Noticias de Yucatán
Edomex (apro).- Una juez del Tribunal de Enjuiciamiento Especializado dictó prisión vitalicia por feminicidio en contra de Fernando González García, quien asesinó a Karen Esquivel Espinosa y Adriana Fernández Sánchez en septiembre de 2016.
Concluida la audiencia de conclusión de alegatos y reparación del daño e individualización de sanciones, realizada ayer, la juez Marina Edith Gutiérrez Hernández resolvió que González García fue el autor material del doble homicidio, con su agravante de feminicidio.
Puntualizó que después de atacar a Adriana en la cocina de su casa, quien murió por traumatismo craneoencefálico, González García se dirigió al dormitorio, agredió sexualmente a Karen y posteriormente la estranguló. El asesino guardó en dos maletas los cuerpos de ambas mujeres y los llevó a su domicilio en la colonia El Tejocote, donde permanecieron tres días.
Durante más de seis horas la juez desahogó los alegatos finales de la Fiscalía Especializada en Feminicidios; de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México; de la asesora legal de la madre de Karen, Rebeca Espinosa de los Monteros Verduzco, y de Jorge Hernández Sánchez, hermano tutor de Adriana, así como del abogado de oficio de Fernando, Luis Cardoso, el tercer litigante que le fue asignado a lo largo de todo el procedimiento judicial.
De nada valió que en la presentación de alegatos la parte acusada insistiera en la falta de pruebas que vincularan directamente a Fernando en la comisión de homicidio, o que en todas las testimoniales únicamente refiriera su participación en el traslado de las maletas con los cuerpos hasta su casa.
La juez de Tribunal de Enjuiciamiento Especializado en delitos relacionados con violencia de género dictó el fallo condenatorio en contra de Fernando González García y confirmó la prisión vitalicia, así como la reparación por daño material (1 millón 950 mil 600 pesos) y moral paras las familias de las víctimas.
El acusado no tendrá el beneficio penal procesal y, además, deberá solicitar una disculpa pública en una audiencia de la misma calidad.
Como parte del razonamiento de su resolución, Gutiérrez Hernández resaltó que la forma en que se perpetró el doble homicidio y la violación sexual, tomando en cuenta la relación de confianza que existía entre Karen, Adriana y Fernando, refleja violencia de género y acciones misóginas.
“Tengo plena convicción de que en el caso queda demostrado la responsabilidad penal de Fernando González García. Su acción denota desprecio a la vida y al género femenino”, refirió.
Con la cabeza agachada, detrás de los cristales de la Sala 5 de los Juzgados de Control, Juicio Oral y Ejecución de Sentencias de Tlanepantla, Fernando hizo su declaración final: “A la fiscalía se le hace muy fácil que sea ilógica (la versión del acusado). Yo no las maté, no soy un asesino, ni un violador”.
El delito
El doble feminicidio ocurrido en 2016 causó revuelo en las redes sociales tras el hallazgo de los cuerpos en un domicilio de la colonia El Tejocote, municipio de Naucalpan, uno de los más violentos del Estado de México.
El 25 de septiembre de ese año, Leticia N. y Pablo N. llamaron a la policía municipal al detectar un fuerte olor en uno de los cuartos que tenían en arrendamiento en la colonia citada.
Al arribar al domicilio, un elemento de Seguridad Pública encontró dos maletas –gris y azul– y manchas de sangre, por lo que pidió auxilio al Ministerio Público y a Protección Civil, cuyos agentes encontraron los cuerpos en descomposición de la estudiante de Karen Esquivel Espinosa y Adriana Hernández Sánchez.
Las mujeres habían sido reportadas como desaparecidas tres días antes por la mamá de Karen, Rebeca Espinosa de los Monteros, y el hermano de Adriana, Jorge Hernández Sánchez, quien al acudir al domicilio de ésta encontró las puertas mal cerradas y manchas de sangre en la cocina y uno de los cuartos.
De acuerdo con las pruebas que se desahogaron en el juicio, la tarde del 22 de septiembre Fernando agredió a Karen, instructora del gimnasio “Curves”, supuestamente porque lo vio consumiendo drogas. Esta acción fue presenciada por Adriana, vecina de la casa contigua al gimnasio, quien padecía cierto tipo de discapacidad.
Fernando llevó a Karen al domicilio de Adriana, y al entrar golpeó en la cabeza a esta última y le colocó cinta industrial en el rostro, provocándole la muerte. Posteriormente, en uno de los cuartos agredió sexualmente a Karen y la asfixió con un calcetín alrededor del cuello.
Ocurridos los hechos, el atacante llamó a su medio hermano y le confesó que “había cometido un error”. También llamó a un conocido para que le ayudara a transportar las maletas desde la colonia San Mateo a El Tejocote.
Luego del traslado, él mismo descargó las maletas de la camioneta tipo Pick Up verde y las subió a su domicilio, acto que fue presenciado por dos vecinas.
Al día siguiente se presentó a trabajar y por la tarde huyó hacia Querétaro, donde meses más tarde fuue aprehendido por elementos judiciales.
La condena
De acuerdo con la juez, Fernando deberá pagar el delito con prisión vitalicia, además de cubrir los daños materiales y morales ocasionados a la familia de las víctimas.
En 2017, cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública colocaron al Estado de México a la cabeza de las entidades donde se comete homicidio doloso contra las mujeres, con 301 casos.
Y la sentencia de ayer fue la número 107 que se logra por feminicidio desde que el delito fue tipificado en la entidad mexiquense, en marzo de 2011.
En noviembre de ese mismo año, la Legislatura local aprobó reformas al Código Penal del Estado de México para imponer prisión vitalicia a quien cometa feminicidio, homicidio calificado y violación.
Al término de la audiencia de ayer, pasadas las 21:09, luego de un año y medio de esperar la resolución del caso de su hija Karen, Rebeca Espinosa soltó: “Es lo que tenía que ser. Estoy muy conmocionada, muy cansada”.
Edomex (apro).- Una juez del Tribunal de Enjuiciamiento Especializado dictó prisión vitalicia por feminicidio en contra de Fernando González García, quien asesinó a Karen Esquivel Espinosa y Adriana Fernández Sánchez en septiembre de 2016.
Concluida la audiencia de conclusión de alegatos y reparación del daño e individualización de sanciones, realizada ayer, la juez Marina Edith Gutiérrez Hernández resolvió que González García fue el autor material del doble homicidio, con su agravante de feminicidio.
Puntualizó que después de atacar a Adriana en la cocina de su casa, quien murió por traumatismo craneoencefálico, González García se dirigió al dormitorio, agredió sexualmente a Karen y posteriormente la estranguló. El asesino guardó en dos maletas los cuerpos de ambas mujeres y los llevó a su domicilio en la colonia El Tejocote, donde permanecieron tres días.
Durante más de seis horas la juez desahogó los alegatos finales de la Fiscalía Especializada en Feminicidios; de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México; de la asesora legal de la madre de Karen, Rebeca Espinosa de los Monteros Verduzco, y de Jorge Hernández Sánchez, hermano tutor de Adriana, así como del abogado de oficio de Fernando, Luis Cardoso, el tercer litigante que le fue asignado a lo largo de todo el procedimiento judicial.
De nada valió que en la presentación de alegatos la parte acusada insistiera en la falta de pruebas que vincularan directamente a Fernando en la comisión de homicidio, o que en todas las testimoniales únicamente refiriera su participación en el traslado de las maletas con los cuerpos hasta su casa.
La juez de Tribunal de Enjuiciamiento Especializado en delitos relacionados con violencia de género dictó el fallo condenatorio en contra de Fernando González García y confirmó la prisión vitalicia, así como la reparación por daño material (1 millón 950 mil 600 pesos) y moral paras las familias de las víctimas.
El acusado no tendrá el beneficio penal procesal y, además, deberá solicitar una disculpa pública en una audiencia de la misma calidad.
Como parte del razonamiento de su resolución, Gutiérrez Hernández resaltó que la forma en que se perpetró el doble homicidio y la violación sexual, tomando en cuenta la relación de confianza que existía entre Karen, Adriana y Fernando, refleja violencia de género y acciones misóginas.
“Tengo plena convicción de que en el caso queda demostrado la responsabilidad penal de Fernando González García. Su acción denota desprecio a la vida y al género femenino”, refirió.
Con la cabeza agachada, detrás de los cristales de la Sala 5 de los Juzgados de Control, Juicio Oral y Ejecución de Sentencias de Tlanepantla, Fernando hizo su declaración final: “A la fiscalía se le hace muy fácil que sea ilógica (la versión del acusado). Yo no las maté, no soy un asesino, ni un violador”.
El delito
El doble feminicidio ocurrido en 2016 causó revuelo en las redes sociales tras el hallazgo de los cuerpos en un domicilio de la colonia El Tejocote, municipio de Naucalpan, uno de los más violentos del Estado de México.
El 25 de septiembre de ese año, Leticia N. y Pablo N. llamaron a la policía municipal al detectar un fuerte olor en uno de los cuartos que tenían en arrendamiento en la colonia citada.
Al arribar al domicilio, un elemento de Seguridad Pública encontró dos maletas –gris y azul– y manchas de sangre, por lo que pidió auxilio al Ministerio Público y a Protección Civil, cuyos agentes encontraron los cuerpos en descomposición de la estudiante de Karen Esquivel Espinosa y Adriana Hernández Sánchez.
Las mujeres habían sido reportadas como desaparecidas tres días antes por la mamá de Karen, Rebeca Espinosa de los Monteros, y el hermano de Adriana, Jorge Hernández Sánchez, quien al acudir al domicilio de ésta encontró las puertas mal cerradas y manchas de sangre en la cocina y uno de los cuartos.
De acuerdo con las pruebas que se desahogaron en el juicio, la tarde del 22 de septiembre Fernando agredió a Karen, instructora del gimnasio “Curves”, supuestamente porque lo vio consumiendo drogas. Esta acción fue presenciada por Adriana, vecina de la casa contigua al gimnasio, quien padecía cierto tipo de discapacidad.
Fernando llevó a Karen al domicilio de Adriana, y al entrar golpeó en la cabeza a esta última y le colocó cinta industrial en el rostro, provocándole la muerte. Posteriormente, en uno de los cuartos agredió sexualmente a Karen y la asfixió con un calcetín alrededor del cuello.
Ocurridos los hechos, el atacante llamó a su medio hermano y le confesó que “había cometido un error”. También llamó a un conocido para que le ayudara a transportar las maletas desde la colonia San Mateo a El Tejocote.
Luego del traslado, él mismo descargó las maletas de la camioneta tipo Pick Up verde y las subió a su domicilio, acto que fue presenciado por dos vecinas.
Al día siguiente se presentó a trabajar y por la tarde huyó hacia Querétaro, donde meses más tarde fuue aprehendido por elementos judiciales.
La condena
De acuerdo con la juez, Fernando deberá pagar el delito con prisión vitalicia, además de cubrir los daños materiales y morales ocasionados a la familia de las víctimas.
En 2017, cifras del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública colocaron al Estado de México a la cabeza de las entidades donde se comete homicidio doloso contra las mujeres, con 301 casos.
Y la sentencia de ayer fue la número 107 que se logra por feminicidio desde que el delito fue tipificado en la entidad mexiquense, en marzo de 2011.
En noviembre de ese mismo año, la Legislatura local aprobó reformas al Código Penal del Estado de México para imponer prisión vitalicia a quien cometa feminicidio, homicidio calificado y violación.
Al término de la audiencia de ayer, pasadas las 21:09, luego de un año y medio de esperar la resolución del caso de su hija Karen, Rebeca Espinosa soltó: “Es lo que tenía que ser. Estoy muy conmocionada, muy cansada”.