Para acabar con la piratería
de alimentos debe emprenderse un plan nacional contra el fraude alimenticio,
consideró Alfredo Neme Martínez, presidente del Consejo Nacional de la
Alimentación.
En conferencia de prensa, el
dirigente sostuvo que en México proliferan los productos fraudulentos que
emplean ingredientes no autorizados en alimentos y con concentraciones
peligrosas de sustancias químicas para dar color, aroma o intensidad de sabor.
Señaló que uno de los casos
sucede con la vainilla. De acuerdo con un reporte del Servicio de Investigación
del Parlamento Europeo, esta especia está considerada como uno de los 10
alimentos que más se falsifican en el mundo y su principal demanda está en la
industria refresquera, de galletas, pasteles y helados, lo que pone en crisis a
los pequeños y medianos productores mexicanos de vainilla.
Neme Martínez solicitó la intervención directa de la
Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural a través del Servicio Nacional de
Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria, de la Comisión Federal para la
Protección contra Riesgos Sanitarios de la Secretaría de Economía y de la
Procuraduría Federal del Consumidor para sacar del mercado a la vainilla
fraudulenta.
Indicó que a pesar de que
tiene denominación de origen mexicano, el sector productivo no es beneficiado
con esa medida, ya que existen poco más de mil 200 productores en casi mil 900
hectáreas cultivables en el país.
Actualmente la vainilla sintética (conocida como
vainillina) representa más de 90 por ciento del mercado de esa especie
aromatizante en Estados Unidos y cerca de 50 por ciento en el mercado francés,
mientras en México llega a más de 96 por ciento.
Una onza (28.7 gramos) de
vainilla artificial produce la misma cantidad de aromatizante que la de un
galón (3.785 litros) de extracto natural. El costo de la vainilla sintética
equivale a uno por ciento del precio de la natural que se cultiva.
La Jornada