Ginebra.- El director general de la OMS, Tedros Adhanom
Ghebreyesus, criticó el lunes a algunos mandatarios por socavar la confianza
pública al enviar mensajes contradictorios sobre el coronavirus, y
advirtió que su incapacidad para contener los brotes en sus países significa
que podría no haber un regreso a la normalidad “en el futuro cercano”.
Tedros no criticó a políticos específicos, pero dijo
que “demasiados países van en la dirección equivocada” con la
pandemia y que algunos no toman las medidas adecuadas para prevenir los
contagios.
Al mismo tiempo, Tedros reconoció lo difícil que era que los
gobiernos respondieran de forma efectiva dadas las consecuencias
económicas, sociales y culturales de la imposición de restricciones.
“El virus sigue siendo el enemigo público número 1, pero las
acciones de muchos gobiernos y personas no reflejan esto”, dijo.
El director general hizo los comentarios a la prensa en
Ginebra un día después de que la OMS reportara otro récord mundial: más de
230 mil casos confirmados en 24 horas. Diez países representan 80% del conteo
diario reportado el domingo, y más de la mitad de los casos nuevos confirmados
fueron sólo de Estados Unidos y Brasil.
La agencia de salud de la ONU dijo que las respuestas del
gobierno e individuales deberían depender de las condiciones locales,
específicamente, si hay propagación comunitaria extensa del virus.
Por ejemplo: las escuelas. Muchos países han reabierto las
aulas al disminuir su conteo diario de casos, pero algunas naciones juegan “con
pelotas políticas” al pedir que las escuelas reabran sin implementar
medidas de control más extensas, como mantener las tiendas cerradas o limitar
las reuniones públicas, dijo la OMS.
“Los mensajes contradictorios de los gobernantes socavan el
ingrediente más crítico de cualquier respuesta: la confianza”, dijo Tedros el
lunes, y agregó que los gobiernos deben comunicar mensajes de salud
pública más claros y los individuos deben mantener el distanciamiento
social, usar mascarillas, lavarse las manos y quedarse en casa cuando tengan
síntomas de COVID-19.
Mientras el Reino Unido sale de una cuarentena nacional, los
líderes gubernamentales fueron reprendidos en días recientes por dar declaraciones
discrepantes sobre la utilidad de las mascarillas en lugares públicos,
entre otros temas.
El primer ministro Boris Johnson dijo el lunes que las
personas “deberían” usar mascarillas en las tiendas. Pero la víspera, uno de
sus altos ministros de gabinete dijo durante una presentación en la televisión
que las coberturas faciales no deberían ser obligatorias.
Sin aplicar métodos básicos de control de brotes, “sólo hay
una forma en que avanzará esta pandemia”, advirtió Tedros. “Empeorará cada
vez más y más”, dijo. “No habrá regreso a la vieja normalidad en el futuro
cercano”.
Aun así, la OMS dio una señal de esperanza al mencionar a
países que habían experimentado brotes y altos números de muertos, y lograron
controlar el virus.
Mandatarios de países como Estados Unidos, Brasil e India,
que todavía se enfrentan a extensos brotes, han rechazado o restado importancia
a los consejos o recomendaciones de expertos científicos, asesores en el
gobierno y sus aliados políticos sobre adoptar medidas más severas.
El presidente brasileño Jair Bolsonaro ha cuestionado con
frecuencia la utilidad de las medidas de cuarentena y en gran parte ha
evitado las mascarillas.
En medio de un debate en lugares como Estados Unidos sobre
si pueden reabrirse las escuelas, el jefe de emergencias de la OMS, Michael
Ryan, dijo que cualquier decisión de ese tipo requiere un análisis que
también considere cómo operan los lugares de trabajo o los asilos.
“No podemos convertir a las escuelas en otra pelota política
en este juego. No es justo para nuestros niños”, dijo Ryan. “Tenemos que
tomar decisiones que estén basadas en lo más conveniente para nuestros
niños, sean sus beneficios educativos o de salud”.
El presidente de Estados Unidos Donald Trump ha presionado a los distritos escolares para que reabran este otoño, y amenazó con cortar los fondos a los que no lo hagan.