Mujer entra a iglesia para detener la misa del 24 de diciembre porque la despertaron

25 diciembre 2023
Noticias de Yucatán. 

Llegó la Navidad y los colombianos se preparan para celebrar la llegada del niño Dios con cantos, entrega de regalos, y hasta eventos religiosos, todo dependiendo de la fe que profese cada colombiano, aunque en redes sociales se volvió viral un clip de una mujer que es tildada por los internautas como ‘El Grinch’.

La empanada era un elemento de primera necesidad en la Nochebuena bogotana, según cuenta Eugenio Díaz Castro en su libro Los aguinaldos en Chapinero - crédito Infobae Colombia

Sobre las primeras horas de la mañana, como es habitual para muchos católicos, se desarrollaba una misa navideña en la Parroquia Santa Marta, ubicada en el oriente de Neiva (Huila), cuando una ciudadana ingreso al recinto y comenzó a gritar a los asistentes y hasta al sacerdote del lugar.

Cuando se adelantaba la elevación del sacramento, la mujer gritó y mostró su descontento por el ruido que se estaba haciendo en el lugar, así que no dudó en reclamar a cada uno de los feligreses porque era un espacio de descanso para ella, que, según su versión, estaba siendo interrumpido por los cánticos y rezos que se hacían en la iglesia.

En videos compartidos en redes sociales quedó en evidencia el momento cuando la mujer irrumpe en la celebración religiosa para expresar su inconformismo: “Todo el mundo está durmiendo, por favor bájenle. ¿Cuál todo el mundo está despierto señora? La gente labora a las 7:00 de la mañana. Respeten el sueño”.

Estas palabras se dieron entre la mujer que ingresó a la iglesia y una de las católicas asistentes, mientras que el sacerdote del lugar continuaba con el ritual de la ostia y los feligreses contestaban con plegarias, lo cual generaba más furia para la ciudadana que los acusaba.

Según su relato, la misa inició sobre las 5:00 de la mañana, por lo que no dudó de salir de su vivienda para solicitar que culminaran con la misa. Tal fue el descontento de la ciudadana que las autoridades intervinieron para tratar de calmar los ánimos en el lugar y evitar cualquier incidente.

Luego de una ardua discusión, la mujer fue retirada del recinto religioso para hablar tanto con las autoridades policiales como con personal que estaba en la parroquia.

Pueblo colombiano no celebra la navidad en diciembre, sino en febrero

Existe un municipio en el departamento del Valle del Cauca que rompe con la tradición y celebra la Navidad en febrero, específicamente 40 días después de la fecha habitual.

Quinamayó, es el lugar donde esta celebración tiene lugar. La tradición se remonta al siglo XIX, durante la época de la esclavitud en Colombia. Los ancestros de la comunidad afrocolombiana que habita en Quinamayó llegaron desde África para trabajar en las haciendas de caña de la región.

Los dueños de las haciendas les prohibían a los esclavos afrocolombianos disfrutar de la Navidad el 25 de diciembre. Aunque, después de 40 días, se les permitía salir y era entonces cuando las comunidades negras se reunían para celebrar el nacimiento del Mesías.

Esta tradición surge como un acto de resistencia y afirmación de la identidad de la comunidad afro del país. La condición les impidió participar en la celebración del 25 de diciembre, lo que llevó a los esclavos a celebrar en febrero, aprovechando su descanso de las labores diarias.

Esta práctica se ha mantenido por generaciones, constituyendo una forma única de honrar a los ancestros que se opusieron a las prohibiciones impuestas en la época colonial. Las actividades festivas y bailes tradicionales son el centro de esta conmemoración, donde se celebra la identidad y se promueve la importancia de salvaguardar las tradiciones propias de la comunidad afrocolombiana.

La Navidad en Quinamayó se vive de manera particular, ajustándose al contexto y la historia de la comunidad, demostrando cómo las festividades pueden tomar diversas formas según la cultura y las experiencias vividas por cada grupo. Esta inusual fecha de festejo, lejos de ser un simple cambio en el calendario, es un símbolo palpable de la lucha por mantener viva la diversidad cultural que caracteriza a la nación.

La resistencia cultural se manifiesta en cada detalle de la celebración, partiendo desde la gastronomía característica hasta los coloridos trajes que engalanan las danzas, garantizando así que cada nuevo febrero sea un recordatorio de su legado histórico.

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