Mario Molina, Premio Nobel de Química, recomendó a todos los mexicanos el uso de cubrebocas durante la pandemia de la COVID-19, en especial al Presidente Andrés Manuel López Obrador, quien este lunes arrancó su segunda gira por diversos estados de la República pese a que continúan los semáforos de alerta en color rojo.
“Tenemos observaciones estadísticas comprobables que correlacionan el cambio de la tendencia de la infección y de las muertes. Se asocian claramente con el día en que se usan los cubrebocas“, dijo en una videoconferencia con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo.
El uso de los cubrebocas o tapabocas ha sido un debate de meses en México. Primero, tanto la Organización Mundial de la Salud (OMS), la Organización Panamericana de la Salud (OPS) y el Subsecretario Hugo López-Gatell recomendaron no usarlas y dejarlas a los trabajadores de la salud.
Pero después se cambió la instrucción a nivel global: deben usarse. Sin embargo, el Presidente López Obrador no ha aparecido nunca en eventos públicos con la boca cubierta, aunque sus acompañantes o los presentes sí recurren a ese tipo de protección.
Este lunes, Molina dio detalles de su más reciente artículo sobre cómo las partículas que salen al hablar pueden transportar el virus que causa la COVID-19, el cual publicó junto con otros científicos de diversas partes del mundo en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America (PNAS).
“Las partículas llamadas aerosoles son muy importantes para la transmisión de la COVID19 y eso no se había reconocido muy bien. […] Las partículas PM2.5, más chicas que 2 y media micras, se meten directamente al sistema respiratorio o a los pulmones”, precisó.
Por ello, destacó la importancia de utilizar tapabocas todo el tiempo. “Eso es lo que queremos explicarle a la sociedad, para que cuando salgan a la calle, o cuando los niños vayan a las escuelas como en China y Asia, estén usándolos, porque así se evita la transmisión de la enfermedad”, sostuvo.
“Con la COVID sí se pudo comprobar que los aerosoles, las partículas pequeñitas que en calidad del aire llamamos PM 2.5, llevan al coronavirus y lo interesante es que no le habíamos hecho tanto caso. […] ¿Qué pasa? Fue un error de la Organización Mundial de la Salud que dijeran que la transmisión de esta enfermedad fuera por las gotas grandotas que sí se ven cuando uno tose y estornuda. Sí infectan, pero no reconocían y apenas lo están haciendo, que no sólo son esas gotas gigantescas, sino los aerosoles”, expuso Mario Molina.
Asimismo, subrayó que también era un “grave error” pensar que los cubrebocas sólo eran importantes si una persona estaba enferma para evitar contaminar a otros.
“Demostramos que son muy importantes también simplemente al hablar, para que yo no contamine. Ni siquiera tenemos que estar muy cerca. Si hay buena ventilación, no es tan problemático, pero si no, puede trasladarse a mayores instancias de lo que consideramos una ‘sana distancia’. Por fortuna, los cubrebocas lo pueden parar”, reiteró el ingeniero químico mexicano.
Durante su discurso, el experto también se refirió a aquellos presidentes que han asistido a diversos eventos sin protección alguna para evitar contagiarse de la COVID-19, como López Obrador, Donald Trump, mandatario estadounidense, y Jair Bolsonaro, Jefe de Estado de Brasil.
“Tenemos varios Presidentes, el de México, el de Estados Unidos, el de Brasil, por alguna razón, es una cuestión cultural, claro, si están como ustedes, como ahora están en su casa o en algún sitio, no en la calle, pues no tienen que usar el cubrebocas. Yo por eso no lo tengo puesto, pero si voy a salir, entonces sí me lo pongo. Pero si va a hacer una gira de tipo en la que va a estar con mucha gente cerca sí, entonces sí sería importantísimo usarlo para poner el ejemplo. Es una crítica muy dura que se le hace por ejemplo al Presidente Trump”, afirmó.
Además, detalló que en su estudio vio, “en estos países las fechas en que formalmente se exigió el uso del cubrebocas como una medida obligatoria, el descenso de la curva. Es una cosa cultural, yo más bien trataría de convencer a la gente que es su propia protección”.
“Por eso nuestra recomendación muy clara es usar cubrebocas. No son perfectos, hay telas que son mejores que otras. Todo eso se está estudiando; pero sí hay que tenerlos puestos todo el tiempo y eso es lo que queremos explicarle a la sociedad”, enfatizó el especialista.
Desde el inicio de la pandemia, el uso de cubrebocas ha protagonizado incertidumbre. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), estos elementos han sido innecesarios, ya que “no tiene respaldo de la evidencia actual y conlleva incertidumbre y riesgos críticos”, además de expresar temor en que su uso generalizado desembocara en una falsa sensación de seguridad que terminaría afectando al olvidar otras medidas básicas de higiene para prevenir el contagio, como el lavado constante de manos y la distancia social.
Por otro lado, la falta de conocimiento respecto a la forma correcta de desecharla representó otro aspecto importante a la hora de no recomendarlo abiertamente, puesto que al utilizarlo de manera indebida, se corre el riesgo de exponer a uno mismo o a otros al contagio.
Además, la posibilidad de agotar los recursos indispensables para el personal sanitario y el posterior aumento en los precios fue otro de los factores determinantes en la cruzada detrás de no recomendar su uso por completo.
La falta de información veraz generó confusión en la población, lo que dio paso a diversas fake news que desaconsejaban el tapabocas debido a los peligros que el respirar el CO2 de la misma persona podría representar a la salud.
En el caso de las mascarillas caseras, la facilidad de realizarlas con telas de distintos tipos que pudieran o no servir para proteger de la enfermedad también fue un punto clave para no considerar de manera tajante su recomendación.
Aunado a lo anterior, la falta de estudios científicos alrededor de la factibilidad de los cubrebocas en la disminución de la expansión de los virus, terminó por generar desconcierto entre quienes poayaban su uso y aquellos que lo descartaban.
Sin embargo, el pasado 5 de junio la OMS declaró la importancia de que los Gobiernos incitaran la utilización del tapabocas como parte de una práctica de transición a la nueva normalidad.
“Los gobiernos deberían alentar a la ciudadanía a portar mascarilla cuando hay una transmisión generalizada [del coronavirus] y es difícil establecer un distanciamiento social, como sucede en el transporte público, en tiendas o en otros lugares concurridos o confinados”, explicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general del organismo internacional.
-Con información de EFE y AP