medida contra el "chisme": Establecen impuesto por usar redes sociales en Uganda

28 febrero 2019
Noticias de Yucatán. 

Millones de personas han abandonado Internet en Uganda desde que las autoridades impusieron un impuesto al uso de las redes sociales y los sistemas de transferencia monetaria por teléfonos móviles, informa este miércoles el periódico británico The Guardian.

El impuesto, introducido en julio pasado en un intento de contener las "conversaciones ociosas" en línea y aumentar los ingresos del Estado, equivale a cinco centavos estadounidenses por cada día de acceso y afecta a más de 60 plataformas multinacionales, incluyendo Facebook, WhatsApp y Twitter.

Hace casi un año el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, pidió la introducción del impuesto como una forma de combatir la propagación de "chismes" por las redes. En el momento de la puesta en marcha del gravamen, desde el Ministerio de Finanzas se sumó otra explicación para la medida: allí la presentaron como una forma de recaudar más fondos para los servicios públicos.

Soldados ugandeses patrullan una calle en Kampala, la capital del país, el 20 de febrero del 2016. Uganda despliega a sus militares para proteger a los inversionistas de China.

Desde un principio, los detractores de la iniciativa la catalogaron como un intento de restringir la libertad de expresión y advirtieron sobre el impacto perjudicial en la economía. Este último pronóstico se está confirmando de día en día, revela el diario británico.

"El impuesto no ha generado los ingresos que el gobierno anticipó", comentó en Kampala, la capital de ese país africano, la abogada Irene Ikomu. "La tecnología y los sectores financieros se han visto afectados".

Efectivamente, se redujo en 1,2 millones el número de quienes usan los sitios pechados por ofrecer servicios de voz y mensajería. Además, en los primeros tres meses de aplicación del impuesto al valor de las transacciones en 'dinero móvil', las recaudaciones también cayeron casi un cuarto, en más de cuatro millones de dólares.

A los corresponsales del periódico europeo no les resultó difícil encontrar en Kampala personas que han perdido sus negocios, no pueden pagar a sus empleados o tuvieron que reducir el personal por culpa de la medida. "Si yo puedo acceder a Internet en el trabajo, preferiría hacerlo desde allí y probablemente no lo haría cuando estoy fuera", admitió a manera de ejemplo un portavoz de la Comisión de Comunicaciones de Uganda, que, no obstante mantiene cierto optimismo sobre la recuperación del sector.

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