A Juan Francisco Peón Ancona el anuncio del nuevo plan de rescate del Paseo del Montejo le produce sentimientos encontrados: del entusiasmo nacido de la esperanza a la angustia causada por el escepticismo.
“Tantos anuncios como éste han quedado en el aire”, dice el cronista de la ciudad, “que ante este nuevo proyecto me asaltan muchas dudas: ¿Existe un plan de rescate del Paseo de Montejo que valga la pena, hecho por especialistas? Dicen que hay uno, pero no lo conozco.
“Y en caso de que exista, cabría hacerse otra pregunta: ¿Se trata verdaderamente de un plan integral profesional o sólo es la recopilación de lo que se ha publicado en el Diario, de lo que han declarado fulano, zutano y mengano?”, continúa.
Para Peón Ancona, pese al abandono, al maltrato, la destrucción y la decadencia, la majestuosa avenida sigue siendo el lugar más emblemático de Mérida “y como yucateco amante de nuestra cultura, como meridano hijo y nieto de meridanos, como defensor de la conservación del patrimonio, me interesa mucho el rescate del Paseo de Montejo, pero que no se trate de una manita de gato, que ya se le han hecho muchas”.
El Paseo de Montejo es de todos, señala el cronista, por lo que la ciudadanía debe entusiasmarse con el proyecto, conocerlo y exigir a los responsables la renuncia a soluciones fáciles y baratas que llevan a la destrucción de la herencia cultural. Todos los meridanos debemos suscribir un compromiso de futuro con un espacio público tan emblemático.
Patronato
Peón Ancona -que forma junto con otros tres historiadores el Consejo de Cronistas de Mérida- opina que para hacer realidad estas buenas intenciones es indispensable la creación de un patronato con personas de incuestionable amor por la ciudad y de una solvencia moral a prueba de corrosión. “Es de esperarse que si se trata de verdad de un plan serio y de largo alcance, se levanten voces que sugieran la imposibilidad de llevarlo a cabo, que le pongan una traba tras otra en busca de que con el tiempo, como ha pasado tantas veces, el plan muera de muerte natural”.
Otro riesgo, continúa, son que que se afecten los intereses de amigos o conocidos o que, en nombre de la modernidad, se sigan levantando edificios de vocación comercial y estilo “vanguardista” que incrementarían el deterioro del conjunto histórico-cultural.
“Ya hay bastantes de estos despropósitos arquitectónicos, por no decir adefesios, no necesitamos más”, señala.
El Paseo de Montejo no recuperará nunca su antiguo esplendor porque ha perdido para siempre su identidad, su agradable homogeneidad. Era un sitio tranquilo, sereno, como corresponde a un paseo, era un remanso de paz con árboles frondosos y sanos. Invitaba a caminar.
“Sin embargo, a pesar de su apariencia decadente no es una avenida más. Sigue siendo muy admirado y querido por los yucatecos, que lo sentimos parte de nuestras tradiciones”, señala.
Peón Ancona insiste en que no debe ser un plan de medias tintas y en su calidad de meridano exige determinación de las autoridades de que “esto se hace porque se hace. Tiene que ser una decisión tajante porque es en beneficio de todos”.
“El rescate me angustia. Estamos ante una de las últimas oportunidades de salvar al Paseo de Montejo, que, si nos descuidamos, podría correr la misma suerte que la Prolongación, una avenida que se les fue de las manos a las autoridades y está convertida en un feo y ruidoso corredor comercial que no tiene nada que ver con la parte antigua de la avenida. ¿Este nuevo proyecto… va salvar al Paseo de Montejo o a terminar de destruirlo?”- Mario S. Durán Yabur
Entre las obras más urgentes que, según el cronista, debe tomar en cuenta el plan de rescate está una pavimentación adecuada y durable. “Las losas del centro de la ciudad no. Tendría que ser una cosa lisa, tampoco esos polvitos que que hay que estar corrigiendo a cada rato. Los expertos deben decidir cuál es mejor”.
“La renovación de los árboles es muy importante. Han dejado morir los que hay. Sembrar árboles frondosos, que den sombra, y resistentes. Laureles no, tal vez ramones, porque para que se mueran hay que descuidarlos mucho. Los especialistas deberán decidir cuáles convienen más. Quizá también tamarindos”.
“Es impostergable la recuperación total de las aceras, con los adoquines que más respeten su identidad. Un paseo es una avenida con árboles a los lados y lugares de solaz, como bancas, fuentes, estatuas. También urge una alineación de los predios, las barditas. Buscar un alineamiento que dé perspectiva.
“Urge el rescate de las casas abandonadas o en vías de converirtirse en ruinas. También tiene que haber modificaciones de fachadas. Esto tiene que estar a cargo de personas calificadas, de profesionales con suficiente sensibilidad y solvencia moral, que no cedan por defender los intereses del amigo, incorruptibles”.