Por un abuso de la policía es activista

01 septiembre 2010
Noticias de Yucatán
(afectación ciudadana, abuso, injusticia, ciudadanos)

Fue detenido por tomar fotografías en calles meridanas
01/09/2010

A sus 23 años, José Manuel Repetto Menéndez dice que ya vivió la arbitrariedad y la intimidación oficial, pues fue acusado de disturbios y encarcelado, y tiempo después citado por la corporación policíaca.

Pero el joven, vecino de Santiago, expresa que las autoridades lograron un efecto contrario, pues desde entonces se convirtió en activista pacífico, colabora con agrupaciones civiles, expone sus puntos de vista en medios de difusión y usa la ley de transparencia para estar atento del trabajo de las autoridades.

Fue uno de los asistentes al foro Momento Ciudadano que organizó el sábado pasado el Movimiento Ciudadano por el Análisis y la Reflexión. José Manuel es bachiller, está por comenzar una carrera de idiomas en un colegio particular y es el menor de los dos hijos de un matrimonio formado por un profesor jubilado y un ama de casa.

Es aficionado a la fotografía y entre sus temas están los paisajes y los cambios que registra Mérida en su crecimiento. Debido a los recorridos que hace por la ciudad para tomar fotos fue detenido un domingo por la mañana en diciembre de 2008.

—Iba en bicicleta —indicó—. Una camioneta con antimotines me detuvo en la avenida del fraccionamiento Cámara de Comercio para interrogarme y revisar mis cosas, se les unió en otro vehículo el comandante Angel Ocejo Castillo, con quien discutí porque pretendía eliminar las fotos de la cámara.

—Entonces él ordenó un arresto tipo 7-7, es decir, por disturbio. Me subieron a una de las camionetas, me esposaron a ella y me llevaron a los separos de la avenida Reforma, donde me mantuvieron en una celda.

—Sólo estuve ahí unas horas porque no me hallaron responsabilidad alguna. Después me condujeron a mi casa, y hasta ese momento pude informar a mis padres de lo ocurrido.

“Me ficharon como delincuente, mi bicicleta sufrió robo de piezas en el corralón y en mi interior surgió enojo e indignación. Desde entonces soy activista”.

—Denuncié los hechos ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado, la cual insistió en llegar a un arreglo: ya no me detendrían por tomar fotos. Me disgustó que tanto el tercer visitador de ese organismo como la jefa de éste insistieran en dar la razón a la corporación policíaca.

—Este año pedí por medio de la oficina de transparencia que la SSP informara sobre los robos y las quejas por detenciones arbitrarias. El jefe del jurídico me citó para pedir que retire mi solicitud, pero me rehusé.

—En el Poder Judicial pedí la nómina, me la dieron revuelta y en el límite de los plazos que marca la ley. Con eso confirmé la resistencia que hay para informar y de las trabas burocráticas que se ponen a los intentos ciudadanos por vigilar a las autoridades.

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