleo se refleja con los cambios de administración municipal en los ayuntamientos, los cuales se empezaron a partir del 1 de septiembre, en tanto que en la administración estatal apenas se iniciaron algunos recortes a principios de octubre. Mientras que en el caso de los incrementos en las tarifas eléctricas, las quejas iniciaron el mes pasado.
En rueda de prensa, el presidente del IMEF, Francisco Álvarez Cuevas, refirió que pese a que la entidad sigue ocupando el tercer sitio de las entidades con más bajas tasas de desempleo, considerando que la media nacional es de 3.3 por ciento, este incremento ya comienza a ser preocupante para los empresarios y el sector privado.
“Subir del 1.5 al 2.2 en el último trimestre es un incremento del 40 por ciento y creemos que parte de este desempleo abierto se debe a la disminución del gasto público en el Estado, en septiembre, con respecto a junio, así como que ya se empieza a ver la presión en las empresas del incremento en el precio de las tarifas eléctricas”, apuntó.
No obstante, según cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (Enoe), el Estado ocupa el tercer sitio de tasa de desempleo más baja.
Según cifras preliminares de este levantamiento de datos del noveno mes del año sobre la Población Económicamente Activa (PEA), la entidad bajó dos décimas su reporte de desempleo, pues el comparativo de septiembre de 2017 a 2018 indica que pasó de 2.4 a 2.2.
Por ello, el especialista financiero detalló que los sectores más afectados con este panorama son los que tienen a la electricidad como su materia de trabajo primordial, pues hacer un gasto más fuerte repercute en la mano de obra que se contrata, al reducir salarios o personal.
“Algo similar pasa con las congeladoras de Progreso, donde el gasto más fuerte no se presenta en la mano de obra, sino en la tarifa eléctrica. Al subir el costo de los precios, los dueños suben el precio venta o les pagan mucho menos al pescador, lo que genera que toda la gente del sector reciba menos ingresos”, anotó.
Álvarez Cuevas calificó de “comprensible” que la Cámara Nacional de la Industria Restaurantera y Alimentos Condimentados (Canirac) se manifieste contra la Comisión Reguladora de Energía (CRE), pues pintan a un cierre de año con incrementos de entre 70 y 80 por ciento, lo que ha “golpeado” severamente la economía de sus socios.
Por ello, coincidió con la petición del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en la homologación de las tarifas eléctricas, ya que “no podemos tener un Estado con desventajas a nivel nacional”.
Pronosticó que de seguir con esta tendencia, la tasa de desempleo abierta podría dispararse más, lo cual hasta ahora se ha evitado con la llegada de algunas empresas que absorben al personal de los negocios que son impactados por la crisis.
Indicó que otro de los factores que han influido en la inestabilidad de nuevas empresas interesadas en invertir, ha sido que Yucatán no produce su propio gas natural, pues de hacerlo se tendría una energía eléctrica a un precio competitivo y eso generaría que la entidad crezca. Sipse
