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Uno de esos es el aumento de las aportaciones del gobierno del 12.75 al 13.75%, que significarán un ingreso adicional de cien millones de pesos al Instituto. También la intención de ordenar sus ingresos y de abrir un plazo de 180 días para abordar la recuperación de la deuda. “Esto es un avance, si se toma en cuenta que nadie tocó el tema durante siete años”, dijo.
El diputado Dafne López Martínez coincidió con Madáhuar en esos mismos puntos, en especial en el aumento de las aportaciones -”si esto no es un beneficio, entonces qué es”- y enumeró otras ventajas de la reforma, como establecer un límite máximo del 7.5 % a los gastos administrativos generales no relacionados con una prestación, y la de adecuar las tasas de interés de los préstamos del Instituto a las condiciones del mercado.
La ex gobernadora Dulce María Sauri también destacó el propósito de la reforma de poner orden administrativo y financiero en el Isstey y de autorizar préstamos a los trabajadores contratados por honorarios, que antes sólo tenían acceso a los servicios de salud.
Beneficios con la reforma
Las reformas a la ley del Isstey sí ofrecen beneficios, dijo el presidente de Coparmex Mérida, Nicolás Madáhuar Boehm, en el foro sobre el tema organizado por Grupo Megamedia.
Pero ante la pregunta de ¿cuáles son los beneficios palpables para los derechohabientes?, el diputado del PAN Mauricio Vila Dosal, respondió: “ninguno”.
Adecuar las tasas de interés de los préstamos a las condiciones del mercado, que Dafne destacó como una ventaja, en realidad no lo es, dijo Vila Dosal. “Antes de la reforma, la ley del Isstey prevía una tasa anual fija para los préstamos del 12%, pero ahora esa tasa será variable, podría ser de ocho, seis o catorce por ciento, según las condiciones del mercado, en lugar del 12% fijo, que daba certeza al derechohabiente”.
Al convertir las tasas en variables, éstas pueden llegar a 30% anual, si hay una crisis en el país, “como ya pasó”.
Con la reforma, agregó Vila, baja la calidad de vida de los derechohabientes, porque se suspende el servicio de educación preescolar en los Cendis y se acelera el plan para desaparecer las tiendas del Isstey, “que aunque quebradas, pueden mejorarse”.
En ese sentido, para la Licda. Sauri una consecuencia negativa de la reforma es la eliminación del programa de vivienda del Instituto, que ahora sólo se concentrará en los créditos hipotecarios que, por su monto, apenas servirán para remozamiento.
No hay nada bueno en la reforma, insiste Vila Dosal. “Por el contrario, sólo servirá para tapar el boquete financiero que el gobierno anterior le hizo al Isstey”. Los problemas de este organismo, añade, únicamente se resolverán hasta que se aclare el desfalco que sufrió en los últimos años.
Si me preguntan quién gana y quién pierde con las reformas, digo: “los claros ganadores son los responsables del saqueo al Isstey, cuyas acciones recibirán carpetazo, borrón y cuenta nueva. No sólo eso, el actual gobernador sería también un ganador, porque legalmente, en el futuro, podrá disponer de las reservas del Instituto, mediante auto préstamos a tasas bajas, debido a que la reforma dejó intactos los artículos de la ley que lo permiten”.
Los perdedores son, evidentemente, los yucatecos, dice el diputado panista. “Si una persona roba un cartón de huevos en el súper, lo encarcelan, pero si un grupo de funcionarios se roba $2,260 millones, no le pasa nada”. Continuará.