De un tiempo a esta parte los urbanitas de las ciudades grandes e incluso medias vemos un número creciente de perros abrigados jugando en los parques. ¿Es una buena medida o una modaestúpida auspiciada por la mercadotecnia? Al fin y al cabo, es dudoso que antes del siglo XX ningún perro ni otro animal domésticorecibiera cobertura alguna, salvo los caballos cuando eran estabulados tras un ejercicio intenso.
Entre otras cosas porque no había demasiados perros “de casa” y los animales solían vivir en los alrededores de las viviendas apañándoselas como podían. Pero precisamente por ese motivo, el hecho de ponerles una suerte de abrigo cuando el frío aprieta podría ser, además de una moda, un progreso en la mejora de la calidad de vida de nuestros compañeros.
A este respecto, los veterinarios aconsejan el abrigo solo para determinados perros o en determinadas circunstancias. Esther Sánchez, del Centre Veterinari Veterinos de Sant Cugat del Vallés, limita el uso de este tipo de prendas a perros mayores con artrosis y especialmente al principio de un paseo si hace frío. La veterinaria aconseja probar a quitárselo cuando los músculos entren en calor.
“No es necesario en principio que un animal sano, joven y dinámico lleve abrigo -siempre y cuando tenga sano el manto de pelo”, escribe Sánchez. “Únicamente galgos y razas como el c estat chino que no tienen pelo, o los dobermans, pinchers y otros que no tienen una buena capa de subpelo, necesitan realmente abrigo de jóvenes cuando hace mucho frío”, prosigue.
Finalmente apostilla que en casos de lluvia a estas razas les puede venir bien un impermeabilizante para impedir que el frío húmedo les cale en la piel. Por su parte Micaela de la Maza, editora de la página y guía para personas con perro Señor Perro, opina que “algunos perros sí que lo pueden necesitar, pero hay mucha gente que no piensa en el bienestar del perro al ponérselo sino en la estética”; nos recomienda una serie de vídeos irónicos sobre el tema, así como un ejemplo del paroxismo al que pueden llegar algunas prendas perrunas.
VENTAJAS DEL ABRIGO
De todos modos, las recomendaciones de la mayoría de expertos son genéricas y fían el uso de abrigos perrunos al sentido común de sus humanos, sin descartar que este tipo de prenda puede tener algunas ventajas adicionales si, y solo si, el mal tiempo aprieta. Algunas de estas son:
– Protección frente a parásitos: aunque en invierno no son frecuentes, con el innegable cambio climático peligros como el de las garrapatas o el mosquito de la leishmaniasis pueden prolongarse incluso en invierno. Con un abrigo, sobre todo si vivimos en zona de humedades o bosques y el perro es joven y gusta de meterse entre los matorrales, le damos una protección adicional.
– Un abrigo para perros pequeños o de pelo corto: como señalaba la veterinaria, las razas de pelo corto, especialmente si son animales pequeños, que regulan peor la pérdida de calor, pueden padecer frío cuando vamos de paseo y nos quedamos parados. Si van a estar en actividad continua generarán calor y el abrigo no les será necesario.
– Protección frente a la lluvia: también la lluvia puede empaparlos y acrecentar la sensación de frío. En el caso de ser razas con subpelo, como husky, golden, labrador, etc., no se hace necesario aunque sí deberemos secarlos bien al regreso a casa.
– Protección frente a rasguños o eventuales mordiscos: los perros de pelo corto y sin subpelo tienen con el abrigo una capa más de protección frente a el mordisco en el lomo de otros perros o bien contra rasguños de ramas, etc.
DESVENTEJAS DEL ABRIGO
Puede dar demasiado calor: hasta ciertos límites, los perros llevan mejor el frío que el calor, especialmente porque su temperatura corporal es dos grados mayor que la nuestra: 38ºC. Además, si tienen capa de pelo largo y subpelo, están perfectamente adaptados a fríos potentes, por lo que un abrigo adicional puede provocarles demasiado calor, y si hacen ejercicio intenso y no tienen agua cerca, pueden pasarlo mal.
– Riesgo de roces: un abrigo mal puesto o demasiado apretado en perros con pelo corto y escaso puede propiciar roces y por tanto llagas. Si les ponemos abrigos, siempre debe quedarles pegado al cuerpo pero no apretando. Asegurémonos de que es la talla indicada.
– Limitación de movimientos: del mismo modo, si el abrigo no es adecuado a su morfología o tamaño, puede ocasionar al perro limitación de movimientos que le incomoden.
– Dermatitis: otro riesgo es que los tejidos del abrigo le provoquen alergias y dermatitis. A este respecto no se recomienda que el perro lleve el abrigo durante demasiadas horas seguidas.
– Falta de higiene: las prendas de abrigo perrunas deben lavarse si no tras cada uso al menos una vez al mes con un programa contra bacterias, hongos y ácaros, pues no debemos olvidar que ellos están más cerca del suelo y la maleza que nosotros.
– Pueden causarles estrés: la etóloga Alexandra Horowitz asegura que la sensación de aprisionamiento que causa en el lomo y el cuello un abrigo apretado es la misma que sentiría el perro ante el ataque de otro miembro de la manada dominante y que por tanto la prenda le provoca una sensación de estrés y miedo que si no la supera puede tornarse en agresividad. (ElDiario.es).